El 30 de junio de 1989 está marcado en la memoria de muchos aficionados del Real Valladolid. Ese día, el conjunto pucelano, entrenado por Vicente Cantatore, llegó a la final de la Copa del Rey para jugarla contra el Real Madrid en el Vicente Calderón. Se perdió 1-0, pero es el último momento de grandeza y de ilusión que los aficionados tienen en su memoria. Este junio habrán pasado 34 años, por lo que los socios más jóvenes ni lo recuerdan.
Desde entonces, temporada tras temporada, se han vivido bochornos históricos y derrotas por no tomarse en serio una competición que a otros clubes están deparando páginas brillantes en su historia. La última, la vivida en Vitoria contra el Alavés de Segunda División. Desde aquel 30 de junio no se ha vuelto a jugar ni siquiera una semifinal. Y solo se ha llegado 6 veces a cuartos de final. Un triste bagaje para un club con la historia del Real Valladolid.
Y para más inri, hay que irse a la temporada 2006/2007, hace 16 años, para encontrar la última vez que se estuvo en cuartos. El Deportivo de La Coruña fue el ejecutor con un balance en la eliminatoria de 5-2. Las otras apariciones son en el siglo pasado.
Envidia de otros clubes
El Real Valladolid se ha convertido en los últimos años en un equipo un equipo inexistente en Copa del Rey. Hace tiempo que ni directiva ni entrenadores ni jugadores apuestan por esta competición. Y eso duele a unos aficionados que han visto con rabia cómo clubes como el Rayo Vallecano, Levante, Granada, Mirandés, Leganés, Alavés, Celta de Vigo, Espanyol han disfrutado de unas semifinales, a un paso de la gloria. E incluso, Las Palmas, Alcorcón, Éibar, Girona, Almería o Cádiz han tocado cuartos de final. El estadio José Zorrilla envidia encuentros de tensión y de primer nivel desde hace mucho tiempo.
Año tras año, los abonados se ilusionan con una competición copera que incluso puede dar plaza para jugar en Europa, sin embargo, el mazazo es continuo. Habrá que esperar una temporada más.