Un día más tenemos que lamentar la pérdida de un negocio. De los históricos, de los que dejan huella. De los que proporcionaban, también, un dulce recuerdo con sus productos. Artesanos y de calidad. Sobre todo, en las Ferias y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo. Quizás el establecimiento que mejor elaboraba el postre típico de los festejos.
Hoy, Enrique Cubero Torres (68 años), el dueño de la Pastelería Cubero en la ciudad del Pisuerga ha confirmado en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León que el próximo 31 de mayo bajará sus persianas por última vez en los dos centros que tiene en la ciudad del Pisuerga.
En el que se ubica en la calle Pasión, que abrió en el año 1980 y que cumplía en este 2023, 43 primaveras. En él se ubica la confitería, el salón del té, el museo del dulce y el obrador. Y también echará el cierre establecimiento que abrió sus puertas hace 38 años en la calle Ferrari. Un palo.
“Llevo tiempo diciendo que iba a cerrar, pero no me lo creía. Al final, hay que tomar decisiones. Ni mis hijos ni mis sobrinos iban a coger las riendas. Su destino tenía otros derroteros así que no me queda más que jubilarme”, asegura Quique.
Él cogió el testigo de su padre. También llamado Enrique. Fue el fundador de la Asociación de Confiteros de Valladolid y el presidente. Durante 43 años, la Pastelería Cubero ha formado parte de la agrupación.
La falta de relevo generacional es la que ha propiciado el cierre de la marca. Una marca que cuenta con 18 trabajadores entre ambas tiendas. Y que deja un legado de más de 40 años de actividad endulzando más la vida tanto a los vallisoletanos como a los turistas que llegaban a la ciudad del Pisuerga.
“He nacido en ello. Da entre pena y nostalgia. Es un poco todo. Hay que asimilarlo. Es muy difícil”, finaliza Quique, quien a sus 68 años merece ya un descanso por jubilación tras años de buen y duro trabajo.
Una pena
“Me da mucha pena. La pastelería Cubero es una institución en Valladolid. Tienen un museo del dulce. Es una pena pero, al final, hay que pensar que todo tiene su final”, asegura en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León Rafael Mesonero, el presidente de la Asociación de Confiteros de Valladolid.
Asegura que ya, desde el último año, se escuchaban los rumores sobre la jubilación de Quique, que se incrementaron durante el último mes y medio. Una noticia triste que tanto el obrador de la Pastelería Cubero en calle Pasión, como la tienda ubicada en la calle Ferrari, echen finalmente el cierre.
“Es una pena que en los últimos tiempos se esté perdiendo ese relevo generacional. Ahora, los hijos están a otras cosas. También quiero resaltar que tanto el padre como el hijo siempre han estado muy involucrados con la Asociación de Confiteros de Valladolid y eso es de agradecer”, finaliza Mesonero.
Otro negocio de proximidad mítico en la ciudad de Valladolid que, tristemente, echa el cierre.