En la guerra civil abierta en el PP se ponen de manifiesto, y así lo señala el algodón que no engaña, dos cuestiones que de forma reiterada vengo poniendo de manifiesto en los 23 años que llevo escribiendo en los medios de comunicación:
Tenemos dirigentes, en todos los partidos, demasiado jóvenes, demasiado titulados, demasiado bilingües y, fundamentalmente, sin ninguna experiencia profesional demostrada y demostrable de un mínimo de tiempo habilitante.
En rededor de los partidos, y secularmente en el PP, cursan demasiadas "putillas y chaperines", lo que otros llaman "chiquilicuatres y niñatos" y los más exquisitos "fontaneros"; pero vamos, una pandilla de truhanes ayunos de vergüenza que por la mirada del líder venden a sus hijos, para lo que necesitan generar, meter y aparentar que hay mierda para que ellos, provistos de pituitarias exquisitas, sean capaces de venderle al líder que están por él dispuestos a morir. Craso error, manifiesta mentira, que lleva al memo líder a seguir los pasos de la calaña zurriburri.
Hemos denunciado, desde el primigenio día de la pandemia, que la actuación del gobierno no era sanitaria, no era de salvamento, ni era correcta aplicando un estado de alarma que lo primero que hizo fue cerrar el portal de transparencia para coger los maletines y, sin control, vergüenza, ni dignidad, llevarse el dinero a manos llenas, dicen, a China por mascarillas y, ahora, por un contrato con el que se consiguen mascarillas, casi a mitad de precio que el gobierno, parece que surge un hermano, dedicado al sector desde hace 20 años, de la presidenta de la CAM, que lucra por su servicio, se empeñan en ver mierda (pese a todo nos costaron la mitad que las obtenidas por el Sr. Illa y el gobierno... piensa un poco y saca tu propia conclusión).
Lleva la MeMa de Mas Madrid clamando tiempo por el desierto con el citado contrato y no ha sido capaz de demostrar nada de nada y, ahora, llegan las "putillas y chaperines" del PP e inoculan la basura en las mentes de los dirigentes. ¡Joder, qué tropa!
Cuando hace años tuve la ocasión de hacerle una entrevista al señor Rajoy, le pregunté si haría algo con esos "ganapanes" que se adosan a los partidos como lapas en la quilla del barco y su contestación me heló la sangre, cuando afirmó su confianza en todos los cuadros y trabajadores del partido... no podía ser de otro modo; pero lo grave es que demostraba su voluntad de utilizar, usar, y aceptar la pléyade de chiquilicuatres, niñatos, putillas y chaperines o fontaneros que dañan más que resuelven en los partidos.
Cuando las personas adquieren una edad, una historia, un bagaje personal, es el momento de dedicarse a la política y no antes. Cuando era joven me ofrecieron participar en la política y me negué por considerar que no tenía mochila que aportar y sí maleta que llevarme de ella. Cuando tuve una edad, di el paso y lideré el proyecto de VOX en Salamanca, muchos se rieron, criticaron y pronosticaron mi fracaso, cumplí mi palabra de estar dos años, ofrecí mi experiencia más tarde y fue rechazada, pese a firmar mi compromiso de no ser candidato a lista alguna; pero, ahora, aquellos que se reían, los que me criticaron, los que no tienen nada que aportar o lo que aportan es basura, son los que se han hecho fuertes... Lo demostrarán en breve.
La política debe de ser regida por personas que, por edad, experiencia, mochila y sentimientos, buscan servir, que no ansían lucrarse, que aportan práctica, profesionalidad, ideología y sentimientos y hoy, en la política, y no hace falta más que ver las luchas del PP, son batallas de egos, de lucros, de niños que quieren el juguete y que, como Casado, cuando lo obtienen, el juguete les quema en las manos, pues carecen de proyecto, de hoja de ruta, de ideologías sólidas que llevar a la práctica.
Tenemos lideres nacionales demasiado jóvenes, sin escrúpulos, sin ideologías, sin sentimientos, con ansia por servirse, que no aportan nada, que no son capaces de demostrar nada, pero utilizan muy bien la propaganda y, por eso, cuando aparece una muchacha guapa, sin complejos, sin miedo, que ha sido capaz de gestionar una crisis, incluso contra los demás, y ser valorada hasta en Europa, la gente se anima y la sigue; pero cuidado, que igual paso con Casado, y mucho prometió hasta que metió y una vez metido en Génova... Si ni Casado, ni Ayuso, ni Abascal son capaces de leer el mensaje de servicio, regeneración, valentía sin alharacas, gestión sin crispación y sentimientos, nos tendremos que buscar a otros, que seguro habrá.