Crisis. Pérdida de poder adquisitivo. El litro de aceite de oliva virgen a casi 10 euros. Visitas cada vez más frecuentes a los supermercados para hacer la cesta de la compra (un 30% más cara que hace un año), pero cada una de ellas de menor importe para así controlar mejor el gasto, y mucha gente pasando de largo frente a comercios de toda la vida cuyos carteles de 'Rebajas' ya no hacen de imán para incrementar notablemente sus ventas. Así "no hay quien venda un pantalón", dicen.
El debate está encima de la mesa pero, como siempre, lo difícil es encontrar la solución más adecuada a uno de los mayores problemas que arrastra el comercio tradicional en prácticamente toda España y de forma especial en Castilla y León.
Sin embargo, la economía de Castilla y León creció un 3,4% el pasado año y aunque en el primer trimestre de este año esta cifra se elevó hasta el 4,6%, el consumo ha ido desplomándose y el Colegio de Economistas de Valladolid, Palencia y Zamora (Ecova) calcula que la economía regional entrará en recesión en 2024 tras un previsible frenazo en el consumo de las familias en el último trimestre de 2023 que, sin embargo, no afecta por igual a todos los sectores.
De hecho, sólo hace falta salir a la calle para ver que restaurantes, locales de ocio y hoteles están llenos. Los dos primeros en términos generales mantienen un ritmo de trabajo estable durante todo el año, y los hoteles porque están en temporada alta en estos momentos.
Lo que es evidente es que hay sectores que continúan haciendo caja a buen ritmo a pesar de la pérdida de poder adquisitivo de las familias, mientras el pequeño comercio abre la persiana cada mañana y ve pasar las horas con una actividad floja incluso en campaña de rebajas.
¿Qué está pasando entonces con el pequeño comercio?
Adolfo Sainz, presidente de Conferco (Confederación Regional de Comercio de Castilla y León), mira con preocupación el futuro de este sector en el que trabajan más de 130.000 personas en la Comunidad en los más de 30.000 establecimientos que hay repartidos por todo el territorio (el 85% de ellos micropymes) y que supone en muchas ocasiones la única tienda donde comprar productos básicos en miles de pequeños municipios.
Aún no cuentan con datos sobre las ventas que ha supuesto para estos pequeños negocios el periodo de rebajas de verano, que finaliza el próximo 31 de agosto, si bien el presidente de Conferco recuerda que "no existe un calendario legal de inicio y finalización mientras cada establecimiento sólo las aplique, eso sí, durante dos meses". Algo que considera "es un cachondeo porque al final hay rebajas todo el año por las calles y eso es la ruina para el sector".
Los últimos datos del INE (Instituto Nacional de Estadística) señalan que las ventas del comercio de Castilla y León fueron las que menos crecieron durante el pasado mes de junio en toda España, con un incremento en la tasa de variación anual de un 0,9% mientras lo hizo un 14,4% en Baleares o casi un 12% en Madrid y la media nacional se marcó un aumento del 6,8%.
Una diferencia en las cifras detrás de la cual el presidente de Conferco señala a la despoblación. "¿Cómo vamos a vender más en Castilla y León si cada vez hay menos gente, más anciana y los más mayores apenas consumen?", se pregunta.
Respecto a los próximos datos de las ventas del comercio del mes de julio, en plena temporada de rebajas y que aún no han sido publicados por el INE, Sainz vaticina "que serán desastrosos" y que la campaña no cerrará "con muchas alegrías".
Qué hay detrás de la caída en el consumo del comercio
¿Hay futuro para el pequeño comercio de Castilla y León? ¿Tiene recorrido a largo plazo abrir un pequeño negocio en esta Comunidad? Sainz considera que la situación es "muy preocupante" y que los datos que hizo públicos el Consejo Económico y Social (Cescyl) hace dos meses "deberían ponernos a todos a trabajar para dar con las medidas adecuadas".
Los datos del informe al que hace referencia el presidente de Conferco indican que en los últimos diez años Castilla y León ha perdido cerca de 25.000 negocios.
"Nadie tiene una varita mágica para conseguir que, de repente, la gente vuelva a llenar las tiendas de toda la vida como ocurría antes; pero lo que está claro es que se ha producido un cambio de mentalidad en lal forma de consumir del ciudadano, a quien ya le da igual comprarse de segunda mano por internet una cazadora, una bici o la mochila del colegio para su hijo, pero sigue sin renunciar al gasto en ocio y restaurantes", detalla.
Un cambio en el patrón de los consumidores del que distintos protagonistas del espacio público y privado relacionado con el sector pudieron debatir a fondo el pasado 10 de abril en el Foro que organizó EL ESPAÑOL-Noticias de Castilla y León sobre 'Los retos del comercio de proximidad' y en el que participaron, entre otros, tanto el propio Adolfo Sainz como el presidente del Cescyl, Enrique Cabero.
Un encuentro en el que se llegó a hablar de "ciudades sin tiendas" por el goteo incesante de locales que cuelgan el cartel de 'Se Cierra' o 'Se Alquila' por falta de rentabilidad ante la caída del consumo.
En este sentido, el auge de las compras on line, la facilidad con la que pueden llevarse a cabo desde un smartphone y en cualquier sitio, así como la posibilidad que ofrecen algunas plataformas para poder elegir un producto entre muchas más referencias, modelos y colores que lo que puede encontrarse en una tienda física, "está produciendo un cambio de mentalidad con el que no podemos competir aunque queramos", lamenta Sainz, con liquidaciones, rebajas y promociones, además, "los 365 días del año".
Es decir: la caída del poder adquisitivo de las familias por los estragos de la inflación y las subidas de los tipos de interés o del euríbor (principal índice al que están referenciados la mayor parte de las hipotecas en España), afecta a su capacidad de compra pero depende de en qué: "los restaurantes están llenos pero nadie entra a comprar un pantalón", asevera Sainz.
La otra cara de la conciencia sostenible
Otra de las cuestiones que el presidente de Conferco cree que está detrás de este cambio en los patrones de consumo del ciudadano, es el índice de conciencia social que se está alcanzando con el aprovechamiento de los materiales y la economía circular. "Ahora la gente compra sin mayor problema la ropa usada de otro particular y directamente desde el móvil a un solo clic, algo impensable hace quince años, y esto también nos hace daño al comercio de proximidad", indica.
Preguntado sobre si la solución está en que el pequeño comercio se reinvente o se sume a este nuevo modelo de venta que está en la nueva mentalidad de compra del ciudadano, el Sainz apunta que "no es tan fácil, porque si no ya lo habríamos hecho".
"Si entras en las grandes plataformas de venta, al principio todo son bondades para que puedas ampliar tu público objetivo, pero luego te van apretando cada vez más y no compensa. No podemos competir", sentencia.
Otro de los aspectos de los que más se habla como actuación necesaria para mejorar la competitividad del comercio es la digitalización. Adolfo Sainz también lo tiene claro en este punto: "La digitalización está muy bien porque ha llegado para quedarse y amplía posibilidades, pero que el comercio de proximidad abra un canal on line no siempre es sinónimo de incremento de ventas ni de mayor rentabilidad. La gente que va al comercio de proximidad lo hace porque encuentra unos valores añadidos que no tiene en la venta digital", sostiene.
Ante esta dificultad para trazar una línea que permita al pequeño comercio resistir ante este cambio de mentalidad y el imperio de la venta on line, Sainz pide "más compromiso a la Junta de Castilla y León para sentarnos y elaborar un Plan Estratégico o un Observatorio específico del pequeño comercio porque si no, desapareceremos de las calles". De hecho, las principales vías de la Comunidad se han llenado de locales cerrados que ni siquiera vuelven a alquilarse para abrir en ellos otro negocio o si lo hacen tardan cada vez más tiempo en hacerlo.
En este sentido, Sainz insiste en que "una de las fórmulas que más nos ha ayudado a competir ha sido la campaña de bonos puesta en marcha con la ayuda de la Junta de Castilla y León, por lo que debería extenderse".
Las ayudas al sector, en su opinión, "no valen de nada si siempre son para los que empiezan (reducción de la cuota de autónomos, ayudas al alquiler del local...) porque los que cierran son los que ya han abierto antes".
Habrá que esperar a ver los resultados finales de la campaña de rebajas, tras las cuales todo volverá a empezar. Una vez más.
Noticias relacionadas
- Silvia García: "Con el cierre de los comercios locales, Castilla y León pierde una parte esencial de su identidad"
- Adiós a una panadería de toda la vida con 80 años de historia en un pueblo vallisoletano
- Las empresas de Castilla y León pelean por crecer ante una subida de tipos que golpeará la inversión