La falta de componentes y la necesidad de disponer de los mismos para poder lanzar los nuevos automóviles de Renault provocó que la firma del rombo trasladara el mes pasado a los representantes de los trabajadores la necesidad de modificar sustancialmente las condiciones de trabajo de sus factorías en Castilla y León (Palencia, y montaje y carrocerías en Valladolid), que contemplaba el traslado de trabajadores de unos turnos o departamentos a otros centros de trabajo.
Tras esa primera reunión, el comité intercentros ha celebrado esta mañana un nuevo encuentro con la dirección del Grupo en la que se han rebajado las pretensiones que puso encima de la mesa la empresa en un primer momento, entre las que se encontraba que esa escasez de suministros afectaría a 488 trabajadores, si bien en ningún momento se plantearon despidos aunque sí una disminución en los turnos de trabajo.
Sin embargo, en la segunda reunión mantenida esta mañana, la empresa ha llegado a un acuerdo con UGT, al que le ha presentado un listado más reducido de trabajadores afectados hasta los 220: 73 trabajadores en la Factoría de Palencia, 63 en la de Valladolid y 84 empleados Factoría de Carrocerías.
Además, ha aceptado mantener las reducciones de jornada por conciliación de la vida laboral y familiar, así como que se aplique "coherencia" a la hora de plantear la salida de un trabajador de un departamento "según criterios de antigüedad".
Todo ello "con el compromiso de que cuando la adjudicación de proyectos permita retomar los niveles de actividad anteriores, se reincorpore a ese trabajador".
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Un plan industrial que incluye el lanzamiento del nuevo Capture y el AXN en la fábrica de Valladolid, así como en Rafale en Palencia que estará en el mercado en el primer semestre de 2024, y los nuevos modelos Austral y Espace que ya se están comercializando.