Castilla y León apuesta por la internacionalización y sigue sumando empresas que dan el salto a los mercados exteriores como factor esencial de diversificación para ganar el futuro. El año 2021 fue especialmente positivo en este sentido, ya que Castilla y León alcanzó las 8.171 empresas exportadoras, lo que supone 1.323 más que en el año de la pandemia, cuando se contabilizaron 6.848; y 1.593 más que en 2019, con 6.578. El último año, estos negocios se elevaron un 19,3 por ciento en la Comunidad, aunque del lado negativo, el 70 por ciento no superó los 25.000 euros en ventas.
El aumento ha sido la constante durante los últimos ejercicios y se ha duplicado desde 2010, cuando vendían fuera 4.070 empresas. Analizando los últimos cinco años, cabe destacar que en 2017, exportaban 5.483, lo que supone haber sumado 2.688 desde entonces, según los datos facilitados a Ical, por la Junta en base a los informes de la Dirección General de Aduanas.
Otra cosa son los exportadores regulares, aquellos que han vendido en otros países al menos durante los últimos cuatro años de forma consecutiva, que aumentan, pero con cuentagotas, lo que denota la enorme dificultad que supone consolidar la actividad en mercados exteriores. En este sentido, el análisis indica que estas empresas fueron el año pasado 1.911, sólo 66 más que en 2020, un 3,5 por ciento por encima del dato en el año de la pandemia marcado por el cierre de los mercados, cuando se situaron en 1.845; y 65 por encima de las 1.846 de 2019. Con todo, suman 520 más que en 2010.
Sectores
Por sectores y dentro del global de exportadores, las empresas que venden fuera productos industriales y tecnologías suman 5.855, con un crecimiento del 15,9 por ciento respecto a 2020; las de bienes de consumo, ascienden a 1.669, con un importante avance del 48,7 por ciento; las de agroalimentación son 1.169, un 14,9 por ciento más; y las de bebidas, 974, con una subida del 10,1 por ciento.
En cuanto a los exportadores regulares, hay 1.204 de productos industriales y tecnología, con un crecimiento del 7,2 por ciento en comparación a 2020; 494 de productos agroalimentarios, un 1,6 por ciento más que el año anterior; 429 de bebidas, con un avance del 4,3 por ciento; y 263 de bienes de consumo, que se incrementan un 3,5 por ciento.
Volumen
Otro dato relevante de la radiografía del tejido exportador de la Comunidad, es el volumen que exportan las empresas, con unas pocas que se cuentan con los dedos de las manos responsables del grueso de las ventas, que el año pasado alcanzaron en conjunto los 15.802,6 millones de euros, crecieron un 10,5 por ciento y superaron el dato del año prepandemia, 2019, cuando sumaron 15.718,3 millones.
En concreto, los mayores exportadores, que venden regularmente, son seis empresas que superan un volumen por encima de los 250 millones de euros; y 29 que se sitúan entre los 50 y los 250 millones de euros. En el extremo opuesto, 5.715 exportadores venden mercancías fuera de las fronteras españolas por menos de 25.000 euros, de las que 4.488 no llegan a 5.000. Asimismo, 2.200 venden por valor de entre 25.000 y medio millón; y sólo 221, entre los 500.000 y los cinco millones.
CEOE
Responsables de CEOE de Castilla y León valoraron los datos en un contexto de “importantes restricciones” por la COVID y consideraron “notable y nada desdeñable” el aumento de las empresas exportadoras. No obstante, indicaron que aunque estos datos “no son desmerecedores, sí han de ser mejorables”.
En este contexto, la patronal entiende que hay que “reenfocar” las medidas de internacionalización en el nuevo plan que sacará este año la Junta, el quinto, ante “el escenario geopolítico adverso” que se está generando por la actual conflicto bélico impuesto por Rusia contra Ucrania; la crisis sanitaria y económica derivada del COVID-19; y el impacto del Brexit en las exportaciones regionales a ese país y en las nuevas oportunidades que esta salida del Reino Unido de la UE deja también a las empresas de Castilla y León.
Los empresarios también advierten de que a la ecuación hay que agregar la actual subida del precio de determinadas materias primas, materiales y de los carburantes (gasóleo y gas) y “su especial impacto directo en costes”, junto a la elevada deuda pública; los fondos europeos vinculados el plan de recuperación, transformación y resiliencia; el proceso de descarbonización en el que se halla inmerso la economía; así como el marco regulatorio que en ciertas materias es más exigente que en otros países.
CEOE apela a impulsar la entrada en nuevos mercados que están emergiendo en diferentes continentes, donde “tampoco tendrá que ser ajeno el australiano”. Asimismo, animó a “reforzar e innovar” en las medidas para el aterrizaje de los productos y servicios regionales en aquellas áreas consolidadas pero que continúan presentando curvas de crecimiento económico.
La patronal apuesta por el aumento y renovación de convenios de colaboración con organismos multilaterales de desarrollo, así como con instituciones y entidades internacionales estratégicas en el necesario impulso de la internacionalización de las empresas. Asimismo, plantea un refuerzo de la formación de especialistas en comercio internacional, contando también con la colaboración de las universidades; y mayores medidas diferenciales para el impulso de la participación de empresas castellano y leonesas en proyectos europeos, así como en los internacionales, donde es importante que cuenten las compañías con apoyo en la preparación de licitaciones internacionales.
Igualmente, y en el ámbito de la promoción comercial, los empresarios apelan a innovar en hallar “nuevas fórmulas, instrumentos y espacios” que permitan exhibir los productos y servicios de origen en la Comunidad Autónoma, enfatizando la elevada calidad y sostenibilidad de los mismos. En este aspecto, adquiere también una especial relevancia el diseño de una campaña de comunicación sustentada en el marketing internacional y diferencial por productos y servicios y su potencial en países y áreas estratégicas; al tiempo que la misma ha de reforzar la puesta en valor de Castilla y León como tierra de oportunidades para las empresas, y así convertirse esta región también en foco de atracción de inversiones empresariales estratégicas de origen extranjero.
Eso si, en el origen, indicaron, debe estar la resiliencia de las cadenas de suministro, donde el alcance también de un adecuado suministro energético “permita reducir estos costes en las industrias y los costes logísticos de afectación directa en el movimiento de mercancías; alcanzar un eficiente y óptimo aprovechamiento de los fondos Next Generation EU, como palanca de la transformación digital y de la sostenibilidad de las empresas, para que su proceso de apertura al exterior sea un recorrido más amigable y con mayor posibilidad de éxito”.