El primer misterio de Yolanda Díaz es el de ser la política más valorada en las encuestas sin encabezar un partido político y con tan poco bagaje a sus espaldas. Algo tendrá que ver el marketing en esa valoración, así como un talante dialogante, capaz de hablar hasta con las paredes. Es ese mismo talante que le ha llevado a distanciarse de Pablo Iglesias, quien la designó como su sucesora en la Vicepresidencia y en la cabeza de cartel de su coalición. Está visto que renegar de Pablo Iglesias a estas alturas de la película da dividendos.
Lo curioso es que una política con todo aún por demostrar ya tiene su biografía publicada, como si fuese un ex presidente o un líder contrastado en mil batallas electorales. Es un misterio más a desvelar cualquier día de éstos. Porque, de momento, la Ministra de Trabajo no tiene un programa político con el que presentarse a las elecciones, como es su propósito. Más allá del de escuchar a la gente, que es su mantra recurrente y libre de asumir compromisos.
La formación con la que pretende presentarse a las elecciones estaría a la izquierda del PSOE y tendría un discurso amable, capaz de quitar los votos más progresistas al partido socialista, como sería su propósito, Claro que el tener como presuntas compañeras de viaje a Ada Colau y Mónica Oltra, ambas con problemas con la justicia, no es una buena carta de presentación de postura moderada y ánimo conciliador.
¿De quién es, pues, el invento de Yolanda Díaz como posible inquilina de La Moncloa?
Muchas cosas tendrían que pasar para que tal cosa sucediera. La primera de ellas tener un programa que agrupase a toda la izquierda más allá del PSOE, aparte de la designación del macho alfa podemita y del aplauso de algunos corifeos. La falta de ese programa evidencia que la candidatura de Díaz podría ser un problema para la propia Unidas Podemos, de la que ya ha disentido en cuestiones de mayor cuantía. Por eso, quien podría estar detrás del encumbramiento de Yolanda Díaz podría ser el propio Pedro Sánchez, convencido de que no sólo no le restará votos sino que podría poner en aprietos a sus compañeros de coalición y dejarlos más debilitados en sus críticas al Gobierno del que forman parte.
Éstos son, entre otros, algunos de los misterios de la candidata in péctore que sólo el tiempo habrá de esclarecer.