El número de explotaciones agrarias con tierras censadas en Castilla y León se redujo entre 2009 y 2020 en un 10,9 por ciento, al pasar de 95.248 a 84.865, que figuran en los datos definitivos del Censo Agrario 2020 publicados hoy miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En el conjunto de España, la cifra de explotaciones disminuyó un 7,6 por ciento en el mismo periodo, hasta las 914.871.
Según analizó Ical, este censo también refleja que la superficie total ocupada por las explotaciones agrarias en la Comunidad descendió un 21 por ciento entre 2009 y 2020, desde 6,68 millones de hectáreas a 5,28 millones.
En cuanto al tamaño medio de las explotaciones agrícolas, en 2020 Castilla y León continuaba siendo la región de España con mayor superficie media, con 63,02 hectáreas, un 11,4 por ciento más que en 2009, cuando el tamaño medio era de 56,6 hectáreas y muy por encima del volumen registrado en el conjunto del país, donde aumentó un 7,4 por ciento en este periodo hasta las 26,4 hectáreas.
Por autonomías, País Vasco lideró en este periodo el crecimiento del tamaño de las explotaciones agrícolas, al aumentar un 38,4 por ciento hasta las 16 hectáreas, seguida por Asturias con un 3,11 por ciento más (21,1 hectáreas), Murcia con un 25,2 por ciento (15,5 hectáreas) y Cantabria con un 22,4 por ciento (30 hectáreas). Por el contrario, el volumen de las explotaciones se contrajo un 12,4 por ciento en La Rioja (hasta las 20,2 hectáreas), y se redujo un 2,2 por ciento en Andalucía, un 1,8 por ciento en Baleares (16,9) y Galicia (8), y un 1,2 por ciento en Madrid (39,3).
Según los datos recabados por el INE, en 2020, la mayor parte de las unidades censadas con tierras labradas, en concreto 59.000, se destinaban a cultivos herbáceos, con 2,93 millones de hectáreas en total (350.000 menos que en 2009). Además, el número de explotaciones destinadas a viñedos pasó de las 11.963 de 2009 hasta las 17.886 de once años después, con 63.147 hectáreas en total (12.867 más); y las explotaciones destinadas al cultivo del olivar alcanzaron las 3.022 (42 más), con 5.850 hectáreas.
Por otra parte, las explotaciones utilizadas como pastos permanentes fueron 25.854, ocupando un total de 1,7 millones de hectáreas, y los huertos para consumo propio fueron 9.391, con un total de 345 hectáreas.
Ganadería
En cuanto a la ganadería, el Censo Agrario de 2020 refleja que ese año había en Castilla y León 32.741 explotaciones ganaderas (en 2009 había 31.438), que sumaban 31,89 millones de animales.
En concreto, se registraron 12.529 granjas de bovino, con 1,49 millones de cabezas, el mayor número de todo el país; 7.273 de ovino, con 2,66 millones de cabezas (en segunda posición tras Extremadura); 4.643 de porcino, con 4,42 millones de animale (solo por detrás de Cataluña); y 1.377 de aves de corral, con 22,8 millones de cabezas, la quinta de España por detrás de Cataluña, Castilla-La Mancha, Galicia y Aragón.
Además, había 1.604 explotaciones ganaderas de caprino, con 144.976 animales en total; 4.076 de equino, con 34.421 cabezas; 314 de conejas madres, con 189.548 animales; y 925 colmenas, con 91.638 ejemplares.
Datos provinciales
En cuanto a la evolución del número de explotaciones agrarias con tierras en las nueve provincias de la Comunidad entre 2009 y 2020, se redujo en todos los casos. Así, Ávila pasó de tener registradas 10.869 en 2009 a 9.238 en 2020; Burgos, de 12.374 a 11.678; León, de 14.727 a 13.820; Palencia, de 6.980 a 5.960; Salamanca, de 13.328 a 1.803; Segovia, de 8.408 a 7.225; Soria, de 5.057 a 4.496; Valladolid, de 10.077 a 9.361, y Zamora, de 13.428 a 12.572.
COAG lamenta que el censo señale "la alarmante pérdida de peso" de la agricultura social y familiar
La organización profesional agraria COAG lamenta que el censo muestre esta pérdida de peso" puesto que mientras en el conjunto del país cae el número de explotaciones en un 7,6 por ciento, "sube la superficie agrícola total hasta los 23,9 millones de hectáreas utilizadas para cultivar".
A ello se une que, en el sector ganadero, el número de cabezas de ganado crece un 6,5 por ciento en la última década pero "el número de granjas se reduce estrepitosamente" al caer un 50 por ciento en el porcino, un 19 por ciento en el bovino, un 80 por ciento en relación a las aves de corral y un 11 por ciento en ovino, según informó COAG en un comunicado remitido a Ical.
Para COAG, todo esto confirma que "la concentración de la agricultura y ganadería cada vez en menos manos es una realidad" y que esto se debe a la proliferación de "inversionistas y especuladores con voracidad económica y nulo sentido de los valores añadidos que debe producir el campo, como es la calidad alimentaria, la seguridad alimentaria, la preservación del medio ambiente o la contribución al desarrollo rural".
Según el coordinador regional de COAG, Lorenzo Rivera, este fenómeno, denominado como la "uberización del campo", supone la "colonización del campo por grandes fondos de inversión que invierten donde ven posibilidad de negocio", lo que está "desplazando del campo a los verdaderos agricultores y ganaderos", generando con ello "un problema terrible".