Castilla y León

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Opinión

El casting de Podemos

12 agosto, 2018 12:32

Trigésimo segunda semana de 2018, la de la garrapata. La muerte de un cazador de Ávila que acudió a una montería en Badajoz y sufrió la picadura de una garrapata con virus de la fiebre de Crimea-Congo nos ha puesto a todos en alerta. Pero no hay que alarmarse, se trata de casos puntuales de personas imprudentes. De hecho, esta garrapata lleva en los campos de España desde el año 2010 y tan sólo se han producido dos muertes desde entonces. Precaución en un verano en el que proliferan los bichos. Avispas, gusanos y cucharachas proliferan gracias al cambio climático, ese que muchos políticos negaban durante años y ahora esconden la cabeza cual avestruz. Los insectos eran ellos, más bien parásitos, y también garrapatas, por cómo han desangrado las arcas públicas robando millones y millones de euros a espuertas llenas. O malgastándolos, que tiene igual delito.

Un ejemplo más (y ya ni se sabe cuántos van) es la Operación Enredadera, cada vez más enredada, más enrevesada, también más vomitiva. Porque según se conocen nuevas transcripciones de los pinchazos telefónicos de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía al alcalde de León, Antonio Silván, sus secuaces, el empresario José Luis Ulibarri y todos sus vasallos, todavía no se entiende cómo algunos siguen en sus puestos públicos. Con más cara que espalda, justificando lo injustificable. Que Silván no haya dimitido ya de todos sus cargos es un escándalo. ¿Qué más pruebas se necesitan? Llama a un empresario para informarle de un concurso público en otra localidad… ¿y eso no es tráfico de influencias? Empresario que, por cierto, está en prisión. Y encima el alcalde de León presume de su amistad.

El presidente del Partido Popular de Castilla y León, además de alcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco, está tardando en promover su expulsión del PP. Y no vale la excusa de que como fue su rival en las primarias puede entenderse como una venganza. No señor. Aquí hay una persona a la que han pillado con el carrito del helado, que carece de justificación alguna y que no puede permanecer ni un minuto más cobrando un ínfimo euro de dinero público. Lo demás es ser cómplice de este presunto corrupto (presunto, porque no está condenado en sentencia judicial, pero la investigación policial, con transcripciones de conversaciones de Silván, no deja lugar a dudas de su condena ante la opinión pública).

Desvergüenza también la del presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez. Si lo de ir a un concierto en el avión personal que pagamos todos los españoles para viajes oficiales parecía insuperable, ahora resulta que su mujer, Begoña Gómez, ha sido contratada como directora de un centro del Instituto de Empresa. No es ilegal, se trata de un instituto que depende de una universidad privada, y faltaría más que no pudiera trabajar donde solicitasen sus servicios. ¿Pero es ético cómo se ha producido el nombramiento? Ese puesto se ha creado ahora, algo muy sospechoso. La mujer del presidente dijo que dejaba una empresa privada para tomarse un tiempo sabático tras el nuevo cargo de su esposo al frente del Gobierno, y de repente vuelve al mercado laboral. Muy sopechoso. La contratan porque aseguran que tiene buenos contactos con África, pero los tendría ya antes, ¿por qué no la contrataron entonces si tan buena profesional es? Muy sospechoso. Y para más inri, se justifica el puesto de Begoña Gómez con una licenciatura que no es tal, y por si fuera poco en algunos de sus currículos figuraba, echando cuentas, que habría comenzado la universidad con catorce años. De chiste. Ni mentir saben ya.

Y mientras, a muchos socialistas salmantinos se les cae la cara de vergüenza con un presidente del Gobierno que es pura fachada, que sólo se preocupa de su imagen y adopta decisiones improvisando (como viene haciendo desde que está al frente del PSOE), un presidente al que sólo le importa cobrar a fin de mes y sobre todo la pensión vitalicia que percibirá. Es lo único que pretendía con la moción de censura, y por eso le da igual acercar presos de ETA, ablandarse con los independentistas catalanes, y no se extrañen si quiere saltarse la Constitución para proponer un referéndum en Cataluña (que venderá como consulta para fomentar la participación y la transparencia del pueblo catalán, por aquello del lenguaje eufemístico que tanto impera durante los últimos años). Tiempo al tiempo.

La semana nos deja también otra cuestión política relevante, pero que ha pasado desapercibida para muchos medios de comunicación. Unidos Podemos, o como se vayan a llamar en las próximas elecciones municipales y autonómicas de 2019, llevará a cabo un cásting para sus candidatos en las capitales de provincia. Sí, como lo leen. Es la evolución de las primarias. Ya no se trata de presentarse a una elección y que gane el más votado. No. Ahora quien quiera ser candidato de Podemos a una Alcaldía no sólo deberá dar el paso adelante, también presentar una memoria con sus intenciones, sus ideas, sus proyectos, su programa electoral, al fin y al cabo. Una vez recibidas las propuestas, la dirección del partido de Pablo Iglesias en Madrid hará como Chimo Bayo, esta sí, esta no, podrá descartar aquellas candidaturas que no cumplan una serie de requisitos (que por supuesto no se han difundido y vaya usted a saber cuáles serán los criterios). Los adalides de los concursos públicos transparentes en la administración ahora resulta que hacen una especie de procedimiento negociado secreto. Otra más de Pablo Iglesias y su chupipandi, de mirar la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio, de donde dije digo, de consejos tengo que para mí no vendo, en resumen, de ande yo caliente ríase la gente.

Pero claro, así va a cortar las alas a mucha gente en Podemos que es muy válida para trabajar por los demás en la vida pública. Y cada vez son más los desencantados dentro de las propias filas del partido morado (el mismo color como se ha puesto su líder supremo durante los últimos años a costa de cobrar suculentos sueldos mientras quienes lo idolatran han sacrificado tiempo y dinero por un proyecto que se diluye como un azucarillo y terminará como un reino de taifas, por aquello de no perder la costumbre la izquierda de la izquierda en su particular visión del mundo). Hasta su fichaje estrella en el País Vasco, Pili Zabala, se marcha desencantada y hastiada.

En Salamanca veremos si dejan a Ignacio Paredero ser el candidato a la Alcaldía. Recuerden que en las elecciones generales Iglesias designó por dedazo a una gallega que anteriormente había ido en una lista electoral del PP (toma ya) y después a un amigo madrileño que sólo había pisado Salamanca como turista, y de milagro. ¿Será por eso que la reivindicativa voz de Podemos se ha apagado durante las últimas semanas en Salamanca? ¿Cunde la desolación? ¿O será que han prolongado sus vacaciones de verano? Ya veremos.

Hablando de vacaciones, ¿qué político se ha marchado a un lugar recóndito, o al menos eso creía, y se ha encontrado con quien menos pensaba y en la compañía más inesperada? ¿Y qué concejal de Salamanca cada vez está más apartado por sus compañeros? Pero ya saben, se dice el pecado, no el pecador. La próxima semana, les prometo más madera.