Dicen que la fecha de nacimiento es solo una cifra que aparece en el DNI, que la verdadera edad de una persona son sus ganas de hacer cosas nuevas y sentirse vivo. Y en esto no hay nadie que gane a María Jesús Morales, una salmantina nacida en 1955 en Puebla de Azaba, que a sus 69 años, ya jubilada, ha visto su cumplido uno de sus sueños: publicar una novela. Ahora bien, no se trata de un deseo de jubilada, para nada, se trata de un objetivo que se marcó cuando tenía solo 16 años. Actualmente reside en Babilafuente, una localidad con casi 1.000 habitantes que desde hace cuatro décadas es su casa.
Y es que su obra ‘Alondra’, que ahora ve la luz es un proyecto que nació de la imaginación de una niña allá por 1970. Sin embargo, el destino ha querido que Morales se sienta ya como una escritora a sus casi 70 años. Tras cuatro décadas dedicada a la docencia, al llegar a la jubilación retomó esta novela que comenzó a escribir en la adolescencia. Eso sí, la ha tenido que depurar, y, sobre todo, amoldar a los nuevos tiempos. “Cuando yo era niña pensaba en extraterrestres porque estaban muy de moda, pero ahora se piensa en ciborgs y en androides”. Y así es como ella ha ido mimando y dando forma a una novela de aventuras, pero “de todo un poco” con la que pretende que el lector “pase un rato agradable”. Una novela de 400 trepidantes páginas, editada por Grupo Editorial Círculo Rojo, y que se puede conseguir a través de este enlace.
María Jesús Morales reconoce que siempre ha tenido “mucha imaginación” y que durante toda su vida ha devorado cientos de libros. Durante su tiempo de docente siempre volvía a su cabeza las mismas palabras “yo tenía que publicar esa novela que comencé”, sin embargo, entre hijos (4) y circunstancias familiares lo iban evitando. Sin embargo, una vez jubilada, el nido se quedó vacío. Y fue el momento de hacer cosas porque “me gusta ser solitaria pero no a tiempo completo”. Y es cuando retomó la idea sobre un tema muy actual. “Demasiado, la situé en 2046 pero porque pensaba que no iba a avanzar tanto, el futuro nos ha alcanzado”, manifiesta.
Alondra nos sitúa en 2046, “casi tengo que alargarlo porque el futuro va muy deprisa”, apunta Morales, cuando los ciborgs, perfecta simbiosis humano-máquina, ejercen un poder dictatorial sobre las personas. Un grupo de hombres y mujeres luchan para recuperar derechos que les han sido arrebatados. “Al final es una lucha de poder y de libertad, que es lo que viene a ser la vida, no es nada nuevo, solo cambian los personajes”. En esta novela hay temas muy actuales, por ejemplo, vacunas, chips y libertad, pero también historias humanas, “de amor, de amistad, de reencuentro”, dice mientras bromea cuando asegura que le gustan mucho “las novelas turcas”.
Aunque se reconoce “torpe” para las nuevas tecnologías, su hambre de conocimiento y sus ganas de vivir le hicieron querer ser una esponja e informarse de todo sobre lo que escribe. “Soy como la obra del Mago de Oz, voy buscando lo que no tengo”, apunta. “Me he quitado una asignatura que tenía”, asegura la exdocente, que ironiza cuando dice que comenzó “una novela de adolescentes y he terminado una de jubilada”. Además, agradece a la editorial Círculo Rojo que haya lanzado su novela, y a esas tres compañeras que confiaron en ella desde el principio y le animaron a seguir escribiendo.
Ejemplo de mujeres con 85 años
María Jesús, sincera y humilde, no piensa que pueda servir de ejemplo para personas mayores, ya que cree que es al revés, son esas vecinas de su pueblo en las que ve sus ganas de vivir. Esas mujeres que hacen actividades por la mañana, que se apuntan a cursos de informática las que le han dado a ella “las fuerzas para escribir”. “Mujeres que han sido toda la vida amas de casa y que ahora con 85 años son todo un ejemplo para mí, porque están muy unidas y son un ejemplo de lucha y lealtad”, recuerda. María Jesús agradece el cariño de Babilafuente, "donde es muy feliz".
Por supuesto, en una mente tan activa como la de María Jesús, a sus 69 años y después de una vida de lucha y sacrificios, ya hay otra segunda novela, pero reconoce que le da “más pereza” lo que viene después, es decir, la promoción del libro. “Espero que disfruten mucho”, finalizada.