Pocas horas después de conocerse los resultados de las elecciones generales, por cierto, no definitivos, pues además del trámite oficial, falta cuantificar los del extranjero, que no se sabrán hasta el viernes 28 de Julio, ya han empezado las negociaciones entre quien se cree con derecho a ello por ser el más votado, y los posibles partidos que pueden apoyar su investidura como presidente del Gobierno.

Unas negociaciones que, en principio, deberían ser reservadas y hasta secretas, pero que han empezado a hacerse públicas, lo que pueden entorpecerlas o incluso frustrarlas. Pero estamos ante un panorama inédito en el que todo es posible.

Sin embargo, el “no” del PNV anticipado por su portavoz, me ha recordado una regla destacada en la Ley de Murphy que dice “Regla de Helga: Diga que no y luego, negocie”, a mi juicio unas sabías palabras.

Y aunque la citada Regla puede no tomarse en serio. La realidad demuestra que es un sabio método para avanzar en una negociación que se presenta difícil pero no imposible. Porque, no lo olvidemos, en política lo fácil a veces es inalcanzable y lo difícil puede conseguirse.

Así pues, el panorama se hace atrayente y también apasionante; y dejará en un segundo plano temas tan actuales como la Guerra de Ucrania o la sequía y el cambio climático, por no decir otros problemas sociales y económicos.

Sin embargo, la situación es la que es y el escenario es de suspense total. Sin embargo, volviendo Murphy no hay que ser tan pesimista ya que su Ley de Scott dice que “Lo que va mal, por lo general, tiene aspecto de funcionar bien”. No es un consuelo, pero al menos atenúa la desesperación. Y ya que estamos de reglas axiomas o refranes, como se dice en el film de El Exótico Hotel Marigold, “Al final todo saldrá bien, y si no sale bien es que aún no es el final”.

Esperemos que así sea, bien sea para unos o para otros, pues si es así será para todos. Ya que, en definitiva, de lo que se trata es de que ganen tibios o troyanos, sigamos avanzando, como yo creo que todos queremos.