Menos palistas, sí, pero la misma ilusión en esta prueba. Este domingo se celebraba en las aguas del río Duero la 44 edición del Descenso Ibérico de Piragüismo con más de trescientos participantes, buen tiempo y una gran afluencia de público.

A las 10.45 horas las embarcaciones de todas las categorías salían de la localidad de Fresno de la Ribera a excepción de los cadetes e infantiles que lo hacían desde Villaralbo como es habitual. Los ánimos de los familiares o amigos se sucedían durante todo el trayecto pero al acrrcarse a la capital y al Puente de Piedra, punto de llegada, los gritos amunetaban para darle fuerza a los palistas conocidos en los últimos metros.

Así y adelantándose a la hora prevista, cruzaban la meta el K-2 de Julio Martínez y José Julián Becerro. Tras la llegada de los K-2 era el momento de la entrada en meta de los K-1 con los aplausos de los zamoranos congregados en las inmediaciones del Puente de Piedra. De este modo, la primera embarcación del K-1 en llegar a meta fue la de Emilio Llamedo y el primer zamorano que cruzó la meta fue Alejandro Sánchez con un meritorio tercer puesto que arrebató en un sprint final a su perseguidor.

Por último, el caudal del Duero preocupaba a los participantes pero finalmente ha sido bueno logrando un recorrido exigente y con tramos en los que era necesario saltar los azúdes, sobre todo al final del recorrido de este Descenso Ibérico de Piragüismo.