Puente Sanchista hacia el futuro
Este sábado 26 de marzo, Susana Díaz hará oficial su candidatura a la Secretaría General del PSOE, aunque a pesar de no ser oficial, ya tiene adeptos y equipo, en el cual está la Diputada por Valladolid, Soraya Rodríguez, quien el pasado domingo en el programa El Objetivo, hizo de representante, y defensora de la andaluza, aunque su deber sea representar a los vallisoletanos y vallisoletanas.
Por otro lado, encontramos la candidatura de Patxi López, que aún no tengo muy claro si se ha postulado motu proprio, o quienes siempre han movido los hilos del PSOE le han empujado a ello con el objetivo de disgregar el voto de los militantes en el proceso de primarias, algo que se torna arduo difícil a la vista del apoyo más que visible, con el que cuenta el tercer candidato, Pedro Sánchez.
Se habla de unir y coser el partido, pero a la vez presenciamos unas actuaciones por parte de la Gestora actual, que se extralimita en sus funciones, preocupándose más por la financiación, legal de quienes apoyan a Pedro Sánchez, mientras no ponen cortapisas al partido más corrupto de España, con el que dos candidaturas y representantes de las mismas se abstuvieron, para facilitar el gobierno de Mariano Rajoy.
Ahora bien, ¿alguien se pregunta en esta lucha de poder qué quiere la ciudadanía? ¿qué prefieren? ¿Honestidad y coherencia? ¿lealtad y valores? O por el contrario ¿deslealtad y traición a quienes votaron al PSOE, pero su voto terminó facilitando el gobierno del PP?
Creo que las respuestas son claras, y como ejemplo pongo al defensor que más coherencia y valentía ha demostrado públicamente a Pedro Sánchez, su nombre es Óscar Puente, alcalde de Valladolid, y sí, con apoyo de otras fuerzas políticas, bastante alejadas de la derecha,
La mejor referencia que la ciudadanía y el PSOE puede tener es a personas y políticos de la calidad de Óscar Puente, quién nada más entrar al gobierno de la ciudad de Valladolid, y con el esfuerzo también realizado por la Concejala de Educación, María Victoria Soto, impulsaron abrir los comedores escolares, para que ningún niño se quedase sin poder llevarse un plato de comida a la boca.
Es el Alcalde vallisoletano quien ha despertado a la ciudadanía de la utopía del tan nombrado soterramiento, siendo claro, honesto y poniendo las cartas sobre la mesa, cosa que su antecesor no hizo por ser una medida impopular, pero señoras y señores, ser populares es cosa del PP, no del PSOE.
También Puente ha llevado al banquillo de acusados al anterior alcalde de la ciudad, Javier León de la Riva, quien, presuntamente, firmó una carta de conformidad, sin seguir los procedimientos administrativos, e hipotecando a los vallisoletanos y vallisoletanas. Tampoco es una medida popular, pero sí socialista, ya que las arcas municipales deben emplearse en reforzar las ayudas sociales, educativas, en dependencia y en definitiva, en mejorar la calidad de vida de las personas.
Está claro qué camino es el correcto, al menos el que todos reivindicamos en terutulias familiares, e incluso en manifestaciones, que son la honestidad, la valentía de decir qué se puede y no se puede hacer con los recursos que se poseen, pero ante todo, el principal valor, que es la lealtad a tus ideales, aquellos que representa Pedro Sánchez.
Sé que puede ser atrevido posicionarse, que se me puede tachar de poco cauta, pero creo que la cautela ha regido demasiado tiempo en el aparato del PSOE, quien ha desoído a sus militantes y a sus votantes, y ahora es el momento de ser escuchados, porque la popularidad otorga votos un tiempo, pero la honestidad y lealtad a los propios principios, perdura toda la eternidad.
Ahora el único camino para poder hacer del PSOE lo que jamás debió dejar de ser, es tomar ese Puente hacia Pedro Sánchez, que está sustentado por militantes, simpatizantes, pero sobre todo muchos ciudadanos y ciudadanas que han encontrado lo que hace tiempo perdieron, la ilusión y confianza en que a través de la política, y de políticos como Óscar Puente y Pedro Sánchez, se pueden cambiar las cosas, haciendo que esta sociedad en la que vivimos, sea más justa, igualitaria y social.