Los cinco días de reflexión que Pedro Sánchez se permitió con todo lujo para decidir si dejaba o no la presidencia de España, fueron en realidad una estrategia al más puro estilo chavista, bolivariano y castrista que buscaba el victimismo y lograr un baño de masas, que jamás consiguió, aún así, Sánchez ha decido seguir por el momento en Moncloa y con la intención de tomar por las bravas el poder judicial y terminar de controlar los medios de comunicación españoles, fruto de un nuevo ataque de cólera despótico ante las sospechas de corrupción que le rodean y le vienen encima.
Algunos periodistas, ya alertamos hace años, que Pedro Sánchez no respeta la separación de poderes que debe prevalecer en un Estado democrático y por ello quería hacerse con el control total del Estado. Algo que hasta la fecha está consiguiendo y sin la menor duda es un gran peligro para la libertad en España, porque sume a la nación en una tiranía caciquil, en la que en la sombra está el expresidente del Gobierno español, Rodríguez Zapatero.
Actualmente son muchos los informes realizados por distintos países, instituciones y asociaciones, que relatan un retroceso muy evidente de los derechos y libertades en este país bajo el sanchismo. Uno de esos últimos informes que se debe destacar, es el informe anual de derechos humanos realizado por Estados Unidos que pone de manifiesto el acoso a los medios y periodistas independientes en plena campaña ofensiva de Sánchez contra la prensa libre. El informe del Departamento de Estado de EE. UU. se basa, en este punto, en el análisis de Reporteros Sin Fronteras que, recoge, «informó que había un número creciente de periodistas que se enfrentan al acoso en las redes sociales por parte de políticos polarizados y trolls». El informe de esta organización también señala que «el acoso y el linchamiento en las redes sociales» en España está en auge.
Todo esto hay que unirlo también a los ataques constantes del Gobierno de extrema izquierda de Pedro Sánchez al poder judicial y su deseo por atarlo de pies y manos. Los propios jueces y fiscales españoles están atemorizados y atónitos ante los hechos que están ocurriendo, que son ciertamente muy preocupantes. En estos momentos, la Comisión Europea ya se encuentra investigando el delirante, arcaico y comunista camino al que lleva a todos los españoles la era sanchista.
Además, Sánchez y su ejecutivo radical están adoptando todas estas medidas extremistas, mientras el país se encuentra en una muy sería crisis económica, política y social con un ambiente político cada vez más violento y con claros tintes guerracivilistas que no contribuyen para nada a la estabilidad de España y la enfrenta. Si Sánchez no retrocede y claudica en su autoritarismo, podría haber un gran estallido social y por descontado Sánchez no terminará bien.