“Valoro mucho mi salud, cuando falta se echa de menos”, nos cuenta José Antonio de Castro, presidente desde hace 24 años y entrenador desde hace 8 de un BSR Valladolid que ha dado muchas alegrías al deporte de nuestra ciudad en una disciplina tan desconocida por muchos y olvidada por otros tantos como es el baloncesto adaptado, también llamado en silla de ruedas.

Hablar con este vallisoletano de 46 años es hacerlo con la voz de la experiencia y la más cualificada, sin lugar a dudas, en esta disciplina y es hacerlo también con la coherencia y, sobre todo, con la cordura, después de tener que superar una discapacidad congénita y un trasplante de riñón que, sin embargo, no le han quitado la ilusión por vivir.

De su historia personal y de la marcha de un equipo que no ha empezado como quería la temporada hablamos con el míster del BSR Valladolid en esta entrevista aprovechando el parón liguero y antes del compromiso del sábado ante Fundación Vital Zuzenak del próximo sábado en tierras vascas.

Pregunta. ¿Quién es José Antonio de Castro? ¿Cómo se define como persona?

Respuesta. Procuro ser buena persona y mejor cada día. Intento disfrutar de la vida en cada momento.

P.¿Cómo ha cambiado José Antonio de Castro a lo largo de sus 46 años de vida?

R. Precisamente, he aprendido a valorar cada momento y a relativizar los problemas que surgen cada día.

P. ¿Qué le ocurrió y cómo cambió su vida?

R. Además de mi discapacidad congénita, sin duda fue clave el momento en que recibí un trasplante de riñón. Me devolvió a la vida normal después de 1 año obligado a enchufarme a una máquina de hemodiálisis tres días a la semana.

P. Al principio supongo que fue difícil…

R. Fue difícil asimilar que, como jugador, ya no tenía las mismas posibilidades que había tenido anteriormente y que debería plantearme algo fuera de la propia cancha.

P. ¿Cómo lo ve ahora?

R. Valoro mucho mi salud, cuando falta se echa de menos. La retirada de las canchas iba a ser cuestión de tiempo.

P. ¿Se plantea escribir un libro como el de Julio Justo?

R. Yo prologué su libro y la verdad es que fue toda una experiencia. No descarto que algún día me ponga a escribir sobre mi vida. Aquel libro fue algo necesario en un mundo carente de referentes y de trabajo de documentación.

P. ¿Cuándo se pone al frente de una nave que suma 24 años como es el BSR Valladolid?

R. Con 20 años iba a Cantabria todos los fines de semana a jugar en Primera División. Conseguí contactar con gente de Aspaym CyL como Nacho Tremiño y apostamos fuerte por crear un club que pudiera ofrecer deporte a personas con discapacidades físicas.

P. ¿Cómo ha evolucionado el club a lo largo de estos años?

R. Desde el nombre, ya que empezó siendo CD Aspaym CyL y ahora es BSR Valladolid, hemos procurado siempre dotarlo de la mayor profesionalidad y esto tiene ventajas, pero también se pierde la esencia que teníamos al principio. No es mejor ni peor, es diferente.

P. ¿Los mejores años del equipo quizás hayan pasado ya?

R. Los mejores años siempre están por venir. Hemos conseguido éxitos deportivos importantes, pero el principal es haber sobrevivido en los peores momentos. Ahora todo es difícil pero queremos ir creciendo para ser los mejores.

P. ¿Cómo está ahora mismo el BSR Valladolid fuera de las canchas?

R. Parece que bien tras el acuerdo por tres temporadas más con Fundación Grupo Norte. La situación económica que hemos vivido ha sido crítica. No teníamos más forma de recortar.

Actualmente gozamos de salud, tenemos el respaldo de una gran compañía vallisoletana como Grupo Norte. Nuestro crecimiento será poco a poco, sin locuras, eso es lo que nos hizo sobrevivir en los peores momentos.

P. De no ser por este patrocinio no habría baloncesto adaptado en Valladolid tal y como está la cosa.

R. Sin ninguna duda. La Fundación Grupo Norte aporta el 50 % de nuestro presupuesto y el resto de entidades privadas otro 25 %. Además, se trata de un nuevo ciclo de tres años que nos dota de mucha estabilidad.

P. En lo deportivo la cosa va un poquito peor con dos triunfos en siete jornadas. ¿Cómo está viendo al equipo?

R. Está costando. La presencia de tres jugadores nuevos en el equipo (y la pendiente de uno más) está mostrando dificultades de comunicación. La defensa, por ejemplo, depende mucho del nivel de comunicación y de lograr los automatismos que hemos tenido otras temporadas. Trabajamos para adelantar cuanto antes los plazos con el fin de que el equipo sea más sólido.

P. ¿Hay posibilidad de mejorar esa sexta plaza en Liga y séptima en la Copa del Rey?

R. Estamos ante la Liga más igualada y competida de todas. Eso nos hace tener que valorar mucho cada partido y cada victoria.

P. Han llegado jugadores potentes como los iraníes Omid Hadiazhar y Mousa Ghozibi y el italo-argentino Maxi Ruggeri. ¿Cómo se están adaptando al equipo?

R. Como he apuntado antes está costando pero son muy buenos jugadores y acabarán rindiendo a un gran nivel.

P. Esta temporada todas las fuerzas están mucho más parejas

R. No hay ningún equipo que se descuelgue por resultados. Está todo muy parejo, hay 3 o 4 conjuntos con opciones de ganar la Final 4 y también está muy abierta la lucha por evitar el descenso.

P. ¿Cuál puede ser el futuro del baloncesto adaptado?

R. El futuro pasa por la inclusión de deportistas que no tengan discapacidad alguna y puedan competir. La repercusión será mayor y necesitamos apoyo por parte de los medios de comunicación.

P. ¿Hay cantera a la hora de dar continuidad a este deporte?

R. La cantera es muy limitada, afortunadamente. Por eso debemos ampliar horizontes en la práctica del BSR.

P. ¿Cuáles son sus diferencias primordiales con el baloncesto?

R. Las diferencias de reglamento son mínimas. La altura de las canastas, las dimensiones son las mismas... Prefiero invitar a todos los lectores a que lo practiquen.

P. ¿Un objetivo que se marca José Antonio de Castro esta temporada?

R. Alcanzar una semifinal de Copa del Rey

P. Un deseo ahora que está cerquita ya el 2019 y de cara a la Navidad y al Año nuevo.

R. Salud y fuerza para conseguir todo lo que nos proponemos.