Anti demócratas
A ver Pablo, te he escuchado decir que en política cada uno debe de saber dónde debe de estar y que tú te presentas por Madrid por ser madrileño y antifascista. Observo que no acabas de comprender que en este país no existe ningún partido fascista y que si lo hubiere debería de ser declarado inconstitucional, por lo que estoy seguro que si tuvieses la más mínima evidencia legal de la existencia de partidos fascistas hubieras formulado la propuesta de inconstitucionalidad y yo la hubiera apoyado.
El problema es que tenemos partidos comunistas, que se jactan de serlo y que debieran, por ello, ser ilegalizados, como sucede en países nada sospechosos de no ser democráticos, como Alemania, donde han sufrido ambas lacras y ambas son puestas en igual balanza para llegar al equilibrio.
Es evidente que, en España, los asesinos comunistas, pues es una ideología asesina y totalitaria, consecuencia de la transición, que tanto critican, han supervivido a esa obligación de inconstitucionalidad que en todo país democrático se debe de llevar a efecto.Ennuestro suelo patrio, al salir del régimen de Franco, la izquierda, el partido comunista que fue el único efectivamente antifranquista, se hizo fuerte en la negociación frente a una derecha cobarde y avergonzada que admitió esa posición, no sin antes producirse, en ese PCE, una transformación democrática hacia el Eurocomunismo, que pretendía ser una ideología comunista desprendida de su ideología madre y originaria.
En democracia, lo único contra lo que debe de existir un "anti" es hacia el totalitarismo y la intención de generar dictaduras, bien sean estas del proletariado o de un oligarca, pues son estas ideologías las que pueden finar la andadura democrática y, consecuentemente con ello, sólo podrán existir movimientos antifascistas, si hay fascismo, o anticomunismo, si hay comunismo y dado que en España, salvo que usted pueda acreditarlo, no existe un partido que sostenga y/o proponga el fascismo, no cabe el antifascismo, pero sí hay partidos comunistas, que sostienen y/o proponen abiertamente el comunismo, por lo que la acción anticomunista no sólo es lícita, oportuna y democrática, sino que es, moral y políticamente, la única admisible.
Dicho lo cual, y siguiendo su discurso de dónde debe de encontrarse cada uno en política, parece evidente que usted debería de estar fuera de la política democrática de este país y le agradezco que abandone el gobierno nacional, pues un personaje que desde que ha tenido opción lo único que ha hecho es desarrollar su política comunista, totalitaria, antidemocrática, humillante y destructiva, en puridad democrática, debería de estar fuera de la acción política, evitando pueda turbar y perturbar los cauces de una democracia propia de un Estado Social y de Derecho como el que, con sus defectos, disfrutamos en este país, resultando que su ideología, y usted mismo, son un peligro para la ética, el progreso y el desarrollo democrático y contra ustedes sí es admisible y deseable la aplicación de un "anti".
La historia es contumaz al demostrar que de los regímenes totalitarios es muy difícil salir y casi siempre se sale con sangre, sudor y lágrimas del pueblo que lo sufre, resultando que los más asesinos, los más duros y de los que resulta más difícil salir, hasta el punto de existir naciones que no han sido capaces de desprenderse de ellos, son los del espectro comunista con más de 100 millones de muertos en el mundo, sólo con esto debiera de dar arcadas decir que se defiende el comunismo, como hace usted y, por ello, debiera de ser despedido de la política por inmoral y promotor del holocausto en el mundo, en aras de la dictadura del proletariado.
Ser de izquierdas o de derechas son opciones políticas dispares, pero igualmente respetables; defender el comunismo o el fascismo, supone defender la opresión del pueblo, desde un lado o desde otro, y la muerte del ciudadano en pos de un fin mayor decidido por el oligarca o por la dirigencia del partido comunista, pero siempre con la vida del pueblo, que pierde su libertad a favor del dictador, fascista o comunista.
Basta ya de permitir que esta chusma, fascista o comunista, totalitaria, liberticida, promotora del terrorismo, quiera decidir lo que es bueno o malo para los ciudadanos, lo que son posiciones éticas y las que no, las válidas y las que no.
Aquel partido que defienda el fascismo o el comunismo debería de ser expulsado de la vida política democrática para evitar que envenene la vida de los ciudadanos y los sometan.