La pandemia disparó la tasa de absentismo en Castilla y León en 2020 hasta el 6,6% (el 7,1% en España). En 2021 esta variable se ha reducido hasta el 5,9% (la tercera caída más importante del conjunto autonómico). La tasa es 0,7% inferior a la alcanzada a nivel nacional (6,6%) y la tasa de absentismo castellanoleonesa es una de las seis que se sitúan por debajo del 6%. Las otras son la Comunidad de Madrid, Cantabria, la Comunidad Valenciana, Extremadura y Castilla-La Mancha.
En el caso de Castilla y León se pasó de 101 horas perdidas por absentismo al año por cada asalariado en 2020 a 93 en el 2021 (a nivel nacional se ha pasado de 108 a 106 horas perdidas por absentismo por persona y año). En 2020, en Castilla y León se registraron 1.516 horas anuales pactadas efectivas. En 2021 se ha pasado a tener una jornada pactada efectiva mayor en la región, con 1.580 horas al año.
Un año más, en el informe de Adecco, se mide el efecto que las novedades del mercado laboral han tenido en el absentismo, a través de una encuesta sobre aspectos como el teletrabajo y el presentismo, con un apartado especial de los Centros de Servicio a Clientes. El 73% de los encuestados del sector Contact Center tiene una visión positiva o muy positiva de la productividad en el teletrabajo, casi duplicando el 41% del total de empresas consultadas del resto de sectores.
En relación con el "presentismo" y al nuevo "tecno-presentismo", el 67% de los encuestados considera que no hay ninguna incidencia o que no existe forma de detectar estas prácticas, frente al 79% del sector Contact Center, si bien sube el porcentaje de los que sí identifican esta práctica (17%, 6,3% más con respecto a 2021).
Según el 54% de las empresas la nueva incapacidad temporal por menstruación dolorosa puede generar más incidencia en bajas y ausencias del puesto de trabajo que antes y generar conflictos sobre información confidencial acerca de la salud de las personas trabajadoras, frente al 47% que recoge que no va a cambiar nada o no va a tener impacto en más incidencia en bajas y ausencias.
Además, el informe cuenta con un anexo elaborado por la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT), que destaca que las bajas laborales por enfermedad común o accidente no laboral empeoraron en 2021 respecto a 2020 en cuanto al número de procesos, coste e incidencia media. El número total de procesos de baja por incapacidad temporal por contingencias comunes (ITCC) para el Sistema de la Seguridad Social aumentó un 13,99%. Y el coste total derivado de estas fue de 106.302 millones de euros, un incremento de un 16,04%.
El absentismo se define como la "abstención deliberada de acudir al lugar donde se cumple una obligación". Este fenómeno social, económico y laboral afecta directamente a nuestra sociedad, a nuestro tejido productivo y a la sanidad. Los datos hablan por sí solos y en el pasado 2021 se han perdido 1.701 millones de horas de trabajo.
El objetivo de 'Informe Adecco sobre Empresa saludable y gestión del Absentismo' es analizar periódicamente las cifras de este fenómeno en España, y abordar de manera sucesiva el estudio de todas aquellas manifestaciones que ayuden en la prevención, gestión y, en su caso, adecuado control del absentismo. Además, en esta edición se mide el efecto que las novedades del mercado laboral han tenido en este fenómeno, a través de la realización de una encuesta sobre aspectos como el teletrabajo y el presentismo.
No es posible cuantificar de forma exacta a cuánto asciende el absentismo. Además, estos últimos años hemos vivido un contexto atípico debido a la COVID-19. Lo cierto es que la pandemia derivó en un aumento de las horas de trabajo perdidas por incapacidad temporal (enfermedad común o accidente no laboral), así como por otros conceptos, tales como permisos (por ejemplo, por la necesidad de cuidar familiares enfermos) u horas perdidas en el lugar de trabajo (ej: faltas de suministros).
Así, la COVID-19 disparó la tasa de absentismo en España en 2020 hasta el 7,1%, un máximo histórico. El 2021 fue peculiar pues ocurrió exactamente lo contrario, esta variable disminuyó hasta el 6,6% que, no obstante, es el segundo dato más alto de la serie histórica. La reducción de 0,5% se explica por la menor pérdida de horas de trabajo por motivos distintos de IT. En el caso de Castilla y León, la tasa de absentismo ha bajado en 2021 al 5,9%.
Con los primeros datos sobre 2022 la tendencia vuelve a cambiar pues en el primer trimestre de este año el absentismo vuelve a subir, con una tasa histórica del 7,5%, lo que supone 0,9% más con respecto al último trimestre de 2021.
Estas cifras se pueden traducir como 1 de cada 16 personas, aunque son asalariadas, no trabajan. El coste total para el conjunto de la economía es de casi 37.000 millones de euros anuales, lo que equivale a 3,1% del PIB.
Sin embargo, no debe olvidarse que no todo el absentismo puede eliminarse por la razón obvia de que, lamentablemente, la gente enferma. No se debe caer en el error de interpretar que todo el coste antes indicado podría ahorrarse. Ese es el coste bruto, el neto o suprimible es mucho menor. El absentismo suprimible es aquel que excede lo que podría considerarse un absentismo "normal", pese a la dificultad obvia en definir ese límite.
En palabras de Javier Blasco, director del Adecco Group Institute: "Nos encontramos imbuidos en medio de tendencias y cambios en las organizaciones que tienen que ver con los retos y oportunidades de la digitalización, la sostenibilidad, la necesidad de garantizar entornos de inclusión y diversidad si queremos garantizar la innovación y resiliencia, la superación de los miedos en un entorno de postpandemia, los desafíos de la salud mental, el envejecimiento de la población…. todos estos factores influyen enormemente en la motivación de las personas, en la cultura de las organizaciones, y también en las ausencias".
Por último, el director del Adecco Group Institute ha querido destacar que "aunque el 75,5% de los españoles valore su estado de salud como bueno o muy bueno, esta optimista percepción no solamente varia por sexos, territorios o nivel de estudios, sino que las cifras de absentismo e incapacidad temporal por razones ajenas a trabajo dicen todo lo contrario. Si a ello unimos las elevadas tasas de prevalencia por trastornos mentales (286,7 casos por cada 1.000 habitantes), y que la reciente Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud 2022-2026 no recoge en ninguna de las 10 líneas estratégicas planes sobre los lugares de trabajo. No obstante, la misma estrategia reconoce que el trabajo de calidad puede fomentar y proteger la salud, y que el bienestar mental de los trabajadores tiene efectos positivos en los resultados de la organización, así como en la salud, la realización profesional y la calidad de vida del trabajador".