'SuperSanchez', tras el fracaso de sus imposibles paseos por las calles, ante el clamor ciudadano que no consigue evitar sus escoltas, y la manipulada convocatoria en los jardines de la Moncloa de medio centenar de ciudadanos cuidadosamente elegidos para que cinco de ellos le hicieran una pregunta previamente remitida a la pléyade de asesores presidenciales para su aprobación y confección de la respuesta, y dando por superados sus "aló, presidentes", a los que no descarta volver, respondió al reto de Núñez Feijóo de mantener un debate en el Senado, (hay que recordar que el Líder de la oposición no puede intervenir en el Congreso), convencido de que en el debate anterior resultó vencedor, convocando un nuevo debate.
Y hay que aceptar que no le salió del todo mal, habida cuenta de que 'Su Sanchidad' elige el tema y no tiene límite de tiempo para sus intervenciones, mientras que el presidente popular tiene su tiempo limitado a 15 minutos, con lo que es materialmente imposible contestar a las múltiples preguntas que el 'Presimiente' dirige a su opositor, invirtiendo así el papel que corresponde a cada uno de ellos, y es que el que gobierna pregunta al líder de la oposición. Y no hay que ocultar que Pedro Sánchez es capaz de dirigirse a cualquier auditorio enlazando mentira tras mentira, en lo que hay que reconocerle una maestría insuperable, pues hasta él mismo es capaz de creerse sus propias mentiras. Se trata pues de una partida con cartas marcadas, con una diferencia notable en la distribución del tiempo, después de elegir el tema y el árbitro , y exhibiendo documentos oficiales manipulados.A todo esto sólo falta añadir la favorable acogida de medios y periodistas subvencionados y amigos, independientemente de la verdad de los datos y de los hechos, y por supuesto la inestimable colaboración del CIS de Tezanos, que, impasible el ademán, vuelve a publicar una encuesta(?), en la que en contra de lo que dicen todas las encuestas de los institutos de opinión independientes, colocan al PSOE de Pedro Sánchez tres puntos por delante del PP de Núñez Feijóo . Y así asistimos a un segundo debate en un.
Y se repitió el reparto: tiempo libre para el presidente, (utilizó 108 minutos), y 32 para el líder de la oposición, y gracias a la generosidad del presidente del Senado.
Por supuesto el tema fue previamente fijado por Su Sanchidad, quien previamente, había sido advertido por su ejército de asesores que debía de moderar su agresividad, por lo que en un tono apagado nos describió un país de fantasía que tan sólo ve él, y evitando las descalificaciones trató de ironizar sobre la experiencia de Feijóo como presidente de Galicia, y presumió de lo bien que había gestionado la pandemia, lo que obligó a Núñez Feijóo a recordarle que la sanidad está transferida a las CCAA y que fueron estas y no el gobierno central quienes administraron las vacunas.
Y ya entrando en materia, centraron el debate en el proyecto de presupuestos, presumiendo Sánchez de que son los más altos de la democracia, lo cual es verdad, como también lo es que todos los organismos que se han pronunciado sobre ellos (desde el Banco de España al FMI, desde FUNCAS al AIREF y otros muchos), les niegan la más mínima credibilidad. Y mientras el 'Presimiente' alardeaba de las grandes cifras, siempre desde un marcado prisma ideológico, Núñez Feijóo le recordaba que pasará a la Historia por ser el presidente que elevó la deuda pública al billón y medio de euros, que terminarán pagando nuestros hijos y nietos.
El presidente Popular le pidió una y otra vez que retirara el proyecto de presupuestos, recordándole que han errado repetidamente en todas sus previsiones económicas, para tratar de elaborar un proyecto consensuado, que de verdad se ocupara de las clases medias y trabajadoras y compensara los efectos de la inflación, a lo que Sánchez replicó que en ningún hogar faltará el calor y la energía eléctrica, y que vamos a doblegar la inflación "como hicimos con la curva del COVID." Ahí queda eso.
Sánchez preguntó a Núñez Feijóo que qué Cataluña prefería: la de 2022 o la de octubre de 2017, lo que provocó una contundente respuesta política para asegurarle que cuando gobierne el PP se podrá estudiar en español en toda España, que reducirá en un 30% los miembros del Gobierno, recordándole que todas las decisiones tomadas por Sánchez se han basado sobre las mentiras: "dijo que no podría dormir con Podemos en el Gobierno" y a las 24 horas se abrazaba con Pablo Iglesias y formaba un gobierno de coalición. "Que no indultaría a los golpistas" y despidió al ministro de Justicia después de informar favorablemente los indultos, que iba a reforzar la pena por los delitos de rebelión y sedición y por convocar un referéndum ilegal, lo que cayó en el olvido, o que no pactaría con Bildu, "si quiere se lo repito 20 veces", y ahí está permanentemente apoyándose en los bilduetarras. Y aclaró que no puede responder a todas sus preguntas porque no tiene tiempo, dado el reglamento de la Cámara y que si le dan tiempo contestará a todas.
En fin, que como ocurre siempre en estos debates, cada español cree que ganó "el suyo", si bien es verdad, no creo que muchos españoles siguieran íntegramente el debate y que ninguno de ellos se sumó a los seguidores de Pedro, pero al menos sirvió para que Núñez Feijóo pudiera exponer su programa que ante una nueva provocación del Presimiente asegurando que el PP carecía de programa que inmediatamente entregó en mano al Presidente del Senado.
Y así pasó una semana más, sin que en Valladolid sepamos más candidatos a la alcaldía que el auto programado del PSOE, y sin que los ciclistas respeten el código de la circulación.
Hasta el viernes que viene.