La Consejería de Industria, Comercio y Empleo clausura el mes de agosto subvencionando 33 acciones formativas, 29 ejecutadas por entidades locales y cuatro por entidades sin ánimo de lucro. Estos talleres, han supuesto la ampliación de las competencias y capacidades laborales de 311 desempledos contratados para formarse.
Ávila, ha llevado a cabo un taller con 8 asistentes; Burgos, ha desarrollado 2 acciones formativas de las que se han beneficiado 16 personas; en León se han concluido 7 cursos con un total de 52 participantes; Palencia ha contado con 50 trabajadores en los 6 programas que ha llevado a cabo; Salamanca, cierra agosto con 70 alumnos y finaliza 7 cursos; Segovia, clausura sus dos programas con 24 participantes; Soria en un único taller ha contado con 16 alumnos; Valladolid, finaliza 5 programas con 44 trabajadores; y por último, Zamora pone fin a 2 acciones con 30 beneficiados.
La Consejería dirigida por Mariano Veganzones siempre ha mostrado su compromiso con el fomento del empleo adaptando los programas para facilitar el acceso a los trabajadores y la contratación a los empresarios.
Del mismo modo, el consejero apuesta por la formación, ya que considera que “es el motor para impulsar la empleabilidad y mejorar la calidad de los puestos de trabajo”. Por este motivo, la Consejería dirige las políticas activas del mercado laboral a un rápida mejora y actualización de las cualificaciones que, además, permiten reducir la brecha entre los trabajadores altamente cualificados de los que aún no lo están.
Este programa, que cuenta con una dotación de más de 32 millones de euros, ofrece a los desempleados el acceso a cursos para adquirir un nivel de cualificación profesional que les permita adaptarse a los cambios tecnológicos y a la innovación, en consonancia con las demandas empresariales y los requerimientos actuales del mercado de trabajo, y les permite adquirir una experiencia profesional que, en algunos casos, es su primer contrato laboral.
Estos talleres financiados por la Junta son ejecutados a través de ayuntamientos y diputaciones, así como de entidades sin ánimo de lucro. Los cursos impartidos tienen un marcado carácter social, puesto que se trata de obras o servicios de utilidad pública o interés social que están en consonancia con las características propias de los momentos que vivimos: la mejora, limpieza y adecuación de nuestras masas forestales y de nuestras riberas, el cuidado personas con necesidades de atención y la puesta en valor y la recuperación del patrimonio histórico y cultural de Castilla y León.
Es importante resaltar que, para la ejecución de las distintas acciones, también se promueve la contratación de más de 300 profesionales entre personal docente y coordinadores que llevan a cabo las actividades y la supervisión de los participantes.