Los presupuestos de la Junta de Castilla y León II
Si el viernes pasado dedicaba mis comentarios al proyecto de Presupuestos Generales del Estado, hoy voy a hacerlo con el Proyecto de Presupuestos de la Junta de Castilla y León, y como en el caso anterior sin pretender hacer un análisis financiero profundo, sino simplemente sobre aquellos aspectos que más me llaman la atención y que entiendo más pueden interesar al ciudadano de a pie, y por ello, y para no hacerlo demasiado farragoso, me permitiré redondear cifras evitando decimales.
Lo primero que debo destacar es que se trata de los presupuestos más altos de la historia de la Comunidad Autónoma ascendiendo a 12.300 millones de euros, (el pasado año fueron 10.859) y ello viene condicionado por la pandemia y sus repercusiones económicas y sociales, que justifican en parte estos presupuestos.
También es digno de resaltar que, a diferencia de los PGE, estos, los de la Junta, no conllevan un incremento de los impuestos y tampoco una subida en los sueldos de los miembros del Gobierno. En su contra, en el apartado impositivo se mantienen los ingresos previstos con cargo a las sucesiones (200M€) y al patrimonio (38 M€), incumpliendo el programa electoral del PP que prometía la supresión de ambos, y que justifican por el incremento de gastos que conlleva la pandemia. Esperemos que una vez superada ésta, se cumplan los compromisos electorales.
Los ingresos se calculan con cierto “optimismo” al estimar que, a pesar de la congelación impositiva, los ingresos por impuestos directos crecerán un 14% y los recaudados por IRPF en otro 14%.
Se calcula, también con cierta alegría, un incremento del PIB en un 7,5% frente al 7.2 que calcula el Estado a nivel nacional, que la tasa de paro estará en el 13,9%, tres puntos por debajo de la estatal, y el incremento del déficit público en un 1,1 frente al 7.7% que estima el Estado en sus presupuestos.
Y entrando en el capítulo de gastos, llama poderosamente la atención que los gastos de personal consumen el 34% del presupuesto, con un incremento del 14.5% sobre los del año anterior, y los gastos corrientes el 15% con un crecimiento del 27% respecto del 2.020.
¿Cómo es posible defender estos incrementos, cuando la subida salarial aprobada por el Gobierno de España para todos los funcionarios es del 0.9% y la inflación acumulada hasta noviembre es del -0,7 %?
Una pequeña parte del incremento de los gastos de personal puede estar justificada por los contratos provocados por la situación de pandemia, pero en modo alguno en los porcentajes señalados, y otro tanto cabe decir del incremento del gasto corriente.
Entre los presupuestos por consejerías destacaría los incrementos en las de Sanidad, Educación e Igualdad por razones obvias vinculadas a la pandemia, y el esfuerzo de Agricultura por mantener la PAC e intentar combatir el éxodo rural y fijar población en nuestros pueblos.
En todo caso hay que recordar que estamos hablando de presupuestos, y habrá que esperar a saber con certeza la participación de la Comunidad en los impuestos del Estado, y el reparto que de los fondos europeos hagan los chicos de Iván Redondo desde la Moncloa.
Finalmente quiero mostrar mi preocupación por la denuncia presentada por la secretaria de organización del PSOE regional, desvelando un incremento ¡del 114%! en la retribución de los asesores. Esperemos un desmentido rotundo y convincente del consejero de Presidencia, porque el gobierno de coalición no puede ser el pretexto para este despropósito, intentando camuflar en este apartado los nombrados por haberse caído de las listas electorales.
En algún sitio la lista de los caídos se trasladó a la lista municipal... y se perdieron las elecciones. Y el que en el Gobierno de España existan 1.212 asesores, de los cuales 112 tan sólo tienen el Graduado Escolar, y 210 el bachillerato o título similar...Y claro, yo me pregunto, ¿En qué materia pueden asesorar con tan vasta formación? Claro que si Bego, la mujer del presimiente puede codirigir una cátedra en la Complutense sin tener una licenciatura, un graduado escolar puede asesorar al filósofo que dirige el ministerio de Sanidad o al maestro en educación física que dirige el ministerio de Fomento...(perdón, de transportes, movilidad y agenda urbana). Vivir para ver....
Hasta la semana que viene, y a pesar de todo, ¡FELIZ NAVIDAD!