Cajamar y la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat) han presentado este martes en rueda de prensa el informe 'Indicadores de la Triple Sostenibilidad de los Hoteles Españoles' correspondiente al año 2023, que ha sido elaborado durante los meses de julio y agosto de forma conjunta. El objetivo de este estudio es el de crear un sistema de indicadores que permitan la monitorización de forma global del avance en el ámbito de sostenibilidad del sector hotelero, en materia medioambiental, social y económica.
Eduardo Baamonde, presidente de Cajamar, y Jorge Marichal, presidente de Cehat, han presidido el evento y han mostrado la "estrecha" relación entre las dos entidades desde 2018 para profundizar en el conocimiento del sector. Marichal ha destacado que el sector trabaja "incensantemente" para mejorar su eficiencia, en lo relativo a la gestión de infraestructuras pero también a la relación con la sociedad y los profesionales. Con esa intención, el presidente de Cehat ha destacado la importancia de "ampliar" el conocimiento de ese ecosistema, poniendo a disposición del sector herramientas como el informe presentado este martes.
Eduardo Baamonde ha destacado que Cajamar pone de manifiesto su colaboración "continuada" con este sector que, ha señalado, está haicendo grandes "avances" en los tres pilares de la sostenibilidad empresarial, aunque ha reconocido que queda "por recorrer". El informe ha concluido que el sector "se está transformando" y que "continúa trabajando" por ser "cada vez más sostenible" en todos los ámbitos. En concreto, se ha destacado que en los últimos años se ha mejorado la calidad de sus instalaciones, con una disminución en la intensidad de emisiones y de consumo de recursos, además de la inversión en mejoras de tipo tecnológico.
Marichal ha señalado que los retos para el sector "siguen siendo colosales" y que comprometen "los tres ejes" del ámbito de la sostenibilidad.
Medioambiental
El informe apunta que el sector alojativo y la restauración han reducido su impacto medioambiental en los últimos años, especialmente en lo que a emisiones de gases de efecto invernadero y consumo de agua se refiere, mostrando un cierto desacoplamiento entre la mejora de la actividad y la dimensión del impacto.
En este sentido, en cuanto a la evolución de las emisiones de gases efecto invernadero, se ha producido un proceso de reducción intenso desde 2012, con una caída de un 35,8 % en el conjunto del período, si bien 2021 sigue estando afectado por los efectos de la pandemia.
Por su parte, el consumo de energía aumenta en general desde 2015 un 11 %, aunque la intensidad en su uso se ha reducido al caer el consumo por trabajador un 17,3 %. Con respecto al consumo de agua, se observa una reducción de un 16% en el periodo analizado.
En lo que se refiere al eje ambiental, el estudio señala que habría que continuar la senda iniciada, extendiéndola también al uso de la energía, e incentivar la inversión en elementos de autoproducción y ahorro energético en la reducción del uso de combustibles fósiles y en la propia concienciación de los clientes de los establecimientos para hacerles partícipes de este esfuerzo.
Ramón Estalella, secretario general de CEHAT, ha señalado a este respecto que "estas iniciativas requieren, en muchas ocasiones, de nuevas inversiones, las cuales precisamente ahora son más complicadas, tanto por el aumento reciente y acelerado de los tipos de interés como por los niveles de endeudamiento alcanzados para hacer frente a la crisis del coronavirus".
Social
En el ámbito social el sector es una significativa fuente de empleo para la economía española, especialmente importante durante los peores momentos de la profunda crisis de 2009. Según el informe, el empleo en los hoteles ha crecido un 31,2 % marcando en este 2023 su máximo histórico.
David Uclés, economista de Grupo Cooperativo Cajamar, ha señalado que "la aportación de los hoteles a la economía española ha alcanzado su récord precisamente en este 2023, con un máximo del 2,35 % de los afiliados medios.
Por otra parte, a pesar de que los servicios de alojamiento y restauración son algunos de los sectores naturalmente más estacionales, han realizado un importante esfuerzo en la estabilización de sus trabajadores, de forma que la tasa de temporalidad en 2022 en los hoteles era menor que la de la economía española en su conjunto".
Respecto a los efectos de saturación, el informe indica que, aunque el sector está contribuyendo con el aumento de los viajeros alojados, la oferta disponible relativa está manteniendo un ritmo de crecimiento muy ajustado en los últimos años. Es decir, se está mejorando la eficiencia en el uso del espacio, de forma similar a lo que sucede con la energía o las emisiones. "En cualquier caso –apunta Uclés─, la mejor forma de medir estos efectos es hacerlo en el nivel micro (ciudad o barrio), que es donde realmente se visualizan, y teniendo en cuenta toda la oferta alojativa disponible, que en los últimos años se ha disparado de forma importante con la llegada de las plataformas de alquileres turísticos como Airbnb y similares".
Económica
La afectación sobre el nivel de precios, que existe a escalas locales, no parece tener demasiada incidencia a nivel nacional según el informe. El índice de precios hoteleros ha estado durante todos los años de la serie excepto el último (2022) por debajo del IPC general. David Uclés ha señalado en este sentido que, "lamentablemente, no se ha identificado información que nos permita evaluar los efectos inducidos por el aumento temporal de la población –turistas y visitantes– en los precios generales".
A tenor de los resultados del informe, la sostenibilidad económica se enfrenta a varios problemas importantes. De un lado, el aumento de los costes de distribución y el poco control que sobre ellos tiene el sector. Por otro, los derivados de la pandemia. Aunque las medidas puestas en marcha por los gobiernos han permitido la supervivencia de muchas empresas, los niveles de endeudamiento han crecido al tiempo que se han reducido las inversiones. Y, por otra parte, aunque se ha mejorado, seguimos sufriendo un elevado grado de estacionalidad, que limita la rentabilidad de nuestras instalaciones y que, además, genera problemas relacionados con la sostenibilidad social. Por ello, habría que incidir en planes e iniciativas que tengan como objetivo mejorar el nivel de ocupación durante los meses de temporada baja, poniendo en valor y realzando cuestiones como el patrimonio monumental, el natural y el cultural, incluida nuestra gastronomía.