La transformación que está experimentando el vehículo hoy es la más profunda desde que en 1832 Karl Benz patentó el primer coche propulsado por combustión interna con un motor de gasolina.
La principal revolución del automóvil ya no es la electrificación. Eso es el presente. Lo que va a cambiar definitivamente el concepto de vehículo es lo que el usuario va a poder hacer con él y cómo va a sentirse utilizándolo más allá de desplazarse de un lado a otro mientras escucha las noticias o su lista de reproducción musical favorita.
Se abre una nueva era del automóvil en la que el viejo utilitario se convierte en un espacio donde hacer negocios mientras calentamos un café o decidimos ver una película.
La próxima consolidación de los sistemas de conducción autónoma permitirá convertir al automóvil en un lugar de ocio y negocio. El coche dejará de ser un instrumento asociado sólo a la movilidad para convertirse en un espacio en el que 'vivir' y estar.
En esta carrera por la innovación de la industria automotriz, Castilla y León se encuentra a la vanguardia en Europa. No en vano, la Comunidad cuenta con un importante polo de automoción formado por cinco plantas ensambladoras y una red de más de 150 empresas, muchas de ellas multinacionales, que se encargan de la fabricación de los elementos que necesitarán los grandes fabricantes para la conducción del futuro.
Una de las multinacionales castellanas y leonesas que más está contribuyendo a esta revolución es Grupo Antolin. La compañía burgalesa presentará sus últimas novedades la próxima semana en la Feria Internacional de Proveedores (IZB) organizada por Wolfsburg AG. Un porfolio de innovación que permitirá a los principales fabricantes del mundo sacar al mercado modelos de vehículos con funcionalidades que hoy podrían parecer ciencia ficción.
Así, la multinacional que preside Ernesto Antolin, ha conseguido diseñar un sistema que permitirá al usuario acceder a su vehículo a través de datos biométricos, es decir: por reconocimiento facial, de voz y huella dactilar. Abrir el automóvil antes de ir a trabajar sólo con un software que reconozca la cara de su propietario a través de algoritmos únicos protegidos por patentes es una de las últimas aportaciones del Grupo a este sector, además de otras que pasan por interiores del vehículo cuyo espacio pueda modificarse a conveniencia del usuario para convertirlo en una sala de reuniones, donde poder descansar o ver una película.
"Estamos desarrollando componentes de vanguardia que combinan sistemas inteligentes de iluminación, electrónica y tecnologías disruptivas que ofrecen nuevas funcionalidades. La conectividad y la digitalización están transformando el espacio del vehículo y Grupo Antolin, como líder en el sector, quiere ser un actor importante de ese cambio", asegura Ernesto Antolin, presidente de la multinacional.
La revolución del automóvil ya no se centra en el diseño exterior o en desarrollar motores no contaminantes sino en cómo se podrá estar en su interior y qué se podrá hacer mientras se viaja. En este sentido, son ya cerca de cien los modelos de automóviles sostenibles que incorporan soluciones y productos diseñados por esta empresa burgalesa.
El interior es el rey
Está claro que la conducción de un futuro cada vez más cercano será más segura, sostenible y funcional. En este sentido, Grupo Antolin también ha desarrollado sistemas de proyección digital en las superficies del interior del vehículo. Una innovación que abre las puertas no sólo al entretenimiento sino, además, a convertir el interior del coche en un espacio donde abordar un proyecto.
Otra de las cuestiones en las que los principales proveedores de esta industria comenzaron a trabajar con más determinación tras la irrupción de la Covid-19, fue cómo garantizar un espacio libre de virus y con un aire puro. Los espacios dejaron de poder ser compartidos durante la pandemia y se disparó la demanda productos higiénicos.
¿Es posible que la tecnología proteja al usuario de virus y se convierta así el vehículo en un espacio de salud? La respuesta es sí. Desde este proveedor de automoción ubicado en Castilla y León salen los sistemas auxiliares que permitirán a los usuarios de coches del futuro respirar aire purificado, además de poder compartir espacio gracias a superficies esterilizadas.
Pero el coche del futuro va más allá: desaparecerán los botones que aún hoy encontramos en la prácticamente todos los coches. En su lugar, Grupo Antolin ha diseñado superficies inteligentes con una interfaz entre usuario y automóvil con tecnología háptica, es decir, aquella en la que el sentido del tacto juega un papel fundamental: no hay botones, pero podremos sentir que aquel que elegimos para subir el volumen del coche es el correcto sin tener que desviar la mirada de la carretera. Eso si conducimos, porque a falta de regulación completa, en el futuro sustituiremos ir al volante por dejar que el vehículo elija la mejor ruta y nos lleve al destino elegido, mientras dedicamos nuestro tiempo y atención a otras cuestiones.
Sin embargo, en España está prohibido aún circular con coches con un nivel de autonomía que les permita trasladar al usuario sin que éste tenga que hacerse cargo del volante, como ya está permitido en Alemania o Francia.
El desarrollo de la tecnología permitirá, según un informe de IDTechEx, que en 2050 ningún país se plantee permitir que los seres humanos sigan conduciendo, cuando se espera que los coches autónomos reduzcan los accidentes prácticamente a cero.
Un vehículo, ¿para vivir?
Ya hay fabricantes que trabajan por ofrecer automóviles capaces de reconvertir su interior para ofrecer una experiencia al usuario que va más allá de su función de transporte.
Marcas como Volkswagen han diseñado prototipos de coches capaces de convertir sus habitáculos en dormitorios, con asientos totalmente reclinables y vidrios que permiten una visibilidad perfecta del exterior, pero que mantengan la intimidad en el interior para sus ocupantes. Funcionalidades que van completando un concepto de vehículo más completo, seguro, sostenible, versátil y capaz.
Es precisamente esta tendencia del mercado de ofrecer más espacio y funcionalidades al viajero, lo que ha hecho que Grupo Antolin haya diseñado un interior que permita rediseñar en el momento la ubicación de los asientos, así como disponer de un sistema de confort térmico mediante el empleo de superficies calefactadas usando radiación infrarroja.
Además, el confort pasará por poder calentar un vaso de agua y ponernos un té en invierno y enfriar una bebida en verano sin que se mueva una sola gota durante la conducción dado que el diseño de estas nuevas funcionalidades está pensado para vehículos sin barreras físicas en su interior. El vehículo eléctrico no necesita de tantas piezas y elementos como uno convencional, por lo que el interior tenderá a ser cada vez más amplio.
Y esto es sólo el principio de un futuro donde no existirá el cansancio al volante, ni los ángulos muertos, ni los accidentes de tráfico ni buscar las llaves del coche en el bolso.
Los coches reconocerán nuestra cara según nos acerquemos al vehículo para abrirnos la puerta, no existirán los malos olores al poner el aire acondicionado ni respiraremos los humos de otros vehículos que inevitablemente aún se cuelan en el interior de los automóviles.
Además de que el aire que respiraremos dentro del vehículo estará purificado, se podrán incluir opciones de aromaterapia a gusto del consumidor. Conducir no será necesario y durante los trayectos podremos utilizar el vehículo como una oficina, mantener una reunión, ponernos un café o dormir.
Contaremos con toda la información necesaria sobre el exterior y el teléfono móvil se cargará sin cables ni enchufes.
Diremos adiós a preocuparnos por más cuestiones que por la seguridad, utilidad y funcionalidades del vehículo ahora que se convertirá en un espacio en el que poder interactuar: el interior se volverá protagonista en el coche del futuro porque lo importante será cómo nos haga sentir y qué poder hacer con él, además de viajar. Y buena parte de esa tecnología que dominará la industria automotriz del futuro, tiene su origen en Castilla y León.