Feliz año 2018
Se acaba el 2017, se termina otro año más en el que, unos han venido a él para iluminar la vida e iniciar un camino virgen y que sólo ellos pueden recorrer; otros, se han marchado dejando un inmenso dolor y dejando un surco en el terreno para que otros lo puedan seguir o desdeñar, en el que todos, poco a poco, hemos sido felices, luchado, caído, renunciado y aceptado, hemos vivido y seguimos en el camino dando pasos, cruzando ríos, subiendo puertos y bajando montes.
Algunos, perdieron la ilusión y la fe; otros, la mantienen maltrecha; algunos, la cuidan e intentan transmitir; pero, todos pasamos, unos junto a otros, y forjamos amistades o pasamos páginas, unas con dolor y otras con alegría, pero momentos que ya no volverán y hojas que no se volverán a leer, ni vivir, se hará con otras, se vivirán de otra forma, pero lo que pasó, pasó y no volverá nunca jamás.
Cada Navidad que vivimos es la última, es única y, cada vez que no la disfrutamos o sentimos como algo nuevo que nos refuerza el corazón, que nos une a los que están a nuestro lado, que no sentimos la añoranza de los que faltan, que no vemos nacer a ese niño que unos llamamos Dios y otros ilusión y amor, perdemos y, para siempre, la ocasión de vivir unos días que nos deben de dar la fuerza para intentar hacer eso mismo durante el año entero, que seguro que con el día a día no cumpliremos, pero que hemos de inyectarnos para intentar conseguirlo, si queremos, como diría Gloría Estefan, un mundo mejor.
La política es el futuro de nuestros hijos escrito por otros, el trabajo el que nosotros escribimos y, cada vez que perdemos la ocasión de ser humildes, de tratar al superior o al inferior con delicadeza, de trabajar por conseguir algo mejor, perdemos la ocasión de ser personas de verdad. Si tratas mal a los que te rodean, si no respetas los errores de los demás o no aceptas las acciones equivocadas, o no, de los que te rodean, si no luchas por hacer la vida más fácil a los demás, te creerás muy grande, pero no eres más que un pobre hombre.
Empezaremos un nuevo año y haremos grandes promesas: dejar de fumar, adelgazar, hacer deporte; pero, muy pocos prometerán e intentarán, conscientes de conseguir lo mismo que lo que hacen otros, hacer feliz al que tienen a su lado, apoyar al que sientes débil, mostrar nuestro mejor rostro ante el defecto propio o ajeno, intentar hacer un año mejor para los que te rodean, con la oculta y egoísta intención de tenerlo tú también mejor.
Por todo esto, y algo más que no escribo, os deseo a todos que el año 2018 sea un gran año y seamos todos felices y crezcamos en ilusión, fuerza, grandeza y humanidad.