La Asociación de Autónomos de Castilla y León (ATA) valora la aprobación ayer en el Congreso de los Diputados del nuevo Régimen Especial del Trabajo Autónomo (RETA), que salió adelante con los votos a favor del PP, PSOE, Unidas Podemos y el PNV y que entrará en vigor el 1 de enero de 2023. Vox y Ciudadanos votaron en contra al considerar que se trata de una reforma que "perjudica" a este colectivo.
Un acuerdo que supondrá que el 62% de los trabajadores por cuenta propia, es decir, aquellos cuyos ingresos netos no superan los 16.000 euros al año, "paguen menos que antes y mejora la protección por cese de actividad", indica Domiciano Curiel, presidente de ATA en la Comunidad. Sin embargo, insiste en que "sigue siendo un modelo que no anima a los jóvenes a emprender".
El nuevo régimen supondrá que cerca del 20% de estos trabajadores va a pagar la misma cantidad de cuota que abonaba hasta ahora, y otro 20% aproximadamente va a pagar un poco más, aunque mucho menos de lo que se proponía al inicio de las negociaciones, prácticamente la mitad o incluso una tercera parte de aquel inicio, según el informe de ATA nacional.
"El acuerdo es positivo porque se ha conseguido más de lo que ofrecía en un primer momento el Gobierno nacional quien pretendía, además, que este acuerdo se mantuviera durante los próximos nueve años, algo que hemos negociado que se revise en 2025 en función de cómo vayan las cosas", indica.
El nuevo acuerdo permite, además, "cambiar de cuota de cotización tres veces en el mismo año, lo cual es un avance muy importante para nuestro colectivo, que lo está pasando realmente mal con la actual contracción del consumo", puntualiza Curiel.
Desde ATA nacional, su presidente, Lorenzo Amor, envía un "mensaje de tranquilidad y confianza" para los autónomos porque "es bueno que esta norma haya tenido el respaldo mayoritario de la Cámara, que ahora ha decidido tramitarlo como proyecto de Ley".
Por su parte, el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, definió ayer el nuevo acuerdo como "un éxito de todos que ayudará a uno de cada seis trabajadores de este país".
Quien gane hasta 900 euros, tendrá que pagar una cuota mensual de 230 euros a partir de 2023 (antes el mínimo se situaba en 294 euros), que se reducirán en cinco euros al año siguiente y se quedará en 200 euros en 2025.
Quienes lleguen a facturar 1.166 euros al mes pagarán una cuota de 275 euros en 2023, 267 euros en 2024 y 260 al año siguiente.
Aquellos cuya facturación se sitúe entre los 1.300 y los 1.500 euros pagarán una cuota de 294 euros de aquí a 2025. Los que más tendrán que aflojar el bolsillo, quienes tengan un rendimiento neto de más de 6.000 euros, que tendrán que abonar 500 euros a partir del próximo año, 530 euros al año siguiente y 590 en 2025.
Un nuevo modelo que elimina la voluntariedad de acogerse a la cuota que más conviniera al autónomo, y que suponía que muchos optaran por pagar la más baja para disponer de una mayor liquidez.
Modelo muy diferente al de otros países de la UE
Un modelo de cotización que difiere del de la mayoría de los países de la UE. En Francia, por ejemplo, la base mínima se calcula teniendo en cuenta el 14% de los ingresos del autónomo y la máxima se sitúa en el 48% de lo que gane. Durante el primer año de actividad, el autónomo no está obligado a pagar nada, lo cual permite mayor liquidez para asentar su negocio.
En Reino Unido, la base mínima es también de 14 euros al mes, pero la máxima se calcula en función de los ingresos del IRPF, con un máximo de un 2% de lo obtenido.
La vecina Portugal tiene un mínimo de 20 euros al mes de cuota para los trabajadores por cuenta propia y un máximo de 1.138 euros al mes, permitiendo al autónomo que no abone nada durante el primer año de su actividad.
En Alemania, por su parte, el autónomo debe pagar un mínimo del 14% de sus ingresos en concepto de cuota y un máximo del 45%. En Italia ese mínimo se eleva hasta el 23% y el tope se sitúa en el 45% de los ingresos del trabajador por cuenta propia.