Castilla y León

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Opinión

El indulto es muy barato...

17 junio, 2021 10:04

Algunos políticos modernos parecen creer que no hay forma más fácil y segura de avanzar en la vida que defraudar a los ciudadanos en todos sus sentidos. Para estos defraudar en lo público es más seguro que en lo privado y se persigue menos que los actos cometidos con nocturnidad y alevosía. La única dificultad es obtener la confianza de los ciudadanos y una vez conseguida, el negocio sale redondo y en caso de rendir cuentas, el indulto es muy barato. No caen en la cuenta en que la verdad siempre sale a la superficie como una gota de aceite y al final toca pagar.

Hay indultos muy famosos y cercanos en nuestra memoria colectiva. Los más comunes y menos cuestionados son los que se otorgan en la plaza de toros. Son los más ecuánimes y otorgados por el sentir popular que al final es quien juzga a jueces y culpables. El sentido común tiene mucho poder.


El toro de Osborne es la silueta de un toro bravo, de aproximadamente catorce metros de altura, concebida originalmente como una gran valla publicitaria de carretera para promocionar el espirituoso hoy ya ni brandy ni coñac de Jerez Veterano. Las vallas se encuentran repartidas a lo largo de la geografía española, de forma general junto a carreteras y sobre cerros para cortar el horizonte y favorecer de ese modo su visión. Aunque la función inicial fue publicitaria, con el paso del tiempo y el arraigo cultural se convirtió en un símbolo cultural de España.


Desde el año 1956 en que fue creado por el artista Manolo Prieto fue evolucionando. La primera silueta fabricada en madera se colocó en la carretera Madrid-Burgos. En septiembre de 1994 se publica el Reglamento General de Carreteras que ordena retirar todos los toros de Osborne. Varias comunidades autónomas, numerosos municipios, asociaciones culturales, artistas, políticos y periodistas se pronuncian a favor del mantenimiento de las vallas. La Junta de Andalucía pide su catalogación como «bien cultural» y la Comunidad Foral de Navarra se ampara en una Ley Foral para mantener el toro de su territorio. En el mismo año fue declarado por el Congreso de los Diputados patrimonio cultural y artístico de los pueblos de España. En diciembre de 1997 el Tribunal Supremo dicta sentencia a favor del mantenimiento de los toros de Osborne debido al interés estético o cultural que se les ha atribuido.


En adelante el toro de Osborne deja de ser un símbolo estrictamente comercial y es considerado un símbolo asociado a la identidad de España por parte de los nacionalistas periféricos. Los independentistas de Cataluña boicotearon y derribaron el único toro situado en Cataluña en el Bruch. Los independentistas de Cataluña adoptaron como símbolo propio al burro o ruc catalán. En agosto de 2007 una semana después de ser recolocado, nueve años después, en Cataluña es derribado por un grupo independentista autodenominado Hermandad catalana La Bandera Negra. A finales de mayo de 2008 el toro de Osborne vuelve gracias a un grupo de amigos amantes de este símbolo publicitario  que lo vuelven a levantar hasta que en febrero de 2009 vuelve a ser derribado por cuarta vez. Desde entonces grupos de moral o ideas distraídas han atacado al toro en distintas regiones emulando a la mugre en Galicia pintándolo de naranja, en Mallorca donde lo castraron, otros en Extremadura se atrevieron a ponerle ubres y hasta se han atrevido a pintarlo como Picasso. Las penas a tan graves delitos al sentimiento y la memoria colectiva han sido mínimas. Aun así sigue resistiendo vigilante en el horizonte de nuestra España, incluso en Melilla.


En la actualidad existen 92 toros de Osborne distribuidos de forma irregular por España. Existe una concentración en torno al Marco de Jerez, en las provincias de Cádiz y Sevilla. El resto se encuentran dispersos por la geografía española de forma no sistemática, mientras que algunas comunidades autónomas carecen de ellos haciendo infelices a la mayoría de sus ciudadanos como Cantabria, Cataluña, Ceuta y Región de Murcia, o tienen exclusivamente uno Baleares, Melilla, Navarra y País Vasco, existen otras pequeñas concentraciones en torno a Asturias, Zaragoza o Alicante. La imagen del toro de Osborne aparece en muchos ámbitos de la vida diaria, muy a menudo entre las gradas en acontecimientos deportivos y en las misiones internacionales de los soldados españoles. Con motivo de la muestra de arte contemporáneo Echigo Tsumari se instaló un toro de Osborne en Matsunoyama, prefectura de Niigata, Japón en julio de 2018. Tras la buena acogida de la instalación artística por parte del público los responsables del museo la incorporaron a su colección permanente. La escultura está integrada en un bosque de hayas y fue realizada aplicando las técnicas antiterremotos más avanzadas. Allí nuestra memoria está y seguirá a salvo.


Otro indulto famoso asociado a nuestra verdadera alegría, cultura y sentir popular es el del "tío más famoso de España" el luminoso de Tío Pepe de la Puerta del Sol. El alcalde de Madrid, Ruiz-Gallardón, lo comparó con la Torre Eiffel de París, porque ambos surgieron sin vocación de permanencia pero se acabaron incorporando "a lo definitivo" y forman parte del paisaje urbano de ambas capitales. González Gordon recordó que fue en 1935 cuando, para celebrar el centenario de la bodega, la empresa propuso al Ayuntamiento de Madrid colocar un luminoso en lo alto del entonces Hotel París. El Ayuntamiento accedió y, con una licencia por la que pagó 796 pesetas, González Byass colocó un anuncio de 70 toneladas de peso y 30.000 vatios de potencia eléctrica, que desde entonces, guerra incluida, luce en su aspecto definitivo, con la botella con chaquetilla, sombrero y guitarra junto al lema "Sol de Andalucía embotellado". Aunque al final el hotel París cerró y hubo de ser trasladado de emplazamiento, el Tío Pepe volvió a relucir en la plaza de la Puerta del Sol en Mayo de 2014 en una nueva localización, en el edificio que hacen esquina con la calle preciados, el que está justo enfrente de la casa de correos. Ahí el Sol de Andalucía embotellado sigue brillando sobre la plaza y los españoles.

Aunque también hay indultos forzados y puede pasar como en la plaza de Palencia en la feria de septiembre de 1869 que en una de las corridas el tercer toro resultó muy manso y el presidente ordenó su vuelta a los corrales. El morlaco se negaba. Ante esta situación y como los peones no podían, el propio torero Lagartijo pidió una tralla y a latigazos lo hizo pasar a los corrales. Su final lo suponemos todos. La algaraza que causó en el público se ha recordado desde entonces.


España siempre ha sabido defenderse sola. En lo más hondo de nuestra alma tenemos un sentimiento de supervivencia, por ser gente de frontera y conquista que nos lleva a resolver las situaciones más enrevesadas. Incluso nuestra lengua sabe pelear sola pues tiene sus armas frente al lenguaje inclusivo inventado pues  la p...a no es lo mismo que el p...o, ni la carga es el cargo..., ni todo es toda, etc... Las palabras no son inocentes. Lo que nos gusta no lo toca nadie y seguiremos siendo españoles con la E y la Ñ mal. Lo seguiremos solucionando todo por nuestra cuenta mal que les pese a los que gustan de tener la memoria de vacaciones permanentes...