Finalizó el período navideño, recuperamos la normalidad, iniciamos un nuevo año y comenzamos a afrontar el nuevo tiempo, hasta la Semana Santa, de un nuevo lapso ordinario.

 

Recuperamos los viejos y nuevos retos, las promesas que sabemos vamos a incumplir, así como si fuéramos políticos, prometemos cumplir muchos retos que nunca cumplimos, pese a que año tras año los ponemos en el tapete como cuestiones de cumplimiento obligatorio.

 

En este tiempo, ya sin posibilidad de marcha atrás, veremos si Pedro, es capaz de aprobar la amnistía y la convocatoria de un referéndum de secesión para Cataluña, si es capaz de engañar a propios y a extraños, así como si, efectivamente, los españoles le vamos a permitir hacer de su capa un sayo e incumplir lo prometido en campaña o afrontar lo no expresado en ella para romper España.

Existen unas elecciones gallegas, vascas, catalanas y, sobre todo, Europeas que harán que los ciudadanos volvamos a expresar nuestro sentir, en las que acreditar que aceptamos al mentiroso patológico que es capaz y desea levantar muros entre los españoles recuperando el pasado más triste de esta nación con la cantinela del progreso que regresa al peor momento de nuestra historia moderna o si la derecha democrática es capaz de trabajar junta, coordinadamente, sin prejuicios ni complejos o prefiere que gobierne una izquierda esquizofrénica antes que comprender que no es la crispación el camino, sino el trabajo serio, conjunto, elaborado sin miedo, sin dar un paso atrás y coherente con lo que demandamos los españolitos de a pie, los "perritos sin alma" que nos sentimos angustiados.

 

Ojalá este año los "perritos sin alma", olvidando nuestros criterios personales, seamos capaces de valorar lo que se nos presenta sin prejuicios, sin aceptar los mantras preconfigurados y viendo lo que se hace, lo que se promete, lo que se cumple y lo que se presenta para ser capaces de superar la crispación y ver que VOX no es extema derecha, ni es ultra, de comprobar que los de VOX no disfrutan en esos términos o segmentos, que el PP cumple lo que promete y no nos engaña con medias verdades o fatuas afirmaciones que luego no desarrolla, de valorar el trabajo del PSOE por superar los conflictos sin rendirse al terrorista con las manos manchadas de sangre, sin humillarse ante los delincuentes separatistas y de defender la unidad de la nación que soporta la igualdad de los españoles, comprobar que SUMAR es capaz de defender la sanidad pública sin poner en riesgo a los enfermos ni dedicarse a sabotear un hospital por ser construido por los adversarios políticos, de valorar y ensalzar el trabajo que haga en favor de las políticas laborales que de forma transparente presente el estado del mercado laboral.

Entre los deseos de prosperidad, que todos necesitamos, seamos capaces de comprobar que nuestros políticos están dispuestos a defender el esfuerzo, el trabajo, la seriedad, la honradez, la transparencia, las necesidades de los ciudadanos, los derechos de estos, la democracia y la fortaleza de esta por encima de sus posiciones, de sus beneficios, sus coimas (concubinas y/o sobornos), que de verdad está España por encima de sus credos o posiciones; pero, como es posible que no nos lo acrediten de forma cierta, seamos capaces de reprobarles la actitud, de censurar sus modos de actuar y demostremos que podemos condenar sus modos de actuación y seguir creyendo en la democracia y en el modo de vida en un Estado social, democrático y de Derecho.

Se acaban de marchar los Reyes Magos, soy consciente de que los deseos parecen cartas a estos sabios, pero como aún creo en ellos, pues los he visto, los he sentido y he comprobado cómo acuden todos los años y de un modo u otro me dejan un regalo, un presente o el cumplimiento de un deseo firmemente pedido, no voy a ser yo el que no luche por esos deseos, pierda la esperanza y, sobre todo, continúe clamando en el desierto.