Barry O´Sullivan, Director of English Language Research en el British Council

Barry O´Sullivan, Director of English Language Research en el British Council

Educación y Universidad

Así serán los exámenes de inglés del futuro: personalizados y centrados en la expresión oral y escrita

Barry O´Sullivan, Director of English Language Research en el British Council, apuesta por "escuchar a las empresas" y a otros usuarios de exámenes para crear pruebas que realmente "se ajusten a las necesidades reales de los usuarios"

11 junio, 2024 07:00

La enseñanza y el aprendizaje del inglés juegan un papel fundamental en una sociedad globalizada e interconectada como la actual. En casi cualquier ámbito laboral al que nos dediquemos necesitamos contar con conocimientos de una lengua que se ha convertido en la herramienta de comunicación internacional más importante del mundo.

En este contexto, España adolece de grandes problemas, ya que es uno de los países europeos donde la población menos domina la lengua inglesa, y muchas veces los métodos de enseñanza y la forma en que se plantean los exámenes tienen gran culpa de ello. Barry O’Sullivan, Director of English Language Research en el British Council, es el creador de Aptis, un examen que requiere menos entrenamiento que otras pruebas ya que las actividades tienden a ser mucho más "cotidianas" que las de los exámenes tradicionales, y explica que, en el futuro, los exámenes tenderán a ser más personalizados y que se centrarán en la expresión oral y escrita.

Este experto apuesta por "escuchar a las empresas" y a otros usuarios de exámenes para crear pruebas que realmente "se ajusten a las necesidades reales de los usuarios". "Es importante limitar la cantidad de pruebas sumativas. A menudo es mucho más productivo realizar evaluaciones formativas o de desarrollo en las que ofrecemos asesoramiento y orientación pero no una calificación real", señala, oponiéndose a presionar constantemente a los alumnos "con la amenaza de más y más pruebas".

O'Sullivan considera fundamental tener en cuenta la edad y la madurez cognitiva de los jóvenes a la hora de plantear las pruebas y pone como ejemplo el examen Aptis Teens o el Primary English Test. "Se trata de una actividad basada en el juego, en la que el examen está integrado en un juego de acción apropiado para la edad, de modo que los niños se examinan y se divierten al mismo tiempo", comenta, haciendo hincapié en que los exámenes se centren en el segmento de la población al que se dirigen.

El Director of English Language Research del British Council se muestra convencido de que los exámenes del futuro se basarán "cada vez más en la expresión oral y escrita" y asegura que los alumnos estarán inmersos en actividades de la vida real que impliquen "toda la gama de conocimientos y destrezas lingüísticas". Unas pruebas que, además, serán personalizadas y apoyadas en la tecnología.

En cuanto al popular examen Aptis, señala que las actividades tienden a ser mucho más "cotidianas" que las pruebas tradicionales, que a menudo resultan difíciles para los candidatos porque la lengua evaluada y las actividades incluidas no les resultan familiares. Además, apuesta de forma clara por tener más en cuenta a las partes interesadas -los candidatos, los padres, los profesores e incluso los responsables políticos- a la hora de diseñar y desarrollar pruebas y sistemas de aprendizaje. "Para ello tenemos que comunicarnos con ellos en un lenguaje no técnico y utilizando canales como redes sociales, blogs o diálogos interactivos, que les resulten familiares", destaca.

O'Sullivan alerta de que los exámenes de inglés están evolucionando "muy lentamente" y considera que las pruebas tendrán que cambiar "más rápidamente", centrándose en las actividades lingüísticas reales en lugar de la actual carrera hacia el fondo en la que los desarrolladores de exámenes en inglés "reducen drásticamente el tiempo de realización de las pruebas en detrimento de su calidad". También denuncia que, muchas veces, se crea contenido para las pruebas a través de una tecnología que es "demasiado simplista", ya que está centrada en la tecnología "en vez de centrarse en el uso del lenguaje".

Por ello, apuesta porque los desarrolladores de exámenes escuchen a las empresas y a otros usuarios de pruebas, como las instituciones educativas y los gobiernos, para crear pruebas "que realmente hagan lo que dicen hacer y que se ajusten a las necesidades reales de los usuarios". Y destaca la importancia de la expresión oral y escrita y de la interacción. "Cada vez más, esto es lo que la gente quiere, no otra batería de exámenes con preguntas de opción múltiple que pretenden evaluar unas destrezas mal definidas o incluso sin una definición concreta", concluye.