Inolvidable 23F
Visto el 23 F a 40 años de distancia, todo parece distinto y, por supuesto, más relajado y diluido, pero los que lo vivimos no lo olvidaremos nunca.
Recuerdo, todo son recuerdos, que me cogió trabajando en el despacho y cuando oímos por la radio lo que pasaba, mi secretaria se asustó y me preguntó si podía marcharse a casa, a lo que contesté que cuando acabáramos el recurso que estábamos haciendo y que vencía ese día. Con golpe o sin golpe el plazo era improrrogable. Y, además, el recurso fue estimado, con lo que resolví un problema gordo para mi cliente, esto es, no todo fue negativo ese día.
Y es que el ambiente político estaba muy enrarecido, por un lado, el terrorismo de ETA no paraba, eran los años del plomo, el Gobierno y el partido que lo sustentaba, UCD, se tambaleaba después de la dimisión de su presidente Adolfo Suarez, y los problemas sociales y laborales iban in crescendo. Así pues, la llegada del golpe en medio de aquel mare magnum nos sorprendió a medias, menos mal que Juan Carlos I, como hoy se ha reconocido por su hijo, dio la talla exigida y, se diga lo que se diga, paró el golpe, de forma que cuando a las 12 de la noche apareció en la pantalla de televisión defendiendo el orden constitucional, todos nos fuimos a la cama tranquilos, pues aquello estaba decidido en contra de los golpistas.
Así se lo hicimos constar al rey emérito el 27 de junio de 2019, cuando le visitamos en el Palacio de Oriente para entregarle nuestro premio de la Asociacion Taurina Parlamentaria y en mi breve intervención, le manifesté nuestro reconocimiento no solo como taurinos, sino como ciudadanos de a pie, agradeciéndole su valioso servicio como rey constitucional. Una reiteración de lo que también dije en mi discurso cuando visitó Ciudad Rodrigo en 1984.
Ahora, los de siempre, que ni vivieron ni por ello participaron en absoluto en aquel 23F, siguen sembrando dudas sobre el Rey emérito y regateándole o negándole el reconocimiento, cuando todos sabemos que sin él todo hubiera sido diferente. Pueden criticarse actuaciones posteriores y de índole personal, pero como Rey su comportamiento fue irreprochable y así pasará a la historia, pese a quien pese.
Precisamente, en la recientísima Historia Constitucional de España, del catedrático Joaquín Varela Suanzes-Carpegna, también recientemente fallecido, afirma que el papel del Rey (Juan Carlos I) fue, sin duda, importantísimo, pues contribuyó de forma decisiva al asentamiento de la democracia, o sea, esto dice ya la historia y no los aventureros que transitan por nuestra vida política y de los que, desde luego, la historia no dirá, si es que dice algo, que lo dudo, nada positivo
Por ello, en este 40 aniversario de aquel infausto día, mi recuerdo es, sin lugar a dudas, para el rey que hizo que siguiéramos viviendo en democracia: el rey Juan Carlos I.