“El tren solo pasa una vez”. Eso es lo que pensó el vallisoletano Iñaki Bayón cuando le llegó la primera oportunidad de dedicarse al fútbol sala en cuerpo y alma. Desde sus comienzos en el C.D Tierno Galván, Iñaki ha ido pasando por diferentes clubes, hasta hoy, que regresa a Italia para afrontar su segunda etapa en el país de la pasta, pero, esta vez, como profesional.
Como todo chaval de barrio, en sus comienzos Iñaki veía el deporte como “un hobby”. Sus primeros pasos se dieron en el C.D Tierno Galván, donde empezó a meter sus primeros goles con 4 años. Incluso desde esa temprana edad ya se veía el potencial que tenía el joven jugador, que llegó a competir con los de una categoría superior.
Con tan solo 16 años logró debutar en Tercera División española, precisamente con el primer equipo del club de su vida. “Yo era todavía cadete y me llamó el entrenador del primer equipo del Tierno y al principio no me lo creía”. El futbolista recuerda como ese día era “un manojo de nervios y de mucha tensión. Jugué solo 5 minutos pero pareció que fueron 20”.
Su progresión continuó en ascenso, hasta que en 2018 su representante le dio, hasta la fecha, la noticia más importante. Italia llamó a su puerta de la mano del Futsal Barletta. “La decisión se hizo un poco difícil al pensar que tenía que alejarme de mi familia y amigos, pero era una oportunidad de oro”.
Asistencia de Iñaki Bayón con el Futsal Barletta
Las barreras idiomáticas y culturales a veces suponen muros de contención difíciles de superar, pero a pesar de la dureza, Iñaki logró adaptarse al país, aunque durante los primeros partidos y semanas “no entendía nada” y estaba “un poco perdido”. “Al final era la primera vez que salía de casa”, aclara.
Sumado a esto, el vallisoletano se encontró en Italia con un fútbol sala diferente, enfocado más en las individualidades que en la colectividad. “Allí se basa más en el 1 vs 1 y son más leñeros”, comenta entre risas.
Tras 2 años en los que Iñaki siguió creciendo profesionalmente, llegó la pandemia, como un jarro de agua fría, que al igual que en todos los ámbitos de la vida, golpeó al fútbol sala de una forma feroz. Y es que para un deportista tener que parar, prácticamente, en seco, no se hizo nada fácil. “Fue muy jodido, se paró todo el campeonato y pensar que tenías que estar 7 meses sin jugar era muy duro. No podíamos hacer nada, solo deporte en casa…”, aclara.
Los rayos de luz comenzaron a aparecer en septiembre, cuando se reanudó la liga, pero no duraron mucho, ya que en octubre a causa de un gran brote de Covid-19 volvió a paralizar por completo la competición. Esta cadena de sucesos provocó el retorno de Iñaki a España.
Esta vez sería Unionistas quien acogería al futbolista. “Al estar parada la competición mi representante me dijo que había que hacer algo, que no podía estar parado. Me llegó la propuesta de Unionistas y no podía decir que no. Además, aquí la experiencia ha sido muy buena, los compañeros me acogieron bastante bien y teníamos un entrenador de Primera División y entrenábamos 3 o 4 veces por semana, algo que ningún equipo de Tercera División hacía”, afirma.
Finalmente, 2021 ha significado el gran año de su carrera. Italia, el país que le dio la primera oportunidad de salir de casa, le ha dado ahora su primer contrato como futbolista profesional. El Citta di sestu, de la isla de Cerdeña, será quién albergue al joven jugador vallisoletano de 22 años esta temporada.
Un equipo que a Iñaki le supone dar “un gran salto”, en el que competirá en la Segunda División nacional de Italia. “Aquí me van a exigir más y el objetivo además es ascender a Primera”, asegura.
Además, Iñaki no quiere ponerse techo, al declarar que su objetivo es “llegar algún día a Primera División”. De momento, este año afrontará su primera temporada como profesional en Italia, con la mira puesta en el futuro de “regresar a España y jugar en la máxima categoría de aquí”. Por último, el futbolista pide que "se valore más al fútbol sala", aunque se alegra de que "poco a poco la gente lo está viendo más".