La guerra en Ucrania desatada por Putin sigue obligando a la industria a tomar decisiones impensables hace apenas un mes. La primera en parar sus fábricas en Rusia fue Gestamp (tiene cuatro), y ahora es la francesa Michelin la que ha decidido suspender su actividad en la fábrica que tiene en Davydovo, cerca de Moscú, que se encarga de la producción de neumáticos para turismos y neumáticos recauchutados para camiones, principalmente destinados para el mercado local.
El cierre de esta planta afecta a 750 empleos que la compañía ya está estudiando cómo recolocar para que afecte lo menos posible a los trabajadores, pero aseguran que "la situación es muy complicada". El Grupo sigue plenamente movilizado y adaptando las decisiones a la evolución de la difícil situación.
Sin embargo, y según fuentes de la compañía consultadas por este periódico, la decisión de suspender su actividad industrial en Rusia y sus exportaciones a este país, no afecta a las plantas que la firma tiene en Castilla y León, las de Aranda de Duero (Burgos) y Valladolid, dado que sus volúmenes de exportación "no son significativos".
A pesar de que Michelin anunció la pasada semana que desactivaría turnos de trabajo de forma parcial (o total si llegara a ser necesario) en ambas plantas castellano y leonesas, lo cierto es que la dirección no se plantea nuevas paradas "por ahora".
Es precisamente la incertidumbre de lo que pueda pasar lo que mantiene en vilo a la industria de la automoción, con especial vinculación con Rusia y Ucrania por ser ambos países exportadores de materias primas necesarias para la fabricación de vehículos, aunque el conflicto en la zona afecta prácticamente a todos los sectores productivos.
No obstante, la dirección del Grupo descarta por el momento aplicar ningún Expediente de Regulación Temporal de Empleo a la plantilla de Castilla y León, si bien todas las decisiones dependerán del curso de los acontecimientos en la guerra de Ucrania.
Repercusiones del bloqueo económico
Las sanciones económicas que la Unión Europea ha impuesto a Putin por su invasión a Ucrania están afectando a la llegada de materiales a las fábricas porque la mercancía queda en los barcos o en los trenes y no se puede pagar al proveedor.
Si la guerra se alarga, esto podría generar un nuevo cuello de botella mayor que el producido tras la interrupción de la actividad industrial en los primeros meses de pandemia.
El aspecto logístico es uno de los problemas que afectan a las fábricas, no sólo de Michelin, sino de toda la industria.
En este sentido, fuentes de Michelin en Castilla y León aseguran que la huelga de transportes iniciada el pasado lunes por el inasumible coste de los carburantes, sí está afectando a las plantas de Valladolid y Aranda de Duero, aunque todavía "de forma leve", en lo que respecta a retrasos en el aprovisionamiento de materias primas dentro del mercado nacional.
El Grupo francés continúa trabajando pero consciente de que la incertidumbre sólo permite establecer estrategias "día a día, semana a semana", a la espera de cómo evolucione la guerra iniciada por Putin el pasado 24 de febrero.
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