Agria crítica de los profesores ante el inicio escolar: "¿Habrá merecido la pena cuando se produzca el fallecimiento de algún miembro?"
La Asociación de Profesores ASPES ha criticado la forma en la que la Administración está llevando a cabo el regreso a las aulas en el inicio del curso escolar y apuestan por retrasar el inicio del curso "al menos una semana" para dar tiempo a los equipos directivos de los centros a organizar los mismos y a que dispongan de todos los profesores necesarios.
Según destacan, de entre todos los colectivos implicados en la enseñanza, el profesorado es "el más vulnerable al incluir personas en situación de riesgo por edad o patologías previas" y, pese a ello, "somos los últimos en las consideraciones de los dirigentes educativos".
Ante ello, dicen que se prometieron pruebas serológicas previas y, lejos de ello, "se están dando citas para octubre". "Estamos ante una medida muy tardía que no contribuirá a prevenir los contagios. Tampoco hay visos de la realización de test PCR a alumnos y profesores antes de iniciar el curso, con lo que las clases comenzarán sin saber quiénes son portadores del virus".
En una nota de prensa, además, consideran que "es el momento de poner la economía al servicio de la seguridad" por lo que exigen a la Consejería que, "dada la situación de incertidumbre, deje de ser cicatera y aplique una reducción mínima de dos horas lectivas a todo el profesorado de Secundaria al tener que compaginar, casi con toda seguridad, las clases presenciales con clases online, con todo el trabajo extra que esto conllevará".
También exigen la dotación de una cámara termográfica a la entrada para registrar la temperatura de cada alumno y la contratación de personal sanitario especializado para no descargar una responsabilidad tan compleja sobre el equipo colectivo.
"Enorme irresponsabilidad"
Además, consideran que "se van a permitir los brotes y no se actuará con contundencia hasta que alguno de ellos se descontrole. ¿Cabe mayor irresponsabilidad? Nos preguntamos si el riesgo habrá merecido la pena cuando se produzca el fallecimiento de algún miembro de la comunidad educativa o de alguno de sus familiares por un contagio en el aula".
Por eso, proponen la reducción de la ratio a un máximo de 20 alumnos por aula y optar por desdobles o la impartición de clases por la tarde. "Los centros educativos no son guarderías".
"La presencia en un aula de entre 40 y 50 m² de un exceso de alumnos de edades en las que la mayoría son asintomáticos y supercontagiadores conlleva la imposibilidad de mantener la distancia mínima de seguridad, un escenario muy favorable para la propagación incontrolable de la enfermedad. Lo mismo sucede en algunas clases de Bachillerato, concebidas para más de 30 alumnos, en las que, por falta de espacio y medios, no se está separando a los jóvenes, entre los que no se llega ni al metro de separación. Es inadmisible", comentan.