Jorge, un ganadero zamorano que teme por el futuro del campo: "Llegará un punto en el que perderemos la soberanía alimentaria"
Cree que las nuevas normativas vienen a "entorpecer las labores diarias" de los profesionales y habla de un futuro en el que se dependerá del "mercado exterior"
1 febrero, 2024 07:00Las previsiones de futuro de los profesionales del campo no son nada halagüeñas. Hasta tal punto de empezar a hablar ya de la posibilidad de llegar a un punto en el que "perdamos la soberanía alimentaria", llegando tener una dependencia de los mercados exteriores "tremenda". Esa es la visión de Jorge Hernández, un ganadero del pequeño municipio zamorano de Monfarracinos, que incluso ya avisa de que ciertos alimentos se convertirán en "objeto de lujo". "Eso que nos parece un absurdo igual lo llegamos a ver en un corto plazo de tiempo", advierte en palabras a este periódico.
Jorge, preocupado por el futuro del campo no solo castellano y leonés, sino también a nivel nacional e incluso europeo, ha visto como en los últimos años la situación del sector agrícola y ganadero de Castilla y León se ha ido deteriorando ante la implementación de nuevas normativas y contextos geopolíticos que han puesto en jaque el precio de muchos productos. "Si no somos capaces de garantizar que el campo sea rentable para que haya jóvenes que quieran quedarse no va a haber nadie cultivando el campo ni produciendo alimentos", avisa con rotundidad.
En este contexto, agricultores y ganaderos han optado por salir definitivamente a las calles y a las carreteras, con movilizaciones y grandes tractoradas que pongan en el foco a este sector que reclama unas condiciones justas para su supervivencia. Es el caso, por ejemplo, de COAG, que ya ha convocado movilizaciones para el próximo 9 de febrero en distintas provincias, entre ellas Zamora, donde además de la capital habrá también concentraciones en Benavente. Ahí estará Jorge, que lamenta que muchas veces el que legisla lo hace "de espaldas al campo" y con "desconocimiento total". Además, precisamente este jueves, el sector agrícola y ganadero llegará a Bruselas para protestar ante la situación, entre ellos algunos profesionales de Castilla y León.
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Precios "disparados", una nueva Política Agraria Común (PAC), con normativas medioambientales "absurdas" o la alta carga burocrática a la que están sometidos para cumplir dichas exigencias son algunas de las situaciones que vienen denunciando. "Entendemos que hay que luchar contra el cambio climático y tratar de hacer agricultura y ganadería lo más sostenible posible, pero hay medidas que nos parecen totalmente absurdas que lo único que vienen es a complicarnos el trabajo", relata Jorge a EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León.
Así, este pequeño ganadero zamorano, consciente también de las dificultades de sus compañeros agricultores, se muestra en contra de la "restricción de cultivo de algunos productos como el maíz, que en estas zonas es prácticamente la única opción que deja algo de beneficio".
Otro de los 'ataques' al campo castellano y leonés, español y europeo es la limitación de la utilización de algunos productos fitosanitarios. "No entendemos que a nosotros se nos impongan unas normas para trabajar y para cultivar tremendamente restrictivas y después lleguemos acuerdos como Mercosur o se dan importaciones de países de terceros como Marruecos donde no hay ningún tipo de restricción a los productos fitosanitarios que aquí tenemos prohibido usar", explica con rotundidad.
Para Hernández es un "sinsentido" que Europa "quiera ser las más verde" pero después no haya "cortapisas para importar de países de terceros como pueden ser Argentina o Brasil donde tanto los cultivos como el ganado se pueden tratar libremente con todo tipo de productos que aquí están prohibidos", reitera.
El precio "altísimo" del gasóleo agrícola es otra de las barreras que se han encontrado, o las sequías que han arreciado al campo en los últimos meses, provocando que la "viabilidad de muchas explotaciones sea difícil".
En su propia carne ha vivido como él, en su explotación ganadera, ha visto restringida la aplicación de purín en gran parte del año. "Tenemos que aprovechar en la época que tenemos para aplicarlo en el campo por nos parece mucho más interesante eso que tener unas tremendas balsas de almacenamiento que no tienen sentido alguno", explica.
De no echar el freno y revertir la situación, Jorge tiene claro que la soberanía alimentaria en Castilla y León y España está en juego. "Cuando no tengamos el producto aquí lo tendremos que importar de fuera", insiste.
Alta carga burocrática
Además, desde la pandemia de la Covid-19, agricultores y ganaderos han visto como la carga burocrática ha ido en ascenso, provocando ciertas alteraciones en el trabado de las explotaciones. "Las administraciones han jugado un poco a descargar el trabajo a todos los funcionarios. Yo soy ganadero y ahora mismo estoy sentado delante del ordenador haciendo todos los trámites de mi explotación. Soy el encargado de hacer las salidas de los animales, las entradas, las altas... todo lo que hacía antes la administración ahora se nos hace responsables", afirma.
Una tendencia en la que la administración cada vez "pone menos medios" y "más demandas". "El libro de campo, el registro de fitosanitarios, etc. Una cantidad de cosas que en vez de venir a ayudar lo único que viene es a entorpecer la labor diaria", subraya.
En su caso, él, a pesar de no ser un nativo digital, ha podido adaptarse a esta nueva de manera de proceder, aunque reconoce que le ha "costado". Sin embargo, explica que hay ganaderos y agricultores más mayores que esto les es difícil de cumplimentar. "Tú a una persona de 60 años le dices hoy en día que se ponga delante del ordenador a hacer todos estos trámites y probablemente habrá mucha gente que les resulte imposible. Quien no pueda tiene que depender de servicios exteriores y es un coste añadido a mayores", puntualiza.
Definitivamente, el campo de Castilla y León y España ha decidido salir a la calle, sumándose a las movilizaciones iniciadas en Francia, para protestar ante una situación cada vez más desesperada en su sector. No se antoja un año 2024 fácil para los ganaderos y agricultores, que ven como sus explotaciones y cultivos se ven en riesgo ante políticas que consideran hasta el punto de "inasumibles".