Haizea Vázquez, de 10 años, es una de las mayores aficionadas al baloncesto de España. Le va en la sangre ya que es hija de Rubén Vázquez, árbitro extremeño pero afincado desde hace muchos años en el País Vasco. Desde hace tiempo está diagnosticada de una enfermedad rara llamada Retinosis Pigmentaria, la cual no tiene tratamiento. Se trata de una patología donde se dan una serie problemas oculares que afectan a la retina. Esta condición cambia cómo la retina responde a la luz y dificulta la visión. Las personas con RP pierden la visión gradualmente. Sin embargo, en general no quedan completamente ciegas.
Pues bien, Haizea y su familia no dudan en cruzarse España de lado a lado para poder disfrutar de su pasión, el baloncesto, pero sobre todo para hacer visible esta enfermedad. Por este motivo este pasado viernes estuvo presente en el polideportivo Pisuerga para disfrutar del choque entre el UEMC Real Valladolid Basket y el Albacete. Finalmente se impuso el equipo vallisoletano por 83-70, pero eso fue lo de menos. Lo importante es que la pequeña Haizea se lo pasó en grande y se habló, y mucho, de la retinosis pigmentaria. Además de Pisuerga, Haizea y su padre han estado en otras canchas de baloncesto de España, como por ejemplo Cáceres, llevando el mensaje de compromiso con esta enfermedad.
“Ayer contamos con una aficionada muy especial en Pisuerga, Haizea Vázquez. Eres un ejemplo para todos nosotros”, ha asegurado el club en sus redes sociales y como se puede ver en las imágenes también el entrenador Paco García quiso compartir minutos con la joven vasca.