La escalada de precios de los carburantes, la huelga de transportistas y el impacto económico de la guerra de Ucrania, junto a la crisis de abastecimientos de materias primas no impidieron que el consumo para transporte en Castilla y León creciera un seis por ciento en los tres primeros meses del año en relación a 2021, muy marcado todavía por las restricciones por la pandemia, aunque sigue siendo un 8,5 por ciento inferior al del ejercicio precovid.

Los datos que proporciona la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores), recogidos por Ical, ponen de relieve que en el primer trimestre del año, los castellanos y leoneses consumieron 427.768 toneladas de combustibles (gasolinas 95 y 98 y gasóleo A), 24.093 toneladas más que un año antes en los mismos meses, pero 40.515 por debajo del dato de 2019.

El comportamiento fue desigual por carburantes, ya que se disparó el consumo de gasolina 95, mermó el de 98 y aumentó ligeramente el de diésel. En concreto, las ventas de gasolina 95 profundizan en la tendencia alcista de los últimos ejercicios, y alcanzaron las 57.819 toneladas, con un intenso aumento del 27,1 por ciento en relación a las 45.476 de 2021. Un dato que también representa un crecimiento en relación a 2019, del 3,5 por ciento.

Su compañera de mayor octanaje y precio, la gasolina 98, tuvo el comportamiento contrario. Su consumo se situó en la Comunidad, en las 2.857 toneladas, con una merma en relación al primer trimestre de 2021, del 5,6 por ciento, cuando se vendieron 3.026. Una tendencia negativa más pronunciada si se compara la cifra de este año, con el consumo prepandemia, en 2019 entre enero y marzo, ya que la reducción en la demanda de este combustible se intensifica hasta el 21,6 por ciento.

Con todo el diésel sigue siendo el combustible más demandado en Castilla y León con diferencias, ya que en los tres primeros meses del ejercicio, su consumo ascendió a 367.092 toneladas, que representan un ligero crecimiento del 3,4 por ciento respecto a las 355.172 de un año antes. Sin embargo, en la comparativa con los mismos meses del año 2019, la cifra que proporciona Cores supone una bajada también de dos dígitos, en concreto del 10,2 por ciento.

Provincias

Por provincias y en relación al consumo global de estos combustibles, el comportamiento fue también desigual, ya que se redujeron las ventas en Palencia, Zamora y Soria, y aumentaron en el resto. En concreto, en la provincia palentina el consumo de carburantes para transporte ascendió entre enero y marzo a 26.279 toneladas, con un desplome respecto a 2021 en los mismos meses, del 26,3 por ciento; y en Zamora, el dato alcanzó las 42.091, un 9,9 por ciento por debajo de la cifra del año anterior. En cuanto a la provincia de Soria, se vendieron 18.763 toneladas, lo que representa una rebaja del 4,1 por ciento.

En el extremo opuesto se situaron con incrementos de dos dígitos, las provincias de Valladolid, Burgos y León. En del primer caso, el consumo en la vallisoletana ascendió a 77.450 toneladas, con un crecimiento del 18,9 por ciento, seguida por la burgalesa, con 65.809 y un avance del 18,5 por cuento; y la leonesa, con 84.150, y una subida del 17,3 por ciento.

Por último, crecimientos más moderados se produjeron en Ávila, Salamanca y Segovia. La provincia abulense contabilizó un consumo de combustible para transporte de 21.552 toneladas entre enero y marzo, que reflejan un avance respecto al mismos periodo de 2021, del 4,2 por ciento. Por lo que se refiere a la charra, se vendieron 65.062 toneladas, y en la segoviana, 26.611, con crecimientos del 3,9 y 2,1 por ciento, respectivamente.