El comercio minorista de Castilla y León fue el que menos incrementó sus ventas el año pasado (2,2%) de toda España, según los datos publicados hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y se situó casi cuatro puntos por debajo del crecimiento medio nacional.
Unos datos que no sorprenden al presidente de la Confederación de Comercio de Castilla y León (Conferco), Adolfo Sainz, quien ha señalado a este periódico que "estos datos son consecuencia de la falta de población, porque la subida de la cesta de la compra o del precio de la energía se ha dado en toda España, y se agrava en los entornos rurales, ahí el que pone un comercio o una tienda es un héroe".
Algo en lo que trabaja la Junta de Castilla y León que a comienzos de este año presentó a esta confederación su próximo plan estratégico que contempla un incremento en las ayudas previstas para este sector en los próximos presupuestos.
El dato hecho público hoy por el INE va también de la mano de la pérdida de poder adquisitivo de los castellanos y leoneses, que según el último informe del Monitor Adecco de Oportunidades y Satisfacción en el Empleo, ha experimentado un retroceso del 12,8% desde 2009 a pesar de que el salario medio en la Comunidad ha alcanzado a cierre de 2023 los 1.713 euros (un 5,7% más que en el año anterior).
Según datos de Conferco han cerrado más de 25.000 comercios en Castilla y León desde el año 2012, ejercicio en el que aún coleaban los devastadores efectos de la crisis económica producida por la caída de Lehman Brothers que arrastró a las principales economías occidentales y de forma especial a España, con una caída del PIB del 3,6% en el año 2009.
Por su parte, Leticia Mingueza, presidenta de ATA Castilla y León, ha indicado que en 2023 se han perdido casi 2.300 autónomos de los cuales "la mitad eran comerciantes, lo que pone de manifiesto la necesidad de apoyar a este sector para reactivarlo y adapatarlo a los nuevos tiempos".
Así, Castilla y León es junto a Murcia (con una subida de sólo un 3%) y Navarra (con un incremento del 2,8%), la comunidad donde el comercio minorista menos incrementó su caja en 2023, mientras en las Islas Baleares se disparó un 10% y en Madrid creció un 8,1%.
A pesar de que la economía española sorprendió ayer con haber cerrado el año pasado con un crecimiento del 2,5% (una décima más de lo esperado), el poder adquisitivo de las familias sigue decreciendo como consecuencia de la crisis energética que ha encarecido toda la cadena de producción industrial.
El entorno de subidas de tipos de interés (con el euríbor disparando el 80% de las hipotecas, es decir, todas las que se firmaron a tipo variable), el incremento en los precios de la cesta de la compra (casi un 30% más cara que en 2021), así como el aumento de los impuestos, exige a las economías familiares priorizar en el gasto mensual, lo que afecta directamente a buena parte del sector minorista.