A las 05:20 horas un vecino de Balboa alertaba a los Servicios de Emergencia al ver salir humo por una de las ventanas de la iglesia de Santa Marina. Desde el parque de Bomberos de Ponferrada se desplazaba un retén con una autobomba ligera y una autobomba aljibe, al encontrarse la autobomba rural en el taller.
Al llegar comprueban que sale humo por las ventanas del templo. Para acceder al interior es necesario forzar la puerta de entrada, la nave de la iglesia está totalmente inundada de humo y el incendio afecta a la parte izquierda del retablo mayor en toda la vertical, unos tres metros y con una anchura de 1 metro aproximadamente así mismo se afecta al zócalo inferior y a la alfombra del altar.
Para las tareas de extinción se empleaba la menor cantidad de agua posible, para evitar un incremento de daños, y se retiraban 3 piezas del altar mayor que se extraen al exterior para evitar más daños. Una vez extinguido el incendio se procedía a ventilar toda la nave para limitar los daños causados por el humo.
Los daños sufridos por el retablo mayor son de consideración, ya que además de la zona afectada por el incendio hay zonas que han sido afectadas por la temperatura y el humo generado. Se finalizaron las tareas en torno a las 9 de la mañana.
Un cirio o un cortocircuito en la pared, posibles orígenes del incendio
El fuego originado en la madrugada de hoy en la iglesia de Santa Marina del municipio berciano de Balboa podría haber tenido su origen en uno de los cirios del templo o en un cortocircuito originado en una de sus paredes, según explicó el alcalde de la localidad, Juan José López. A la espera de que los expertos de la Guardia Civil aclaren el punto en el que arrancaron las llamas, el regidor avanzó que los técnicos de Patrimonio Cultural llegarán hoy mismo a la localidad para valorar los daños provocados por el fuego y elaborar un informe de cara a la restauración del retablo mayor, donde se concentraron las principales afecciones.
En ese sentido, López señaló que esta pieza, cuya autoría se atribuye a Lucas Formente en el año 1575, es uno de los principales motivos por los que el templo obtuvo la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) en junio del año 1993. “Es una lástima, es lo que más va a costar volver a reparar”, apuntó el alcalde, que recordó que el retablo ya fue objeto de una “restauración importante” hace poco más de una década. En esa ocasión, la Dirección General de Patrimonio Cultural invirtió más de 120.000 euros para devolver su esplendor a esta pieza manierista de tres cuerpos.
Según el regidor, tras un suceso de estas características “el único consuelo es que podía haber sido peor”. En ese sentido, López celebró la “casualidad” de que, en plena madrugada, un vecino viera salir humo por una de las ventanas de la iglesia y avisara a los servicios de emergencia. “En un par de horas más podría haber ardido todo”, señaló el alcalde.
Al respecto, el fuego se declaró poco después de las 5 horas, según informaron los Bomberos de Ponferrada, que tuvieron que forzar la puerta para acceder al interior de la iglesia. Los efectivos de la lucha contra el fuego retiraron varias piezas del altar mayor y las sacaron al exterior del templo para evitar que las tareas de extinción provocasen más daños. Además, emplearon la menor cantidad de agua posible para sofocar las llamas, que se concentraron en una franja vertical de la parte izquierda del retablo mayor.
El fuego también afectó directamente al zócalo inferior del retablo y a la alfombra del altar, por donde se sospecha que se pudieron propagar las llamas. Además, las altas temperaturas y el humo, que llegó a inundar totalmente la nave, dañaron en menor medida otras zonas del templo. Las labores de extinción y de ventilación de la iglesia se prolongaron hasta las 9 horas.
De origen románico, la iglesia de Santa Marina de Balboa está dispuesta en una sola nave, con una cabecera compuesta por un ábside semicircular, separado del resto de la nave por un arco toral de medio punto. El templo, tal como se conoce actualmente, es fruto de tres fases constructivas que se remontan al siglo XII o a principios del XIII. La segunda fase, en la que se modifica la estructura románica y se comienza a construir la torre, se llevó a cabo durante el siglo XVI, mientras que la tercera fase, en la que la iglesia tomó su actual configuración, se produjo entre el siglo XVII y principios del XVIII.