Finalmente, Yolanda Díaz se impuso a Nadia Calviño y, a pesar de que la ministra de Asuntos Económicos haya intentado negar la evidencia, lo cierto es que la ministra de Trabajo y Economía Social ya tiene pactado con los sindicatos una subida del SMI en un 1,6%.
El presidente de la Patronal de Empresarios de Castilla y León (CEOECYL), Santiago Aparicio, lanza un mensaje rotundo tras este acuerdo: “si antes de la pandemia había un 30% de empresas en pérdidas en Castilla y León, gravar aún más la actividad del empresario, es evidente que sólo puede traer más paro y destrucción de tejido empresarial”.
La subida del SMI choca frontalmente tanto con los datos de la última EPA de agosto en Castilla y León -que reflejó un incremento de casi mil desempleados con respecto al mes anterior-, como con los informes del propio Banco de España tras la anterior subida del SMI en 2019 que supuso una desaceleración de entre 100.000 y 184.000 empleos a nivel nacional.
En el actual escenario económico, las empresas “no necesitan subidas de SMI ni créditos blandos sino subvenciones a fondo perdido”, para retomar niveles de prepandemia y seguir generando riqueza y empleo "de forma constante", recuerda Aparicio. "Aunque la subida del SMI fuera de un sólo euro, no es viable en estos momentos", añade.
Al incremento en los costes para las empresas que supone la subida del SMI, hay que sumarle los de la escalada sin tregua de los precios de la luz y de los combustibles, que en palabras del máximo mandatario de CEOECYL está siendo "inasumible para cientos de empresas abocadas a cerrar si esto sigue así".
Menos empresas
Si bien es cierto que la Economía de Castilla y León experimentó un crecimiento del 17,8% en el segundo trimestre del año con mil nuevas empresas hasta las 67.450 cotizando a la Seguridad Social, sigue habiendo un 4% menos que a cierre de 2019, es decir, respecto a los niveles prepandemia.
No obstante el buen dato del PIB regional, Aparicio se muestra “optimista con cautela” en relación a las previsiones de crecimiento que ya adelantó el presidente del Ejecutivo regional, Alfonso Fernández Mañueco, y que sitúan un 2022 como “el año de la recuperación”, previendo cerrar el actual ejercicio con un incremento global del PIB del 7,5%.
En términos de inversión, Aparicio apela a que el Ejecutivo regional "aproveche más y mejor la ventaja competitiva de nuestra situación geográfica estratégica, tan cerca de núcleos muy industriales como el País Vasco o Navarra", así como el hecho de que Castilla y León sea hoy la primera potencia española en generación de energía a partir del viento, con 6.300MW instalados, según la Asociación Empresarial Eólica.
Actuaciones inmediatas
Otro de los retos claves para el crecimiento económico de la Comunidad en los próximos años, es dar el paso a una digitalización global. Algo impensable para las zonas rurales donde existen graves problemas de conectividad. "No podemos permitirnos el lujo de que esas pymes tengan que irse para poder estar conectadas a Internet, o que en una Casa Rural no se pueda pagar con tarjeta", lo que condena a estas zonas a su desaparición tras una progresiva despoblación.
El fomento real de las relaciones entre Universidad y empresas es en opinión de Aparicio otro de los caballos de batalla de Castilla y León, dado que "hay que adecuar los títulos universitarios a las necesidades reales de las pymes si queremos generar empleo de calidad y evitar la fuga de talento, así como acercar la Formación Profesional Dual al mercado real de trabajo porque "tenemos problemas para cubrir determinados puestos".
En lo referente a la presión fiscal, Aparicio celebra que el Ejecutivo regional siempre se haya mostrado "sensible" a las necesidades de las pymes castellano y leonesas, pero anima a hacer un mayor esfuerzo bajando los impuestos sobre Patrimonio y sobre Actos Jurídicos Documentados, hasta los niveles en que lo ha hecho la presidenta de la Comunidad de Madrid, Díaz Ayuso.