Cuanto pesa la Ley
Cuanto pesa la Ley, ahora que el mayor exponente de su aplicación, el Art. 155, algunos la ponen en duda por excesiva, extemporánea o inadecuada. Llegado el caso muchos se preguntan, ¿cuánto pesa la Ley?
Le podrían preguntar a Tejero cuánto pesaba la Ley en 1981.
La Ley por ser un medio de regulación de las relaciones subjetivas de una sociedad tiene el peso que tiene si la aceptación de esa ley por parte de la sociedad es general, también la dota de peso la capacidad que tiene el Estado de obligar a esa sociedad a su cumplimiento sabiendo que de no cumplirse tiene unas consecuencias.
Algunos políticos catalanes han entendido, tarde, lo que pesa la Ley y lo que pesa violentarla, incumplirla y, mira que los letrados del Parlament ya les advirtieron, “La DUI es ilegal”.
Pero no, no hicieron caso. Siguieron su sendero, un sendero previamente diseñado y en cuyo recorrido algunos no preveían visitar Bruselas y otros que tendrían una visita con hotel incluido por los Centros Penitenciarios de Madrid. No supieron medir el peso de la Ley.
Y cómo se ha llegado a esta situación de menosprecio y falta de respeto a la Ley, sobre todo siendo los políticos los que deberían dar ejemplo cumpliéndola y haciendola cumplir, cuando se tiene capacidad de gobierno, mostrando con ello el camino a la sociedad, ser su ejemplo.
No hay mejor manera de explicar una cosa que con la sencillez, con las palabras directas y ajustadas a la realidad.
Hemos llegado a esta situación por que los dos partidos que hasta ahora han gobernado, PP y el PSOE, no me cansaré de repetirlo (porque tendrían que sufrir el mismo destino) por puro interés político -agarrar el poder aceptando con ello el apoyo de los partidos nacionalistas- han permitido a la Generalitat, a los políticos nacionalistas, una política de hechos consumados (contrarios todos a la Ley, algunos juzgados y sentenciados firmemente) violentando con esos hechos consumados esa Ley que pesa tanto y que cuando interesa y ha creído necesario el Gobierno de España ha aligerado para hacerla imperceptible por no decir más cómoda al Gobierno de Cataluña.
Violación sistemática del Estado de Derecho a aplicar en todo el territorio catalán con un incumplimiento permitido por el gobierno de turno, hasta que llegó el momento cumbre, que cuando se violenta la soberanía de ese Estado, cuando se pone en entredicho la convivencia, ya no es la política la que sale al paso, los políticos han salido al paso pero solo cuando se ha puesto en entredicho sus intereses personales y de partido, los rendimientos electorales.
En ese salto cualitativo en la defensa de este Estado de Derecho, que todos nos hemos dado, tuvo mucho que decir su Jefe, SM Felipe VI; tanto dijo que dotó a la Ley de un peso que, hasta esa noche, no tenía, al menos en Cataluña. No buscaba ningún rendimiento electoral, buscaba que la sociedad que está bajo su autoridad no se resquebrajara.
Sus palabras hicieron saltar a la sociedad de su adormecimiento, una sociedad a la que se ha llamado mayoría silenciada para poner en entredicho la labor política del Gobierno. Y es que hasta ahora, algunos, políticos y no políticos, piensan o pensaban que dependiendo de qué sitio se aplique, con quien se aplique y, a raíz de que se aplique la Ley, debe tener un peso determinado.
La cultura popular para este caso tiene una adivinanza que les ha costado prisión el saberla: “adivina adivinanza ¿qué pesa más, un kilo de Ley o un kilo de estelada?
En algunos sitios creían que la estelada pesaba más, pero mucho más que la Ley.