Los trabajadores de CaixaBank se han manifestado hoy en las sedes territoriales de toda España, también en la de Castilla y León, ubicada en Burgos.
Lo han hecho a media tarde para exigir a la entidad financiera, resultante tras la fusión de Caixa con Bankia, que se amplíen las plantillas y se rebaje la tensión comercial, así como medidas para poder conciliar la vida laboral y familiar.
Aproximadamente la mita de la plantilla de esta entidad en Burgos se ha concentrado hoy en la plaza del Cordón en Burgos, frente a la sede de la entidad, para exigir mejores condiciones de trabajo.
Al frente de la concentración han estado los representantes de UGT, CCOO y SECB, que representan aproximadamente al 90% de la plantilla de CaixaBank.
Tal y como adelantaba ayer a este periódico el secretario regional de CCOO de CaixaBank, Miguel Ángel Hermoso, los trabajadores consideran "excesivos" los objetivos comerciales que plantea la entidad bancaria, "con compañeros que están llegando incluso a tener cuadros de depresión y ansiedad, además de alargarnos la jornada laboral muy por encima del convenio".
El ERE que aplicó CaixaBank, que afectó a 250 empleados, "ha supuesto una carga de trabajo que no podemos asumir, necesitamos más plantilla para poder, además, dar un servicio de calidad a nuestros clientes", asegura Hermoso.
En este sentido, los sindicatos advierten de que "si la empresa no toma medidas", continuarán produciéndose huelgas y movilizaciones.