Esta semana damos un salto a la política internacional, pues la catarata de elecciones que se aproximan y la puesta en marcha de las Comisiones que se han creado en el Congreso y el Senado para estudiar el caso PSOE, y que de momento han convocado a casi doscientos comparecientes, nos va a dar motivos para hablar de todas estas cuestiones y el tema internacional al que dedico mis comentarios de hoy no nos es ajeno.

No voy a entrar en el origen del Estado de Israel y las razones que motivaron su creación en 1.947, y menos aún en la trágica historia del pueblo judío, sin duda el más perseguido en la historia de la Humanidad desde su salida de Egipto, hasta el genocidio provocado en el holocausto de la Segunda Guerra Mundial y los múltiples atentados terroristas sufridos desde su creación y su respuesta con la guerra de los seis días y la penúltima agresión del grupo terrorista Hamás del pasado 7 de octubre con el lanzamiento de miles de cohetes contra el Estado de Israel, pues la última por el momento ha sido la agresión de Irán a la que el Estado de Israel ha prometido respuesta.

No está de más recordar y reconocer que los últimos conflictos fueron provocados por la agresión de la organización terrorista Hamás, sin previo aviso, y con una organización que exige años de preparación, cuando las milicias terroristas invadieron Israel desde la franja de Gaza y dispararon a todo individuo judío que encontraron a su paso, sin distinción de sexo o edad: un primer comando desembarcó en un concierto musical que con el lema de La Paz se estaba celebrando muy cerca de la frontera, donde asesinaron y secuestraron a centenares de jóvenes, mientras otros comandos asaltaron los kibutz más próximos asesinando con crueldad a sus habitantes. El final se saldó con 1.200 judíos muertos y 260 secuestrados.

De entrada el mundo occidental se vio sorprendido por la habilidad de los comandos terroristas para burlar al Mosat, desde siempre considerado como uno de los servicios de espionaje más eficaces del mundo y que no fueron capaces de detectar la preparación del golpe ni los túneles construidos debajo de escuelas y hospitales e incluso los construidos por debajo de la frontera.

Como era de esperar la respuesta judía no se hizo esperar, si bien, antes de iniciar el ataque se pidió a la población palestina que abandonara la parte norte de Gaza porque iba a ser bombardeada e invadida por las fuerzas militares israelíes que querían liquidar a los terroristas de Hamás y no a la población civil palestina, aunque en cualquier conflicto bélico las muertes colaterales resultan inevitables, especialmente si los terroristas esconden sus armamentos y probablemente sus rehenes en los más de 500 kilómetros  de túneles construidos a 40 metros de profundidad, cuya construcción exige varios años. Hasta el momento actual se estiman en más de 23.000 las víctimas del lado palestino.

¿Y ante estos hechos, quién inicia la agresión genocida? Lo más fácil es culpar de genocida al Estado de Israel a la vista del número de muertos de uno y otro bando, especialmente desde la ideología anti sionista de la izquierda europea, pero, se hubiera producido la respuesta israelí de no haber sido provocada por los terroristas de Hamás? Y desde luego nadie dudará que el día en el que Israel no responda a una agresión será el comienzo del fin del Estado judío, que es justamente lo que predica el movimiento terrorista Hamás... Y por cierto, conviene recordar que en toda la Región, el estado israelí es la única democracia existente.

Las Naciones Unidas reclamaron un alto el fuego inmediato o al menos una tregua que permitiera el paso de alimentos, agua e incluso medicamentos, a lo que Israel contestó exigiendo la libertad inmediata de todos los rehenes. Al final, hubo intercambio de presos de uno y otro bando, y se permitió el paso de centenares de suministros a una zona del territorio palestino, que dicho sea dicho, carece de medios propios para subsistir y vive de la ayuda internacional.

En una de las respuestas del ejército israelí uno de los cohetes afectó al consulado de Irán en Damasco, resultando muertos varios miembros de la Guardia Revolucionaria Iraní, y los dirigentes de esta teocracia anunciaron que el hecho no saldría gratis, y efectivamente, al cabo de unos días se produjo un ataque aéreo iraní sin precedentes, pero que resultó prácticamente anulado por la “Cúpula de Hierro” del Estado Judío, con la colaboración de fuerzas aéreas norteamericanas, británicas, francesas e incluso jordanas. Desde diversas bases el gobierno iraní lanzó 350 drones y misiles, de ellos 185 eran drones suicidas, 110 misiles balísticos y más de 30 misiles de crucero, pero el 99% de los misiles lanzados fueron destruidos antes de llegar al cielo israelí, ataque realizado precisamente en sábado que es el día festivo para los judíos. Esta vez el Mosad avisó al gobierno israelí de la proximidad del ataque y la población judía preparó los refugios y esperó el ataque, y las defensas judías se mostraron muy superiores a las fuerzas iraníes.

Y mientras los líderes políticos del mundo se pronuncian con prudencia sobre la situación internacional, el Presimiente Sánchez se manifestó contra la respuesta judía y sólo más tarde, cuando los líderes de Hamás le expresaron su agradecimiento por su apoyo, manifestó su rechazo a las agresiones de los dos bandos. Es consciente de que más pronto que tarde tendrá que disolver las Cortes y convocar elecciones, y está buscando un acomodo en la política internacional para no tener que vivir del chiringuito de Begoña; por ello está empeñado en el reconocimiento inmediato del Estado Palestino, y sin escuchar a la oposición, como no lo hizo cuando regaló el Sáhara a Marruecos, ni a nuestros socios en Europa, ha iniciado una serie de contactos con líderes europeos, y ha encontrado una respuesta que le ha dejado prácticamente sólo, pues salvo el presidente de Irlanda nuestros socios europeos le dicen que la decisión debe ser de la Comisión Europea y no de ningún estado, y además que éste no es el momento.

Como es habitual, Biden ha consultado con diversos mandatarios extranjeros la situación ignorando al presidente español, y otro tanto ha hecho el G-7 convocado por la presidenta Meloni. Por si fuera poco, ayer mismo el gobierno norteamericano ha vetado la incorporación de Palestina a la ONU como miembro de pleno derecho.

En fin, esperemos una respuesta prudente del gobierno judío a la agresión iraní y que el tema se vaya enfriando poco a poco. Otra vez más invoco al Altísimo para que evite un recrudecimiento de los combates. Lo veremos la semana que viene.

P.D. Esta misma mañana nos hemos despertado con la noticia de un ataque judío contra Irán, que al parecer se ha reducido a la explosión de tres drones derribados sobre cielo iraní sin que Israel admita su autoría. La tensión es máxima pero de momento sin nuevas explosiones.