La cooperativa de crédito Eurocaja Rural lleva asentada en Castilla y León desde 1997, año en el que abrió su primera oficina en la localidad de Candeleda (Ávila). Actualmente cuenta con una red comercial en el territorio de 36 sucursales, incluyendo seis de sus capitales de provincia (Ávila, Valladolid, León, Palencia, Segovia y Burgos), y tiene el objetivo de cerrar 2024, por encima del medio centenar de oficinas, con presencia ya en todas las capitales de provincia. El director general Eurocaja Rural, Víctor Manuel Martín López, que lleva al frente de la entidad desde 2011, destaca su lucha contra la exclusión financiera y defiende: “Donde otras entidades cierran y no ven posibilidades, nosotros abrimos, contratamos, generamos negocio, intentamos generar esa economía circular tan necesaria en el medio rural, en la España despoblada”.
¿Qué ofrece su modelo como cooperativa de crédito frente al de los bancos?
Nuestro modelo tiene varios pilares pero, sobre todo, lo que intentamos fomentar es la humanización del servicio financiero, ahora que se ha perdido en muchos pequeños y medianos pueblos de nuestro país. La presencia humana sigue siendo importante en las relaciones de negocio, socializar con nuestros clientes. La persona tiene que estar en el centro. Esto no quita que practiquemos un modelo híbrido de relación analógica, humana, personal, con un modelo digital. Son complementarios, no sustitutivos. La tecnología, la digitalización está al servicio de las personas, no es un fin en sí mismo, sino una herramienta.
Eurocaja Rural pronto cumplirá 60 años de existencia. ¿Siguen ustedes pegados al territorio?
Creo que es una de nuestras ventajas, el conocimiento del medio, la cercanía, y manteniendo los principios de una cooperativa de crédito, una entidad de economía social. La estrategia prudente, de largo plazo, de ser gente que nos gusta correr maratones a carreras de 100 metros, nos ha situado ante una posición de ventaja en el sistema financiero, con una entidad muy robusta, de cimientos sólidos y una gran salud económica. A pesar de los tiempo, hemos venido soportando con holgura todas las fases de las distintas crisis económicas que hemos tenido que soportar. Esta cultura empresarial fuerte, esta cultura de prudencia, de hacer las cosa bien, sin prisas pero sin pausas, nos ha permitido construir unos cimientos de una entidad muy sólida y solvente. Lo aprecian los clientes, porque les gusta estar donde duermen bien. Unos clientes que tienen cada vez más cultura financiera y valoran los ratios de solvencia, liquidez, beneficio, presencia y, sobre todos, los principios que rigen la entidad, y eso nos beneficia en un contexto donde se ha deshumanizado mucho la relación del cliente, y nosotros propugnamos e impulsamos el conocimiento cercano y el contacto.
Entonces, ¿luchar contra la exclusión financiera está en su ADN?
Donde otras entidades cierran y no ven posibilidades, nosotros abrimos, contratamos, generamos negocio, intentamos generar esa economía circular tan necesaria en el medio rural, en la España despoblada. Estamos sirviendo de dique de contención a la exclusión financiera en el medio rural. Hay miles de personas sin atender y sin recibir un servicio adecuado, que con Eurocaja Rural lo van a recibir. Ese modelo que combina lo mejor de las tecnologías, de la banca electrónica, la banca telefónica, con lo mejor del servicio financiero humano, con buenos y grandes profesionales.
¿El medio rural estará así siempre en su punto de mira?
Evidentemente. Nacimos hace casi 60 años, fruto de la voluntad de las cooperativas agrícolas y ganaderas, en la provincia de Toledo, para constituir un medio de financiación colectivo. Hoy somos de ámbito nacional, pero no nos podemos despegar del territorio donde estamos asentados. Mantenemos las raíces tremendamente ancladas en el medio rural. Seguimos financiando a agricultores y ganaderos, y tenemos más de 500 cooperativas asociadas a la entidad, y en los territorios a los que llegamos pretendemos servir de soporte financiero al medio rural. De donde venimos es a donde vamos, a los pequeños y medianos pueblos; y también al mercado urbano, porque la falta de servicios financieros también se nota en barrios de las grandes ciudades, donde también vemos posibilidad. Seguiremos asesorando las ayudas de la PAC, sobre maquinaria agrícola, estaremos cerca de las cooperativas en información y educación a través de la Fundación Eurocaja Rural. Más del 60 por ciento de nuestras oficinas están en núcleos de población de menos de 5.000 habitantes, eso es estar muy pegado al territorio, a la España rural y al sector primario. Eso no quita para que financiemos a grandes y medianas empresas, de tecnología, de generación de energía etc...
La entidad trabaja para todos los sectores, pero es una de las pocas que ofrece un servicio especializado, también, en el ámbito rural. ¿Nos puede concretar en qué consiste ese servicio?
Ofrece principalmente asesoramiento, formación y tramitación. Tan importante como ayudar es enseñar. En el área agraria, aparte de informar de la nueva normativa, nuevas subvenciones, está también en formar a las cooperativas, a agricultores y ganaderos, e informar en todo lo que acontece en el sector, lo que nos diferencia y nos enorgullece. Tenemos un departamento muy amplio, con perfiles desde ingenieros, abogados y asesores financieros. Es importante tener ese conocimiento para poder asesorar con profesionalidad a todo aquel que se acerque a ese área agraria de Eurocaja Rural. Nos diferencia y nos posiciona con ventaja frente a otros.
¿Qué es Eurocaja Rural en Castilla y León en cifras?
No es una promesa, es una realidad palpable. Llevamos desde 1997, cuando abrimos la primera oficina en Candeleda, en la provincia de Ávila. Hoy contamos con una red comercial de 36 oficinas entre sucursales y agencias, y estamos en seis capitales y, próximamente, en las tres que nos faltan. Estamos ya en Ávila, Valladolid, León, Palencia, Segovia y Burgos. Hemos superado las 450 sucursales en el ámbito nacional operando en Castilla-La Mancha, Madrid, Castilla y León, Comunidad Valenciana y Región de Murcia. Esto significa un compromiso a nivel nacional y muy claro con Castilla y León. Una entidad que llega para aportar y generar economía y se nos ha recibido con los brazos abiertos allá donde vamos. Nuestra pasión será, sin prisas pero sin pausas, continuar en el tiempo. Hemos venido para quedarnos, llevamos 26 años. Y hemos decidido ampliar nuestra presencia. Nuestro modelo de banca tradicional ha sido muy bien recibido, ofrecemos a nuestros clientes cercanía, profesionalidad, compromiso social y humanidad. Estar presente en una autonomía tan importante y que tanto ha sufrido el cierre de entidades bancarias y la falta de entidades financieras físicas en sus pueblos.
¿Nos puede concretar ese plan de expansión para seguir creciendo en la Comunidad?
Nuestro plan de expansión será cubrir todas las capitales de provincia en 2024, falta Soria, Salamanca y Zamora, y seguir abriendo oficinas por toda la Comunidad durante los próximos años. No vamos a parar. La idea es estar por encima de las 50 sucursales a finales de 2024, e ir incrementado en la medida que veamos posibilidad. Nos gusta decir que somos el salmón que remonta el río y no para morir sino para generar nuevo negocio, porque donde los demás cierran vemos posibilidades de apertura, donde los demás despiden vemos posibilidad de generar empleo y trabajo en Castilla y León, en grandes ciudades y en pequeños y medianos núcleos; como la última en Cacabelos, en León, con una agencia, la quinta de la provincia, y estamos tremendamente orgullosos y así lo seguiremos haciendo. Donde podamos contribuir a generar economía y empleo, lo haremos y daremos un servicio financiero de forma humana, cercana y profesional. Lo vamos a hacer.
¿Por qué su expansión desde Toledo en una autonomía donde el modelo de cooperativa de crédito está tan consolidado?
No somos una caja rural más, somos Eurocaja Rural. Respetamos a todas las entidad, vamos a coger cuota de mercado, a dar servicios mirándonos a nosotros; no nos gusta ir mirando retrovisores ni perdiendo el tiempo en competencias inútiles. Vamos a poner al cliente en el centro con los mejores productos y servicios que podamos dar. Nosotros vemos posibilidades. Que hay un modelo consolidado, evidentemente, y con muy buenas entidades. Llevamos desde 2011 expandiéndonos. Me hice cargo de la Dirección General ese año, estábamos principalmente en Toledo, con presencia en Guadalajara, y la parte sur de Madrid con dos oficinas en la capital, y otras dos en la parte sur de Ávila. Desde entonces, fíjese donde hemos llegado. Cogí la entidad con 193 oficinas, y hoy son más de 450; con una balance de 3.000 millones, que hoy son prácticamente 9.900, y había 600 trabajadores, y hoy hay más de 1.300 entre directos e indirectos. Hemos visto posibilidades, hay muchos núcleos rurales donde no había oficina, como Traspinedo en Valladolid, y tenemos una agencia allí. ¿Por qué no? Hay muchos pueblos con otras entidades, pero hemos venido para aportar. Vamos al mercado a captar clientes y generar negocio. Hay economía y oportunidad. Es una región con mucha potencialidad, mucha gente emprendedora, trabajadora, y es un medio donde nos vamos a mover muy bien.
¿Qué objetivos de crecimiento tienen en depósitos e inversión crediticia?
Todo lo que podamos. Cuando uno acaba de abrir, lo que se necesitan son los clientes. Primero captar clientes y luego ya iremos con el valor, con cifras de crecimiento de activo y pasivo. Ahora mismo nuestro objetivo es captar miles de clientes los próximos años y consolidarnos. Hemos ido para quedarnos y perdurar en el tiempo, ese es nuestro objetivo. No es flor de un día. Cuando abrimos lo hacemos para quedarnos en los sitios. En España tenemos 520.000 clientes.
¿No resulta arriesgada una política expansiva en un contexto de elevados tipos e inflación, en el que se producirá un enfriamiento económico antes o después?
Parece que se está enfriando la economía, pero mire el panorama de 2011, con una crisis brutal desde 2008. Cuando todo el mundo cerraba nosotros abríamos. Fíjese si estábamos locos, que lo hicimos porque no sabíamos que no era imposible. La situación hoy es totalmente distinta, tenemos muchos años de experiencia en una expansión, en que hemos cometido errores y hemos aprendido de ellos. Es importante y vemos un panorama favorable a nuestros intereses; a nuestra forma de expandirnos y a nuestro negocio. Se cierra una sucursal bancaria cada dos días en este país, y muchas de ellas están por desgracia en Castilla y León. Estamos cubriendo el mapa de forma importante, lo hacemos en Castilla-La Mancha, en Valencia, en Madrid, y lo haremos en Castilla y León. En un contexto de crisis vemos oportunidad. Lo aprovechamos en 2011, en un momento mucho más difícil y con menos experiencia. Hoy con esa experiencia vemos indicadores para una expansión de apertura de oficinas cuando los demás están cerrando. Hay negocio.
En este contexto de elevados tipos e inflación, ¿están notando un aumento de la morosidad?¿Está garantizada su solvencia?
Nuestra solvencia está fuera de toda duda. Nuestro coeficiente de recursos propios está por encima del 17 por ciento y creciendo de forma importante. La morosidad, la tenemos controlada, está en el 1,7 por ciento, un ratio que está entre los más bajos del país. A eso se añade que por nuestro ser especialmente prudente y conservador, tenemos un ratio de cobertura, sobre saldo dudoso del 130 por ciento cuando el mercado esta en una media del 66 por ciento. Tenemos mucha menos morosidad, y el doble de cobertura del sector sobre saldo dudoso. Eso deja fuera de duda nuestra solvencia y seguridad. Somos tremendamente ortodoxos en la gestión del riesgo crediticio, que es el que mata a una entidad; finalidad, viabilidad y garantías en lo que se analiza a la hora de conceder operaciones de crédito, de riesgo para la entidad. Prestamos a quienes intuimos que nos lo van a devolver, ese es el negocio bancario. Tenemos una morosidad histórica de menos de la mitad de forma recurrente y a veces mucho menos porque se gestiona muy bien el riesgo y la solvencia es a prueba de bombas.
La Fundación Eurocaja Rural es su brazo para que su actividad repercuta en la sociedad, con apoyos como los premios ‘Workin’ de inserción laboral de personas con alguna discapacidad. ¿Cuál es su aportación a Castilla y León?
La Fundación Eurocaja Rural es la que canaliza la obra social de la caja, tenemos un fondo de educación y promoción, que hay que dotar anualmente con entre el diez y el 20 por ciento del resultado por ley. La Fundación se volcará mucho con aquellos más desfavorecidos, en exclusión, personas con alguna discapacidad. Tenemos una amplia experiencia, acabamos de convocar los premios ‘Workin’, un proyecto de inclusión laboral para personas con capacidades diferentes. Acometemos acciones contra la despoblación y a favor de la España rural, como el congreso Empuéblate; o iniciativas como la carrera contra la ELA, que reunió a más de 4.000 corredores, con fondos que se distribuyen entre todas las asociaciones que luchan contra esta enfermedad. Además, hemos sido reconocidos con la Antena de Oro en su 50 aniversario, por la labor de acabar con la exclusión financiera en el medio rural, lo que ratifica nuestra labor. Somos una cooperativa de crédito muy implicada en los territorios donde actuamos.