El viernes pasado dedicaba mis comentarios a este mismo tema y terminaba anunciando que el circo electoral no había hecho más que empezar y que “ en cualquier momento las fieras entrarían en escena “, y lamentablemente los acontecimientos me han dado la razón, antes de lo que yo pensaba.
Comenzó la campaña electoral y tuvo lugar el primer debate en Telemadrid entre los seis candidatos. Concluía aquellas reflexiones diciendo que el debate no había tenido ganador, pero sí un claro perdedor que no era otro que Angel Gabilondo, y puse de manifiesto las cuatro mentiras más gordas de Pablo Iglesias, comenzando por su falsa llegada en taxi descubierta por las cámaras situadas en la entrada de la tele y terminando con las órdenes que había dado a la UME lo que fue desmentido a las 24 horas por la Ministra de Defensa, además de la permanente manipulación de las cifras respecto de la pandemia en vidas y pérdida de empleo en Madrid. Fue un debate de todos contra Ayuso, con la excepción de Monasterio que nadaba entre dos aguas. Al día siguiente los medios reconocían el éxito de Ayuso seguida de la pistolera de Más Madrid.
A la vista del fracaso inicial de las izquierdas, Ivan Redondo e Iglesias decidieron cambiar la estrategia electoral, y montaron un nuevo número de circo en un debate en la SER, al que Ayuso había anunciado que no asistiría por tener que acompañar al Rey en el Día del Libro: al iniciar el debate, Iglesias exigió que todos los candidatos condenaran sin paliativos el envío de tres cartas bomba dirigidas a él, al ministro del Interior y a la desconocida directora general de la Guardia Civil, cosa que hicieron, pero Rocío Monasterio amplió su condena a todo tipo de violencia, y pidió a Iglesias que condenara la agresión que los candidatos de Vox habían sufrido en Vallecas y que los podemitas justificaron como respuesta a una provocación, como si Vallecas estuviera vetada a Vox, que por cierto obtuvo más votos que ellos en ese barrio madrileño. La bronca subió de tono cuando Monasterio dijo que ni él ni el Gobierno de España tenían ninguna credibilidad, lo que hizo que Iglesias amenazara con irse si Rocío no rectificaba, y esta le animó a irse: “si es valiente váyase, que es lo que queremos muchos españoles”. La supuesta moderadora, Ángels Barceló tomó partida a favor de Iglesias, se levantó de la mesa, “Pablo quédate”, le suplicaba cogiéndole de la manita, por lo que Monasterio la llamó “activista”, con más razón que un santo.
Mientras tanto, Gabilondo y Mónica pistolitas la exigían que rectificara, Edmundo Val trataba de imponer la calma, Iglesias se puso la mascarilla y abandonó la mesa y Barceló después de rogar a Pablo que se reintegrara a la mesa, interrumpió el debate con la intención de continuar con un debate a cuatro. La sorpresa surgió cuando tras la interrupción, los dos candidatos de la izquierda se negaron a continuar el debate, evidentemente plegándose a las órdenes recibidas desde la sede de sus partidos. En este caso, el debate lo ganó Monasterio, como en las competiciones deportivas por incomparecencia de los contrarios. El intento de arbitraje del candidato de Cs resultó inútil.
Inmediatamente los cuarteles generales de los tres candidatos de izquierdas decidieron no volver a comparecer donde estuviera Vox, algo que acogieron con regocijo los medios afines, y por supuesto TVE incluida, y propusieron establecer un cordón sanitario en torno a Vox. Pero es que las encuestas dicen lo que dicen, a pesar de Tezanos, y nadie discute el triunfo de Ayuso que puede llegar a la mayoría absoluta, Y ante eso, vale todo.
Mientras tanto, Pedro Sánchez, que fue activista contra Ayuso hasta desde su huida a Senegal, se desmarca poco a poco de un aturdido Gabilondo, que no sabe si va o viene, pero el presimiente sigue utilizando todo el poder institucional contra Ayuso, a pesar de lo cual, tiene asumida su derrota.
Y el pretexto para todo este circo es la remisión de tres cartas con amenazas y balas en su interior. Vaya por delante que condeno sin reservas estos procedimientos mafiosos, como en su día condené las pedradas a los candidatos de Vox, y que Rocío Monasterio tiene toda la razón cuando pide reciprocidad a Iglesias en las condenas a las pedradas, (personalmente me da más miedo que me abran la cabeza con adoquín o que me amenacen por carta, visa por cierto que para mí no sería nueva), y cuestiona la credibilidad de Iglesias y del Gobierno en pleno, algo que comparto. Y, por cierto, condeno estas cartas como condené las cartas con bala que en su día recibió Rita Barberá, que algunos parece haber olvidado.
Sin pretender dar valor demoscópico, he de decir que desde que se hizo pública la “llegada del cartero”, todos a los que he pedido opinión sobre el tema, tras condenar el envío de las cartas me han mostrado su incredulidad sobre la autenticidad de las mismas, opinión que también comparto: ¿Cómo es posible que, ni en Correos ni en el ministerio del Interior, se detectara la presencia de objetos metálicos en el interior de los sobres? ¿Y alguien se cree que se puede solucionar despidiendo al vigilante de seguridad? Ni los sindicatos de Correos se lo creen y desde Alternativa Sindical afirman que las fotos del scanner están manipuladas, y por cierto, ¿Cómo es posible que Pablo Iglesias exhiba la carta que debía de estar en posesión de la policía?
Si hay que despedir a alguien, y creo que hay que hacerlo, debe de ser al presidente de Correos, exjefe de gabinete de Sánchez sin conocimiento alguno en materia postal, y al ocupa del ministerio del Interior que debía haber sido cesado hace mucho tiempo y por multitud de causas. La penúltima de momento, llamar organización criminal al Partido Popular.
Y como en los circos, además de equilibristas y fieras tiene que haber payasos, aparece la ministra de Industria y aspirante a vicepresidenta del gobierno Gabilondo, diciendo que ha recibido una carta con una navaja manchada de sangre en el interior, responsabilizando a Vox de la misma. Aquí, Marlaska lo tenía más fácil, porque el sobre contenía el nombre y la dirección en el remite. Pero, no, el remitente no es un terrorista, sino un pobre esquizofrénico, al parecer con antecedentes en este tipo de actividades.
Pero estad tranquilos, que después de desvelar quién atacó la sede de Podemos en Cartagena, y quién apedrea los carteles de Vox en las estaciones del metro en Madrid, nos desvelarán quienes son los autores de las cartas-bala, porque estos se olvidaron de poner el remite. Y por supuesto, la ministra pedirá disculpas.
Pero el tema no termina aquí: los Mozos de Escuadra detectan una carta, también con balas dirigida a Isabel Díaz Ayuso, y la reacción de ésta es justamente la contraria a la de la ministra: quitar importancia al tema y seguir presentando su programa electoral que es justo lo que pretenden evitar los que están detrás de las cartas-bala, que me hacen recordar a los hombres-bala de lis circos de mi infancia. Y se habla de otra carta a la directora general de la Guardia Civil que ha aparecido más en los medios en estos días que en todo su mandato. Y las que vengan de aquí al día cuatro. La última, hasta el momento, la dirigida a Rodriguez Zapatero.
Y en el colmo de los despropósitos, el impresentable Pablo Iglesias acusa a la Casa Real de no condenar estas actuaciones fascistas. ¿También la carta dirigida a Díaz Ayuso es de origen fascista?
Pero mientras habla de esto no habla de la legalización de las ocupaciones, la subida de impuestos, el cierre del Zendal, la salida del gobierno autonómico de la Puerta del Sol, o los 51 chiringuitos que tiene previsto crear si llega al gobierno madrileño... que hay que seguir colocando podemitas sin estudios ni trabajo...y si como han desvelado las hemerotecas, cuando le preguntan qué prefiere, si comunismo o libertad, dice sin embates “por supuesto comunismo” posiblemente la única verdad que ha dicho en su vida.
Mientras tanto, permítanme que siga pensando que para oler a podrido no hace falta desplazarse a Dinamarca, que en la Moncloa huele que apesta. Y estoy convencido de que el espectáculo circense no ha terminado, y que todo esto es un montaje. Démosles tiempo…
Hasta la semana que viene.
PD: Esperemos que se aclaren las irregularidades del “voto emitido” que están facilitando en Correos, que el día 4 nos jugamos algo más que las elecciones madrileñas.