La panadería de Paco. La mercería de Loli. Las tiendas donde cada uno tiene su nombre, donde incluso te fían, donde te llaman por tu nombre y no eres un número en un papel de turno de espera. Todo esto y mucho más es el comercio de proximidad. Las tiendas de barrio que, por desgracia, están en peligro de extinción. A pesar de ser un sector estratégico, se observa cómo en los últimos diez años la evolución del pequeño comercio en Castilla y León es negativa, de hecho, ha desaparecido el 25% de este comercio.

El goteo de cierre de negocios es constante. Cada semana este medio advierte de un cierre. Sin ir más lejos estos días hemos conocido el cierre de una panadería de toda la vida en un pueblo de Valladolid. O el adiós el pasado 31 de mayo de una histórica tienda como Cubero en la capital pucelana.

Es el sector que más empleo genera solo por detrás del sector industrial, con más de 131.000 empleos, con 30.000 punto de venta en pueblos y ciudades, y supone el 12% del PIB de la Comunidad ya que mueve casi 30.000 millones de euros anuales. Pero ahora, cada mes que pasa, es más complicado sacar el negocio adelante.

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El Consejo Económicoy Social de Castilla y León ha realizado un exhaustivo informe sobre el comercio de proximidad donde ha destacado la importante “función y relevancia” económica del comercio minorista en Castilla y León, por su importante contribución al empleo, por su singular relevancia como actividad que estructura y contribuye a crear identidad en ciudades, barrios y pueblos, por su destacada importancia para el abastecimiento de las zonas rurales, así como por su función como elemento de cohesión social, además de ser una actividad sostenible que, por tanto, contribuye de forma notable a la economía local.

Sin embargo, el comercio local viene sufriendo una reconversión desde la crisis financiera de 2008. Desde entonces, en cada crisis (crisis financiera, pandemia, inflación, efectos Guerra de Ucrania, etc.) se ha agudizado aún más la situación crítica del pequeño comercio, con una pérdida generalizada de negocios, autónomos y empleo en todo el territorio nacional y especialmente en Castilla y León. El comercio de proximidad ha ido perdiendo rentabilidad año a año, dejando de ser negocios rentables. De ahí de una de cuatro comercios hayan echado la persiana en la última década.

El comercio de Castilla y León representaba en 2022 el 15,5% del total del empleo de la comunidad, pero sólo las provincias de León, Zamora y Salamanca, superaban el porcentaje medio de la región y la provincia de Soria (11,5%) queda muy lejos de esta cifra. Las provincias con mayor peso del empleo autónomo en la actividad comercial, son Zamora (37,1%) y Ávila (37,0%), seguidas por Salamanca, Segovia y Soria, con porcentajes superiores al 29%, mientras que Valladolid es la provincia con menor proporción de trabajadores del régimen de autónomos (24,8%

En Castilla y León predominan las pequeñas empresas en el comercio minorista. De las 21.950 empresas existentes en 2022, el 50,6% no tenían asalariados, el 36,1% de 1 a 2 asalariados, el 10,2% entre 3 y 5, el 2,0% de 6 a 9 y sólo el 1,1% tenían 10 o más empleados. La evolución a la baja desde 2012, es bastante más acusada en el comercio minorista que en el total del comercio especialmente en las empresas de mayor tamaño, pero un dato muy preocupante es el descenso del 25,8% de las empresas sin asalariados del comercio minorista de Castilla y León.

"Un sector más callado"

La Confederación de Empresarios de Comercio de Castilla y León (CONFERCO) agradece al Consejo Económico y Social (CES) de Castilla y León la implicación demostrada con el sector Comercio de la región con este informe y también pone sobre la mesa los problemas que están sufriendo. Asimismo, el presidente de la Confederación de Comercio de Castilla y León (Conferco), Adolfo Sainz, ha solicitado esta semana en una rueda de prensa de Segovia hoy la creación de concejalías de Comercio en los ayuntamientos después de las elecciones del 28-M donde aún no existan, para “atender a un sector tan importante económicamente”. A través de estas concejalías de comercio, argumentó el presidente de Conferco, se pueden llevar a cabo campañas de publicidad, de sensibilización y concienciación, en los pueblos y las ciudades sobre la importancia del pequeño comercio. el presidente de Conferco reconoció que son un “sector más callado” que otros que en estos años, por ejemplo, han sacado los tractores a la calle o han roto platos. Aseguró también que son conscientes de que están atomizados y “no tenemos la conciencia de grupo a pesar de que las agrupaciones empresariales del comercio son fuertes y están muy consolidadas en cada una de nuestras capitales”.

La implantación de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en los municipios de más de 50.000 habitantes ha generado preocupación entre los comerciantes, que consideran que estas zonas restringidas al tránsito de turismos que no dispongan de etiqueta verde, producirá un inevitable traspaso del lugar que elijan los consumidores para hacer determinadas compras y afectará negativamente al dinamismo y desarrollo económico de los centros de las ciudades.

Recomendaciones

El CES considera que el comercio debe adaptarse a los nuevos tiempos, pero también que las administraciones públicas, de la mano de las organizaciones del sector y del resto de instituciones y agentes relacionados con el mismo, tienen que asumir un papel relevante a la hora de diseñar e implementar medidas y dedicar recursos públicos para apoyar la necesaria transformación del pequeño comercio. “Todo ello, con el fin de mantener un equilibrio de formatos y conseguir que el pequeño comercio de proximidad siga dando vida e identidad a nuestros pueblos y ciudades”, afirma el informe.

También recomienda a la Administración Regional que considere al comercio como un sector estratégico por su relevancia económica y social. El CES destaca la necesidad de poner en marcha “de manera inmediata” un Plan de Choque con medidas para potenciar la competitividad y paliar la situación de destrucción del comercio de proximidad.

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