Hace una semana exponía mis dudas sobre si hablar de las elecciones gallegas, del trágico incendio en Valencia o del que yo ya me atreví a llamar el “caso Ábalos”, porque ya se me quedaba pequeño si hablábamos del caso Koldo. Hoy me veo obligado a hacer una nueva rectificación porque ni siquiera hablar del caso Ábalos es hablar de la realidad de lo ocurrido y lo más correcto sería hablar de “la trama del PSOE”, por cuanto de momento parecen estar implicados al menos el asesor Koldo, el número 3 del PSOE y negociador con Puigdemont, Santos Cerdán, los ministros Ábalos, Marlaska y Ángel Víctor Torres Pérez, la presidente del Congreso de los Diputados, Paquita Armengol, y el secretario general del PSOE y Presimiente del Gobierno Pedro Sánchez.
Si a estos sumamos los empresarios, intermediarios y comisionistas en el turbio negocio de las mascarillas, y los que la investigación vaya descubriendo poco a poco, podemos formar la Selección Española de la Corrupción, diciendo por respeto a la presunción de inocencia, que en el supuesto de que todo esto se demuestre cierto. Por cierto, en Adif y en la empresa pública de los puertos españoles, las dos dependientes del ministerio de Ábalos, por orden del todopoderoso Koldo, también contrataron con esta empresa.
Lamentablemente, el trágico incendio de Valencia ha restado espacio en los medios y las redes al tema de las mascarillas, pero tan pronto se celebre la inhumación de las víctimas, y una vez resuelto el problema de la acomodación de las familias afectadas gracias a la celeridad y generosidad del Ayuntamiento, la Generalidad, las empresas y la propia ciudadanía valenciana, que han actuado sin duda de una forma modélica de la que todos debemos sentirnos orgullosos, nos queda un tema de la máxima actualidad del que todos tenemos que sentirnos avergonzados.
Y sin querer hacer historia, no está de más recordar la trágica pandemia que padecimos en España y en el resto del mundo como consecuencia de un virus chino del que nunca sabremos la verdad, pero sí sabemos las consecuencias que nos trajo a todo el mundo y que provocó la muerte en nuestro país a cientos de miles de ciudadanos y que fue especialmente cruel con los de la tercera edad.
Aquí y de forma fraudulenta, el gobierno Sánchezsteim decretó dos estados de alarma que posteriormente fueron declarados inconstitucionales por el Tribunal Constitucional, pero que sirvieron al gobierno para cerrar el Parlamento, confinarnos a los ciudadanos en casa, gobernar por decreto ley, tomar medidas al respecto supuestamente basadas en un comité de expertos del Ministerio de Sanidad que después se demostró inexistente, para atacar sin piedad a la Comunidad de Madrid, y para habilitar un procedimiento de urgencia para la contratación desde las distintas administraciones, todo ello, además, regado de abundantes ayudas económicas europeas.
Y fue al amparo de estas medidas adoptadas por el Gobierno, seguramente con la mejor intención, pero intentando resolver desde un Ministerio de Sanidad vacío de contenidos, centralizar la adquisición de todo aquello que era necesario, (respiradores, EPIs, mascarillas…) para combatir la pandemia, lo que determinados grupos de supuestos intermediarios y asesores aprovecharon para llenar sus bolsillos, e incluso motivaron terremotos en algún partido político con cambio en la presidencia, por la insistencia desde el bando contrario en desacreditar a la presidenta de la Comunidad de Madrid, intentando implicar a un hermano de Díaz Ayuso en el cobro de comisiones ilegales que la justicia española primero y europea después, calificaron de absolutamente legales, aunque el Presimiente Sánchez siga utilizando este tema, ocultando que el hermano de Ayuso se dedicaba a estos negocios desde hace 30 años y que la empresa implicada en el fraude de las mascarillas había facturado cero euros en el año anterior y no tenía negocios en el mundo sanitario ni relaciones comerciales con China, a pesar de ser la adjudicataria por importe de un montón de millones por parte del gobierno. Por cierto esta insistencia de Pedro Sánchez con el tema hizo que los españoles nos enteráramos de que a Isabel Díaz Ayuso “le gusta la fruta”.
Y no deja de llamarme la atención que la adquisición de todas estas partidas de mascarillas se hiciera mediante la intermediación de un personaje del ministerio de fomento, asesor y sombra permanente del titular del mismo, quien no tenía la más mínima preparación en el tema sanitario… porque en otros temas se ve que tiene una extraordinaria habilidad. Tanto que pasó de portero de puticlub a Consejero de Renfe Mercancías. Y actualmente es un poderoso propietario inmobiliario…
Y como el fraude engorda de día en día, y los personajes implicados en el mismo también se van multiplicando y saben que sus teléfonos están intervenidos por la policía, el último invento de los asesores de Moncloa es filtrar unos supuestos WhatsApp en los que los empresarios implicados en el tema hablan de una próxima entrevista con Alberto y con Tellado, pretendiendo hacer creer que el Partido Popular estaba también en esta negociación.
¿Alguien es capaz de creer estos infantiles infundíos? Y acto seguido la Farruquita Montero tiene la desvergüenza de decir que el PP tiene que dar muchas explicaciones. Curiosamente el encuentro lo tuvieron los comisionistas pero no con Alberto ni con Tellado, sino con la mismísima mujer del Presimiente Sánchez todavía sin desmentir, y esto no son infundios sino información de la Guardia Civil. Espero que algún día nos enteremos de los negocios de Begoña… si nos autoriza el Rey de Marruecos.
Pero los tentáculos de la trama son tan largos que llegan desde el ministerio de Ábalos a los gobiernos de Baleares y de Canarias, y se les recomienda a las empresas en cuestión, hasta el punto de verificar la validez de las mascarillas recibidas que estaban almacenadas en una nave por inútiles y habían sido pagadas por adelantado.
Y ahora nos enteramos de que el ministro Ábalos ordenó al hermano de Koldo recoger unos documentos en el ministerio y que se los llevara a él. En el viaje fue parado por la guardia civil quien comprobó que lo que llevaba en el sobre eran documentos sobre la adjudicación de las mascarillas a Baleares, y que comprometían a Paquita Armengol,” la señora”, y que como confesó se los llevaban al exministro Ábalos. Ahora sabemos que unos días antes de este viaje documental, Ábalos se reunió con cinco altos cargos que siguen en el ministerio de Óscar Puente, para localizar estos documentos y que se le remitieran no por Internet sino en papel y en mano, porque eran documentos sobre los que la fiscalía europea estaba investigando.
Curiosamente, el pasado día 10 Ábalos coincidió en una conocida marisquería madrileña que frecuentaban con los de la trama desde hace tiempo, con su exasesor Koldo, pero fue “por pura casualidad” y estaban en mesas separadas pero obviamente reconoce que habló con él ¿De qué hablarían?
Como veréis tema es extremadamente grave por cuánto afecta a las autoridades que ocupan el número dos y el número tres en el protocolo del Estado Español. El exministro Ábalos es suspendido de militancia y expedientado y se le reclama el acta de diputado por equivocarse al elegir su mano derecha, ¿y el Presimiente que tuvo como mano derecha en el Gobierno y en el partido al expedientado no debería dimitir? ¿Y los expresidentes de Baleares y Canarias no deberían también cesar?
Pero como el tema va para largo, de momento lo dejo hasta la semana que viene.
Por cierto, ¿a quién y a qué precio compró las mascarillas para el Ayuntamiento de Valladolid y actual ministro de Trasportes?
Hasta el viernes que viene