En medio de un panorama económico preocupante, la empresa de origen castellano y leonés Azucarera Iberia, líder en producción de este alimento y coproductos derivados de la remolacha y la caña de azúcar en el mercado, prevé cerrar este 2022 con una facturación un 37,7% mayor que la de 2021, hasta los 380 millones de euros.
La compañía está presente tanto en Castilla y León cubriendo así la zona norte, como en la zona sur en Jerez de la Frontera. En la Comunidad cuenta con tres fábricas (La Bañeza, Toro y Miranda de Ebro), así como un centro de envasado en Benavente (Zamora) de donde sale toda la producción que va directamente al Retail, y una planta de especialidades líquidas en Toro con un centro de I+D+i.
En medio del colapso de abastecimiento de materias primas producido por los sobrecostes energéticos y la invasión de Putin en Ucrania, que amenaza con poner contra las cuerdas la economía europea, el cultivo de la remolacha afronta el futuro a medio y largo plazo con una especial fortaleza, de la que puede beneficiarse la economía de Castilla y León.
"Esta última campaña ha sido la de la recuperación, después de tres años complicados, con un rendimiento de cien toneladas por hectárea en la zona norte que garantiza una alta rentabilidad al agricultor", indica Juan Luis Rivero, consejero delegado de Azucarera.
En concreto, la campaña en la zona norte termina con en las diferentes plantas de Azucarera con tres toneladas más por hectárea hasta las 100 en la de Miranda de Ebro (Burgos), diez más hasta las 110 en la de Toro (Zamora), y siete más en la fábrica de La Bañeza (León) hasta las 100. Un resultado que hace "mirar con optimismo la próxima campaña".
Rivero avanza que se presenta "un año de oportunidad para la siembra de remolacha" con la que poder "generar riqueza en Castilla y León, que además repercute en la Comunidad porque el empleo que aporta es local".
Un cultivo que permitirá a esta compañía, que genera 1.060 empleos directos y más de 10.000 indirectos en las zonas donde opera, "seguir adelante con nuestro plan estratégico de crecimiento para los próximos años, para el que tenemos a 40 técnicos en el campo trabajando por ampliar esta superficie e incrementar su rentabilidad".
Para el consejero delegado de Azucarera, el buen dato de cierre de negocio de la compañía pone de manifiesto "el momento de oportunidad que atravesamos y que beneficia también a los agricultores dado que los precios del azúcar están al alza y esto permite obtener mayores rendimientos".
Una nueva PAC que "beneficia" al sector
España es un país deficitario en remolacha, con una cuota de medio millón de toneladas y un consumo que se acerca a 1,2 millones. Un cultivo que históricamente ha sido buque insignia de Castilla y León y que podría experimentar un fuerte impulso en los próximos ejercicios. "Estamos ante una oportunidad para sembrar remolacha este año, dado que es la mejor pagada de la última década y se trata de un producto con una menor volatilidad que otros", apunta Rivero.
En opinión del consejero delegado de Azucarera, el remolachero es un sector "especialmente estratégico que parte de una posición de ventaja frente a otros dado que es el que más CO2 absorbe y esto nos permite beneficiarnos de una PAC que prima especialmente la sostenibilidad, por lo que este cultivo, que fija 36,3 toneladas de carbono por cada hectárea cultivada, se encuentra en "su mejor momento" para atraer inversión.
Para esta filial de la británica AB Sugar (el holding empresarial principal productor de azúcar del mundo con presencia en Europa, África y China), el plan de inversión va en sintonía con su plan estratégico de crecimiento, tras haber destinado casi 88 millones de euros en los últimos siete años. Es precisamente la inversión uno de los ejes centrales de las políticas de crecimiento de la compañía.
Poca exposición al conflicto en Ucrania
Las economías europeas miran con especial preocupación hacia Ucrania dadas las consecuencias que está teniendo en los mercados la invasión del país eslavo, entre otros motivos, por el nivel de dependencia económica que ha generado la globalización. Los costes energéticos se han disparado y la invasión de Putin está afectando a muchas industrias con intereses en la zona de guerra.
Una situación que "no afecta especialmente" a Azucarera, cuyo principal mercado es la Península Ibérica, con una cuota de exportación a Francia poco relevante.
A pesar de este escenario de incertidumbre, Rivero ve con esperanza que "la Unión Europea haya anunciado medidas para paliar estas subidas en el precio de la electricidad, que mencionan expresamente también a los agricultores, por lo que se está reconociendo su labor fundamental en la cadena de abastecimiento".
Los sobrecostes energéticos, afectan a la competitividad de los agricultores que necesitan electricidad para el riego de sus cultivos. Por este motivo, Azucarera "invierte no sólo en la optimización de los recursos sino también en reducir tanto costes como la huella de carbono". Rivero hace referencia así a que la compañía está utilizando el ferrocarril para mover el azúcar de su planta de Jerez de la Frontera a Madrid y de ahí por carretera hasta Benavente, lo cual permite a la empresa reducir su impacto medioambiental y ahorrar en costes un 35% para un recorrido medio de 800 kilómetros.
Respecto a la dependencia de otros mercados, el consejero delegado insiste en la necesidad de "valorar la importancia de la seguridad alimentaria y del desarrollo económico local que genera este sector precisamente en una Comunidad con un sector agroalimentario extraordinario".
A su juicio, la interrupción de las cadenas de suministro en la actual economía debido a factores como los del conflicto en Ucrania, "ponen de manifiesto la necesidad de abordar un impulso de la red de distribución local, más próxima a las fábricas y al consumidor".
"Lo que se produce lejos, no aporta el mismo valor que lo que se produce aquí", añade. Para Rivero, la competitividad de una fábrica pasa por el valor de sus recursos humanos y "por producir más barato aquí, en vez de pensar en producir más barato instalándose fuera", concluye.
Próxima campaña
Tras una campaña que Rivero ha calificado como "muy buena", el consejero delegado de Azucarera anuncia que la próxima lo será también, por lo que la compañía ha ampliado su portfolio de tipología de contratos "garantizando ingresos a los que se incorporan al cultivo de la remolacha aunque no conozcan mucho de este sector".
En estos momentos el agricultor está percibiendo entre 47 y 49 euros la tonelada de remolacha, unos precios "muy por encima" de los de las campañas anteriores.