Conocí a Gonzalito como mozo de espadas de Curro Romero, al que adoraba y servía con pasión.
Curro lo sabía y el afecto era mutuo. Hoy Curro estará especialmente triste como todos los que conocimos y tratamos al gran Gonzalito. Pequeño de estatura pero grande de corazón y arrestos. No he conocido a hombre más fiel y servicial con su maestro y con todo el mundo que lo necesitaba. Yo lo comprobé cuando, como abogado de Curro, le llevé varios asuntos profesionales. Y Gonzalo me ayudaba fielmente en todo lo que le pedía.
Por eso cuando organicé el festival para el monumento al maletilla en Ciudad Rodrigo,tuve que ponerle a su recomendado el novillero portugués Oliveira hijo de
del ganadero y que toreaba muy bien.
Después, retirado Curro y jubilado él, le saludaba siempre con afecto y le felicitaba por lo bien que cantaba flamenco según me decía su alumna Beatriz Badorrey que también le echara mucho de menos.
En una entrevista que le hicieron, pues Gonzalito era una autoridad, decía verdades como puños y recordaba su origen muy humilde y pobre. Por eso como dijo el famoso historiador francés Michelet, "el que ha conocido la pobreza lo sabe todo". Gonzalito lo sabía y lo enseñaba. Gracias maestro. Con mi sincera condolencia para su familia y el maestro Curro Romero, descanse en paz.