Con la lluvia caída y embalsada, ¿se ha acabado la sequía? Con la nieve acumulada en las montañas y su posterior ingreso al circuito fluvial, ¿tendremos problemas de abastecimiento?
Con todo ello, ¿debemos cambiar los modos, maneras y actitudes que hemos ido poniendo en acción para ahorrar en el consumo del agua? ¿Debemos exigir a las autoridades infraestructuras más modernas y más efectivas con el ahorro de agua?

Son cuatro preguntas que permanentemente nos tenemos que hacer a día de hoy, y nos tendremos que hacer en el futuro. Estos años tan secos no son periódicos, no sabemos previamente qué años son secos, tampoco sabemos los años que son de alta pluviosidad.

Años hidrológicos como este, que va del 1 octubre 2016 al 30 septiembre 2017, eso sí -no tan graves- no son extraños a nuestra orografía; llevan produciéndose durante mucho tiempo, y es que se tienen datos de años secos no de hace 50-100 años.

“Las sequías en España: 318 años”
Un equipo de la Universidad de Zaragoza en el año 2016 ha logrado por primera vez reconstruir las sequías desde 1694 a 2012 a partir del índice de precipitación y el estudio de los anillos de crecimiento de los árboles.

Este estudio ha logrado saber qué años han sido de poca actividad pluvial desde 1694, años como 1725, 1741, 1803 o 1879 en los que la sequía se asentaba sobre un territorio eminentemente agrícola.

Según el SPI “índice de precipitación estandarizado” que mide la pluviosidad de los años hidrológicos, en este año la lluvia ha sido muy escasa, el de menos actividad pluvial, hasta tal punto, que podría ser calificada como la más grave de los últimos 20 años, y aún más, como la más grave de toda la historia.

Desde el año 1981 hemos tenido 11 periodos de sequía que varían entre los dos años y los dos años y medio y del estudio llevado a cabo por la Universidad de Zaragoza se extrae que los que se han producido en los últimos 20 años son los más graves.

Y la actividad humana, la industria y la contaminación ¿tienen alguna influencia en el aumento de los años secos? Pues leyendo lo expuesto estoy en la creencia que sí.

¿Y qué solución damos a esto?

Para empezar, éstas deben nacer de la Administración, creando normas efectivas que protejan los bosques de este país, sin menoscabar el uso adecuado y correcto para crear riqueza, tomarse en serio que no solo basta con proteger el bosque, la reforestación masiva y continuada debe ser otra herramienta de control de la sequía.

La clasificación de suelo urbanizable nunca, en el caso de incendio. Me viene a la cabeza otro tipo de medidas como es la reforestación forzosa de esos terrenos.

En el 2004 el Partido Popular, con Rajoy como candidato, llevaba en su programa plantar 800 millones de árboles, en las siguientes elecciones se redujo la propuesta a 500 millones, en las siguientes, cuando ganó, esta propuesta había desaparecido, era una premonición de la política medioambiental futura del Partido Popular.

Continuar con el esfuerzo pedagógico a todos los niveles, una educación dirigida al ahorro del agua potenciando un consumo y uso adecuado por parte de los particulares y sobre todo  la industria, gran consumidora.

El I+D+i en la gestión de los recursos del agua debe ser primordial, entendiendo que la gestión es competencia del Estado, que debe asegurar unas vías de acceso seguro para todos en igualdad a este bien cada dia más preciado.

Sin lugar a dudas, la colaboración de la iniciativa privada en temas de gestión es primordial.
La innovación también debe ir dirigida a la previsión, conocer con tiempo suficiente qué año va a ser seco y cual no.