El llionés, la lengua invisible de Castilla y León
El leonés es una de las lenguas en peligro de extinción según la UNESCO, con solo 425.000 hablantes, según estima Faceira
31 agosto, 2022 07:00Noticias relacionadas
El castellano es la reina oficial de la lengua española. A su lado en la península tenemos otras cooficiales como el gallego, el catalán o el euskera. Del castellano nacieron los dialectos, como el andaluz o el canario. Pero vienen (casi) todas de la misma lengua mater: el latín.
Sin embargo, en España el latín no solo se deshizo en los romances idiomas anteriormente citados. Otras lenguas minoritarias nacieron de ella. Entre estas se encuentra el astur-leonés: el bable y el llionés. Estas lenguas que en la corte de los idiomas de España estos son los bufones del reino.
Pese a su larga historia, el astur-leonés y sus dialectos se están perdiendo, y cuando se hablan, nunca es cerca de esos "extranjeros de idioma" castellano, porque quien habla llionés, no está haciéndolo en su lengua, es un "cateto" que "ni sabe hablar bien español".
El origen del astur-leonés es por tanto común al castellano, el gallego y el catalán. Estos dialectos del latín nacen como formas vulgares del habla, que pasarán a ser las lenguas romances que evolucionaron hasta nuestros días. Sin embargo, para entender cuando el llionés fue colonizado por el castellano, debemos remontarnos a lo que entonces era el Reino de León. Los primeros escritos en esta lengua figuran en el siglo XIII, aunque existen grandes evidencias de que esta lengua de forma oral se empleaba bastante tiempo antes.
El historiador especializado Ricardo Chao afirma que en este reino nacieron tres lenguas: el gallego-portugués, el astur-leonés y el castellano. En la zona de la llamada Región Leonesa (que comprende las actuales provincias de León, Zamora y Salamanca), es donde más era hablado, aunque cuando el castellano y sus normas para la enseñanza de la lengua se impusieron, el llionés empezó su declive, especialmente durante la dictadura franquista.
¿Una lengua o un dialecto?
Es una cuestión que ha causado bastante polémica. No por lo que se refiere a la lingüística, sino particularmente por lo político, ya que desde varios ámbitos se considera que reivindicar la lengua leonesa es sinónimo de reivindicar una diferenciación, un 'Lexit'. Aunque ésta sea un arma política que puede usarse desde los sectores afines a la Región Leonesa como una Comunidad Autónoma diferente de Castilla y León, muchos otros sectores buscan proteger esta lengua como un patrimonio cultural de España.
Las concepciones entre dialecto o una "mezcla" entre gallego y castellano no son pocas, pero desde la asociación Facendera pola Llengua, especializada en la promoción y el estudio del llionés, han elaborado un cuidadoso artículo en el que defienden por qué el llionés es una lengua tan sólida como el castellano, el gallego y el catalán.
Primeramente, este tiene un código lingüístico diferenciado, es decir, el llionés tiene su propia gramática, fonética y vocabulario. Además, se trata de una lengua con entidad geográfica diferenciada. También tiene su propia historia y evolución igual que el resto de las romances tal y como el castellano, el catalán o el portugués. Además, tiene una rica literatura propia, que se remonta desde la Edad Media hasta nuestros días.
Algunas características son, por ejemplo, que el masculino termina en -u, que se mantenga las f- como en latín (falar, en vez de hablar), y otras como mantener la ll- con sonido "y" como en llionés (que se pronuncia "yiones"), entre otras.
El declive de una lengua histórica
Faceira es una organización en favor de la cultura leonesa. En ella trabajan en que se proteja ya que se trata en una lengua que esta en peligro de desaparecer. El llionés únicamente se habla en zonas muy concretas, como Asturias, León, la comarca de Sanabria y Miranda de Duero. Los actuales hablantes se estiman en 435.000, siendo minoritaria dentro de la imposición del castellano históricamente.
Durante la historia de la reconquista, y hasta el siglo XIII ganó protagonismo, sin embargo, a partir de ese momento se fue expandiendo el castellano como la lengua mayoritaria hasta ser la oficial del Estado.
Cabe destacar que la Unesco ha categorizado esta lengua como una de las que puede desaparecer, corriendo un gran riesgo en el caso del astur-leonés. De hecho, incluso su protección y promoción están recogidas en el artículo 5 del Título Preliminar del Estatuto de Castilla y León. Según cita dicho artículo: "El leonés será objeto de protección específica por parte de las instituciones por su particular valor dentro del patrimonio lingüístico de la Comunidad. Su protección, uso y promoción serán objeto de regulación".
Sin embargo, las principales organizaciones y asociaciones que proteger y promocionar la cultura leonesa y su lengua denuncian que hay dos principales causas por las que el llionés está en peligro de extinción.
El primero de ellos es la escasa participación y recursos que dotar a esta lengua por parte de las instituciones. Desde la asociación Facendera pola Llengua, denuncian que el llionés no es un objeto de protección por parte de la Junta, aunque piden que "faciliten su conocimiento, su divulgación, y su estudio, fundamentalmente en aquellas zonas donde la lengua es todavía un elemento importante de intercomunicación y relación social".
Faceira también advierte de que el leonés cuenta con un cierto grado de reconocimiento y amparo jurídico. Sin embargo, comentan en un artículo de Nicolás Bartolomé Pérez que se trata de "una lengua absolutamente desamparada por la Administración autonómica" y "desatiende la lengua". Asimismo, pone varios ejemplos de cómo no existe unos planes o medidas favorables para el llionés, incumpliendo lo establecido en los estatutos y recomendaciones. Sin embargo, denuncian la "hipocresía de la Junta" acerca de la promoción de esta lengua en comparación con el castellano, el gallego y el euskera en las zonas del territorio en las que se habla.
Por otra parte, están los estereotipos que se generan hablar otras lenguas minoritarias, lo que puede causar "vergüenza" porque se entiende que "es hablar mal el castellano" siendo unos "catetos". Asimismo, también se señala desde personas hablantes como es el caso de Iván, de que "me duele que la gente se corte de hablar así entre ellos por vergüenza, también es ahí donde se pierden las lenguas".
Además, está el hecho de que la mayor parte del llionés se habla en zonas rurales o aisladas y por gente de elevada edad. A esto se suma que el traspaso de la lengua de generación en generación como el éxodo urbano, han conllevado a su desaparición y caigan en desuso. Por esa misma razón muchas de estas asociaciones hablan de la necesidad de que se traspase a las nuevas generaciones y que se promociones y proteja desde las propias instituciones.