Valladolid-Celia-Garcia-Paunero-baloncesto-entrevista-ncaa-3

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Deportes

“El baloncesto es mi pasión desde pequeñita, mi forma de vida”

3 julio, 2017 17:31

“Me enamoré de ti. Un amor tan profundo que te di mi todo. Mi mente, mi cuerpo, mi espíritu y mi alma”, decía un fragmento de la carta de despedida que el gran Kobe Bryant escribió hace apenas un año para decir adiós, con 37 primaveras, a una carrera inmaculada con cinco anillos de la NBA en el bolsillo.

Carta que demuestra el amor que profesan los más grandes por el deporte de la canasta pero también las jóvenes y futuras promesas como la vallisoletana Celia García Paunero, que a sus escasos 21 años respira baloncesto por los cuatro costados.

La hija del entrenador del recientemente ascendido CBC Valladolid, Paco García, viene de cuajar una temporada espectacular en la NCAA, en Estados Unidos, con récord de rebotes incluido. Amante de la lectura, con ‘El Código Da Vinci’ como libro favorito, Celia nos cuenta su gran año y muchas anécdotas más en una entrevista para disfrutar.

Pregunta: Teniendo a Paco García como padre y a Ana Paunero como madre, estaba claro que tenías que ser jugadora de baloncesto…

Respuesta: Estaba claro en parte porque tengo una hermana pequeña que es bailarina y hace flamenco en el conservatorio. Mis padres nunca se metieron en lo que tenía que hacer o no y yo elegí el baloncesto. Yo, por ejemplo, tengo pocos recuerdos de que mis padres me hayan visto jugar, lo han hecho más ahora cuando he competido en Estados Unidos y a las 2:00 de la mañana que cuando era pequeña.

P: Se puede decir que en vez de con un pan, naciste con un balón de baloncesto bajo el brazo.

R: Eso sí que se puede decir porque además con mi padre de entrenador vivimos intensamente el baloncesto. Hemos cambiado mucho de ciudad por culpa de este deporte pero puedo afirmar que el baloncesto es algo principal en mi vida.

P: Te dan muchos consejos tus padres, en lo baloncestístico, o te dejan hacer?

R: Para nada. Tengo un padre entrenador que es su profesión pero nada más. Al final, en casa, podemos ver un partido  y comentarlo pero no me va a decir que tire de una forma o de la otra, al revés, siempre me han dejado muchísima libertad.

P: De pequeña, supongo que sufrirías mucho por el hecho de estar teniendo que cambiar constantemente de ciudad por la profesión de tu padre. De Lugo a Tenerife, de Tenerife a Valladolid, Ourense… Es duro, ¿no?

R: Siempre he intentado ver el lado positivo. Era difícil cambiar cada año de ciudad, por ejemplo, cuando terminé 2º de bachillerato en Valladolid ya había cambiado nueve veces de colegio o instituto y solo tenía 18 años.

La etapa más larga fue en Lugo donde permanecí cuatro años pero saco el lado bueno y pienso que he hecho amigos en todas estas ciudades lo que me ha abierto muchas puertas a la hora de conocer a gente muy dedicada al baloncesto. También me ha ayudado mucho el irme al extranjero para convertirme en una persona más abierta y hacer amigos más fácilmente. No me importa cambiar de aire y me ha hecho ser una persona más echada para delante.

P: ¿Cómo fueron tus inicios en Lugo, Tenerife, Ourense y Valladolid (Agustinas y UVA-Ponce)? ¿Dónde te lo pasaste mejor y dónde empezaste a dar el salto?

"Siempre digo que el baloncestos es mi hobbie".

R: De pequeña era muy mala (risas). He ido con las selecciones de Castilla y León y Galicia y he jugado nueve o diez Campeonatos de España  pero nunca he tenido ninguna llamada de la Selección española.

Siempre digo que el baloncesto es mi hobbie y que tengo la suerte ahora de haber mejorado pero yo juego al baloncesto porque me gusta, es mi pasión y disfruto mucho hasta entrenando. Tengo muchos y buenos recuerdos jugando y entrenando, por ejemplo en Tenerife, cuando era muy pequeña.

P: Hace cuatro años, con solo 17, decides dar el salto y marcharte a Estados Unidos para jugar en Otero Junior College, en Denver. ¿Cómo decides dar el salto?

R: Quería estudiar INEF en España pero era o hacer esto o intentar jugar a un alto nivel. Una decisión muy difícil de tomar. Durante una comida familiar me plantearon el irme a Estados Unidos. La oferta era muy buena, el aprender el idioma también era muy importante y por esto decidí irme allí.

P: ¿Cómo fueron los inicios? ¿Qué tal te llevabas con el inglés?

R: Si me fui a un Junior College, que es como un FP en España, fue porque no tenía el nivel suficiente de inglés como para ir a la Universidad. Fue un poco complicado porque en la Junta de Colorado que es donde vivía nadie hablaba español. En dos o tres meses aprendí porque no me quedaba otra, entrenaba en inglés, daba clases en inglés y si no aprendía no me enteraba de nada, así que lo hice y estoy muy contenta por ello.

P: ¿Cómo fue la aclimatación allí?

R: Lo peor es que hacía mucho frío pero no me costó mucho ya que al jugar en un equipo de baloncesto al final tienes doce amigas instantáneas. Fueron como una familia para mí, me acogieron muy bien y me ayudaron muchísimo.

P: Tras ese primer año de adaptación, firmas en tu segunda temporada 20,2 puntos y diez rebotes por partido ni más ni menos.

R: Fue un año muy especial porque además el equipo estaba muy bien, llegamos a semifinales de conferencia y fue una temporada muy bonita. Además el grupo estaba muy unido y al final que te salgan las cosas bien de manera individual es un punto positivo. Incluso recibí muchos reconocimientos.

P: Estos números te sirvieron también para ser nominada para el All Regional Player y elegida dentro del Equipo ideal de las finales, un mérito al trabajo bien hecho.

R: También fui la primera jugadora en mi universidad a la que la nominaron All American, dentro de las 50 mejores de Estados Unidos de entre las 4000 jugadoras que hay.

P: Y además te sirvieron para tener varias ofertas de universidades de División Uno y disputar estas dos últimas ediciones de la NCAA, ¿Por qué te decantaste por Incarnate Word?

R: Fue una corazonada. Tuve la suerte de que había muchas universidades que me querían y me llamaban dentro de un proceso muy bonito porque te pagan el viaje pudiendo conocer la universidad durante 48 horas para encontrarte con los entrenadores. Esto lo hice cinco veces, que son las que podía. Yo tenía casi claro que iba a fichar por California pero cuando fui a la de Texas me llamo mucho la atención porque era un sitio muy familiar, una universidad de nivel uno pero con solo 1000 estudiantes y me decanté por ella. Realmente fue una corazonada.

P: Por lo que me cuentan, te has convertido allí en todo un ídolo, ¿Te lo esperabas? ¿Te reconocen por la calle?

R: El primer año fue complicado, fue de transición. El cambiar de un Junior College a una NCAA es bastante duro, a nivel físico y demás pero sí es cierto que este año ha sido espectacular.

P: Te querrán más desde aquel pasado 20 de enero, cuando batiste el récord de rebotes de la universidad, después de 26 años.

R: Fue un día muy especial. Siempre que ganábamos un partido, a la mañana siguiente y para ir a clase, tenía que salir de la habitación 20 minutos antes porque sabía que todo el mundo me iba a dar la enhorabuena y ese día no fue una excepción. Cuando lo dijeron esa noche por la megafonía y a la mañana siguiente fue tremendo. Además en España tuvo mucha repercusión lo que te hace estar más orgullosa aún del record.

P: ¿Cómo viviste ese partido? El durante y el después.

R: La verdad es que no recuerdo el hecho de haber cogido tantos rebotes hasta llegar a 24. Sí que sabía que el rebote era una de las claves de un partido que sacamos adelante bastante bien. La entrenadora me mantenía en pista, cuando lo normal hubiera sido sentarme y me gritaba “dos rebotes más”. Cuando capturé el definitivo me sentó, lo dijeron por megafonía y me sentí muy bien.

P: ¿Te llamó Stephanie Wiatrek (anterior record en 1991 con 22 rebotes) para felicitarte?

R: No y no ha habido ningún tipo de contacto con ella pero yo tengo claro que si alguien rompe mi record en unos años, llamaré.

P: ¿Cómo has vivido en general esta última temporada?

"Ha sido un sueño con todo lo que puedes pensar cuando eres un niño pequeño".

R: Ha sido un sueño con todo lo que puedes pensar cuando eres un niño pequeño y juegas en el patio del colegio. Vas a unos pabellones increíbles, juegas contra gente muy buena, sales en la televisión, das entrevistas… He sido la primera jugadora de la historia en acabar con media de doble-doble y eso también es tremendo. He intentado disfrutar cada segundo porque sé que esto es muy difícil que me vuelva a pasar.

P: También me cuentan que eres una alumna destacada, académicamente hablando, en Psicología Deportiva y Educación física. Has recibido incluso premios.

R: Me metieron en el quinteto de la Conferencia a nivel deportivo y también a nivel académico, que eso también es un logro. En la Universidad está muy bien valorado que además de buen deportista seas buen estudiante.  Me he graduado con un 3.9 sobre 4 en Estados Unidos que son todo dieces menos tres nueves.

P: La respuesta será obvia pero, ¿Por qué elegiste el 23?

R: Llevaba el 33 en Otero  y cuando llegué a San Antonio estaba ocupado, por lo que pensé en llevar el número más especial de Estados Unidos. Daba un poco de respeto que ese dorsal tan importante lo llevara la extranjera pero yo lo he disfrutado  mucho.

P: ¿Cómo has visto la gesta de tu padre con el CBC Valladolid?

"Me he dado cuenta de la importancia que tiene un ascenso".

R: Tengo que decir que he seguido la competición durante todo el año. Al principio gracias a los compañeros de Onda Joven radio que lo daban en directo y luego a través del Canal FEB.

Cuando lo ves desde la distancia y sola sufres más porque yo estoy acostumbrada a ver los partidos en el pabellón. Llegué de Estados Unidos en el quinto partido contra Morón y vi la final entera ante Zornotza. Creo que tiene mucho mérito el vivirlo con él porque es su tercer ascenso pero el primero en el que yo me doy cuenta de la importancia que tiene.

P: Tu padre al final ha hecho que la ciudad vuelva a vibrar con el baloncesto y ha conseguido que se recupere la ilusión por el baloncesto.

R: Sí. Yo le he dicho que la última vez que había visto Pisuerga así fue cuando vino la Selección el año pasado en verano, cuando estuvo lleno el polideportivo. El último partido en Pisuerga ante Zornotza fue espectacular. La gente animaba sin parar, es algo que se echaba de menos.

P: ¿Qué es para ti el baloncesto?

R: El baloncesto es mi pasión desde pequeñita, mi forma de vida. Si tengo algún problema sé dónde tengo que ir, a tirar una canasta y jugar. Tengo la suerte de que cada vez disfruto más.

P: ¿Cómo ves tu futuro en el mundo del baloncesto y también académicamente?

R: Académicamente, ahora que tengo la carrera, lo voy a dejar un poco aparcado aunque me voy a seguir formando, pero tengo idea de intentar jugar aquí, en España o en Europa, los próximos años.