El año pasado llorábamos por Filomena y la mucha nieve que nos dejó, en el presente por la falta de agua, mañana por los diluvios que vienen, pasado por las sequias que nos asolan... Vamos, que nunca llueve a gusto de todos y cuando interesa se afirma, con engolamiento y postureo, que es consecuencia del cambio climático del clima climatológico del mundo mundial.... ¡Manda güevos! que diría un ministro.
Sin considerar o despreciar la posibilidad de un cambio climático, en este santo país denominado España, desde hace 40 años, lo que tenemos es una casta política que cobra mucho, pero trabaja poco y lo poco que hace lo hace mal.
¡Ya apareció "pitufo gruñón"! Pues no, no es una protesta sin más, sino una crítica con presentación de alternativa. de este modo y tras reconocer que tenemos un clima jacarandoso, que unas veces nos colma de agua y otras nos deseca en el desierto, y aún aceptando la existencia de un cambio en el clima, sólo mirar atrás y ver cómo se desarrollaron planes hídricos con la construcción de pantanos, bien o mal planteados, pero ejecutados y con el desarrollo de un plan hidrológico nacional, del que carecemos.
En abril, cuando comenzó la pandemia, clamé en el desierto, motivo por el que, aún hoy, se atreven a decirme que fui un canalla por criticar al gobierno, la necesidad urgente, salvadora y creadora de escudos efectivos frente a la que se nos venía y para lo que precisábamos unos planes de acción o modelos de prevención en el orden social, económico, jurídico y sanitario.
Pues bien, dos años después, canalla o no, lo cierto es que aún las medidas sanitarias las adoptan los políticos y no organismos profesionales, no se han desarrollado planes sociales de actuación, limitándonos a sostener la figura de la reforma criticada del PP cuales son los ERTES, y la concesión de créditos ICO, que es lo mismo que echar al empresario a los tiburones en lugar de reducirle los impuestos, eximirle de ellos, realizar actuaciones activas de la administración y no remitirlos a la banca; en el ámbito jurídico, ni se ha hecho nada, ni se espera, pese a que el Tribunal Constitucional ha afirmado que nuestro gobierno actuó contra los Derechos Fundamentales y de forma totalitaria.... ¡toma ya!, si eso lo hace la derecha, arde el mundo por fascistas.
Nos envían fondos por importe de 3 veces el Plan Marshall y se empeñan en afirmar que la reforma laboral se hace para evitar que no nos los den, cuando Europa lo que quiere es que cambiemos el modelo productivo, reduzcamos el gasto político o improductivo y le demos ese destino a los fondos que nos envían... Qué triste ver que quien criticaba a Rajoy por aplicar políticas de austeridad, ahora, hace lo propio generando nichos de víboras que se forran con los fondos internacionales de salvamento, por ser el país del mundo que peor ha gestionado la pandemia y que más muertos ha tenido por millón de habitantes, y encima saca pecho.
Seguimos con políticos que cobran como si fuésemos ricos, que no saben apretar un botón, que no son expulsados por ineptitud, que se dedican a crispar y subirse el sueldo en plena pandemia, pero no tenemos un plan hidrológico nacional, ni un plan sanitario de actuación, criticando la creación del Zendal, mientras otros acudían maletín en mano a repartirse los fondos con los chinos (si no es así, cuál es el motivo por el que no se de información y control sobre dichos fondos), no existe un plan de acción jurídico que aplicar en estos supuestos, ni existe un plan económico de salvación previo, efectivo y necesario con el que soportar el golpe, la ruina, el paro, la desgracia, hasta que lleguen los fondos del cielo, que más tarde serán viveros de corruptos y opciones de crítica, pues vienen de la cruel, maligna y despreciable Europa... Este es nuestro sino, yo seré el pitufo gruñón, pero ellos los sinvergüenzas inconsistentes e incoherentes dedicados a simple, sencillo, miserable y canallesco postureo.